La historia de amor de Lucenis Navija Fabr,a de 38 años, y el subintendente Rafael Darío Soto Quemba, de 36 años, terminó de la peor forma. Ella murió a manos de su esposo, mientras que él se debate entre la vida y la muerte, sin embargo, lo más lamentable de la situación fue que el hijo de ambos, de tan solo un año, fue testigo de todo lo acontecido.
El escenario de la tragedia fue el Centro de Conciliación Familiar de la Policía, ubicado en la carrera 24 con calle 19 sur, en el barrio Restrepo, en el sur de Bogotá. Este jueves el suboficial y la mujer habían llegado al lugar pasadas las 9:30 de la mañana para una audiencia en donde discutirían el tema de los alimentos de su hijo y la separación a la que se enfrentaban.
Según se ha podido conocer, en presencia de quien dirigía la diligencia, y del niño, se habría presentado una fuerte discusión entre la pareja. En ese momento presuntamente Soto Quemba, enceguecido por la ira, sacó su arma de dotación y le disparó a su esposa, para después intentar quitarse la vida con un disparo a la cabeza, luego de esto el subintendente fue llevado a la Policlínica, donde su pronóstico es reservado.
En el lugar quedó el cuerpo sin vida de Lucenis, mientras en el complejo judicial nadie entendía bien lo que había ocurrido. El desconcierto era total.
La Policía, en un comunicado de prensa en el que no se entregaron mayores detalles del cargo que el uniformado venía desempeñando y su tiempo en la institución, expresó su sentimiento de solidaridad con la familia y amigos de la mujer fallecida. También hizo referencia al apoyo entregado a los seres queridos del suboficial, de quien se aseguró se encuentra gravemente herido.
Además se explicó que los “Centros de Conciliación de la Inspección de Policía Nacional tienen como misión promover la concertación y autorregulación para el ejercicio de la convivencia pacífica y la protección a la familia”.
Por ahora la duda más grande que recae sobre el caso es cómo el uniformado logró entrar a la audiencia con un arma de fuego con la que ultimó a su esposa, con el agravante de que el arma podría ser su pistola de dotación.