NACIÓN
Policía pide perdón y el país recuerda el crimen de Sandra Catalina Vásquez
19 años después de que Colombia se horrorizó con la muerte de la niña de 9 años en una estación de Policía de Bogotá, se llevó a cabo una ceremonia en donde la Institución ofreció excusas públicas. La historia sigue causando horror.
Sandra Catalina Vásquez Guzmán tenía 9 años cuando fue asesinada en la estación de Policía de Germania (Bogotá). Fue hace 19 años (28 de febrero del 1993). Y su historia se recuerda con horror este martes cuando en una ceremonia presidida por el general Édgar Orlando Vale Mosquera, inspector de la Policía Nacional, la institución presentó excusas públicas por el hecho en un evento que contó además con la presencia de los padres de la menor.
"Públicamente pedimos perdón. Nosotros en este momento sentimos mucho dolor por estos hechos que conoció el pueblo y que hizo un miembro de la Policía", dijo el inspector de la Policía Nacional, general Orlando Vale Mosquera, por el doloros caso, registrado hace casi 20 años.
Fue un domingo cuando la pequeña llegó a la estación de Policía en compañía de su mamá, en busca de su papá. Era la única hija de un matrimonio que duró tres años. Al preguntar por el hombre, los demás agentes les dijeron que había sido trasladado. Sin embargo, la madre exigió verlo y pidió que fueran a buscarlo. Mientras tanto, Catalina desapareció.
El cuerpo de la niña fue hallado en un baño de la estación colgado con una cuerda atada a su cuello. Estaba viva, pero después de unos minutos falleció.
Pasaron más de dos años antes de que se supiera quién había sido el culpable del crimen que conmocionó al país. Cuatro días antes de que el fiscal que tenía a su cargo el caso por la violación y el asesinato de la niña cerrara la etapa de investigación del proceso, todo parecía indicar que con las pruebas que se tenía todo apuntaría a que el final de la historia estaría marcado por la impunidad.
Pero no fue así... Los investigadores que durante varios meses armaron el rompecabezas para determinar quién o quiénes habían sido los culpables dieron en el blanco. Después de evaluar las diferentes evidencias y de conocer los resultados de las pruebas genéticas realizadas por el FBI, los investigadores de la DIJIN y la Fiscalía llegaron a la conclusión de que estaban muy cerca del culpable. Por esta razón pidieron unos días más al fiscal del caso y se comprometieron a entregarle al asesino de Catalina Vásquez.
Y lo hicieron. Las sospechas sobre el padre de la menor (que alcanzó a estar detenido por el caso) se fueron desvirtuando cuando todo empezó a apuntar hacia el agente Diego Fernando Valencia Blandón. Su muestra de sangre y los residuos de semen encontrados en la ropa interior de la niña fueron enviados a Estados Unidos para que el FBI los analizara.
El resultado fue definitivo. Según el informe de la agencia estadounidense, las muestras de ADN de la sangre del agente Valencia Blandón coincidieron con el ADN encontrado en los residuos del semen examinado, según un informe publicado por SEMANA en 1995. El dictamen dejó en firme la culpabilidad de Valencia Blandón. Con esa evidencia el agente fue interrogado. Días antes había sido destituido de la Policía por sus antecedentes de mala conducta, que lo involucraban con corrupción de menores.
Su testimonio fue tan contundente como aterrador. Confesó el crimen. Durante varias horas relató lo que pasó en la mañana del domingo 28 de febrero en la estación de Policía de Germania.
Reconoció que violó a Sandra Catalina y dijo que cuando la niña trató de escapar de sus manos, la tomó por los hombros, la ató con el cordón de ajuste de su chaqueta y luego la estranguló. Confesó también que una vez cometido el crimen colgó de una viga de un baño del tercer piso el cuerpo de la pequeña.