Nación
Policía capturó al “terror” del Sitp en Bogotá, un atracador que se había ido de la ciudad huyendo de las autoridades
Alias Mono Leche fue detenido por la Policía de Tránsito cuando se escondía en una casa, en el departamento del Meta.
Alias Mono Leche, un hombre de 30 años de edad, se convirtió en un peligro para la comunidad en Bogotá y en un reto para las autoridades. La Policía le hizo seguimiento mientras, junto con otros delincuentes, se dedicaban a asaltar los buses del Sistema Integrado de Transporte Sitp en la capital del país. En videos de seguridad se logró identificar su accionar delictivo y la forma violenta de atacar a sus propios vecinos en el sur de Bogotá. La información que entregó la comunidad permitió identificarlo y su nombre apareció en el cartel de los delincuentes más buscados en Bogotá.
Este es Mono Leche... entre los delincuentes más buscados por atracos al @sitpbogota lo capturaron en el Meta pic.twitter.com/IKk5DQBzKQ
— César Flechas (@CesarFlechas) October 7, 2021
“Integrante de un grupo delincuencial dedicado al hurto a personas en la modalidad de atraco con armas de fuego y cortopunzantes, escaperos, rompe vidrios con injerencia en los barrios Altos de Jalisco, San Luis, México, Meissen y Lucero de la localidad de Ciudad Bolívar”, advirtieron desde la Policía de Tránsito.
Según los investigadores, alias Mono Leche tenía como estrategia criminal ubicarse cerca a los paraderos del Sitp y desde allí identificar a sus víctimas, algunas que se bajaban en ese punto era objeto de seguimiento y en zonas oscuras atacadas por los delincuentes que como rapiña se lanzaban contra sus propios vecinos para arrebatarles sus pertenencias.
“Resultan afectados los usuarios del Sistema Integrado de Transporte Público, peatones, ciclistas, motociclistas, ocupantes y conductores de vehículos particulares que se desplazan a diferentes horarios en medio del trancón vehicular que se forma sobre dicho tramo vehicular”, señalaron los investigadores que lograron dar captura a este peligroso delincuente.
Nadie se salvaba de alias Mono Leche y su banda de criminales que, según las autoridades, tenían predilección por los elementos de alto valor como celulares y joyas. Ante la negativa de las víctimas, de entregar su objetos de valor, no dudaban en usar las armas que portaban: cuchillos, revólveres y hasta machetes.
El seguimiento de la Policía de Tránsito surtió efecto y cuando la ciudadanía le exigió resultados a la autoridades, se publicó un cartel con el nombre y foto de los más buscados en Bogotá por los hurtos en el Sistema Integrado de Transporte. Alias Mono Leche se vio en ese cartel y huyó de la ciudad.
El delincuente estaba seguro de pasar una temporada en otro clima mientras los ánimos y la persecución de la Policía cesaban. No contó que en su contra no solo existía una orden de captura, sino una recompensa por su ubicación, de 10 millones de pesos, que incluso despertó la avaricia de sus propios compañeros de crimen.
En el municipio de Acacias, en el departamento de Meta, alias Mono Leche pasaba los días en camiseta esqueleto, pantaloneta y chancletas, esperando que las víctimas y la Policía se olvidaran de su existencia. Pero la información llegó, con la ubicación exacta de su escondite y allí aterrizó la Policía, llamaron a la puerta y salió el mismo Mono Leche a atender a los uniformados.
No opuso resistencia, sabía que su plan de escape llegó al final y ahora debería enfrentar sus actos criminales. La Policía lo dejó a disposición de un fiscal a la espera de adelantar las audiencias preliminares de imputación de cargos y una medida de aseguramiento por considerar, apenas obvio, que es un peligro para la sociedad. Lo importante es que un juez así lo entienda.