NACIÓN
Por amenazar desde redes sociales al caricaturista Matador y a otros periodistas fue condenado el abogado Ariel Ortega
En su momento el abogado ofreció excusas y señaló que fue malinterpretado por sus señalamientos.
La Fiscalía General de la Nación se pronunció tras el caso del abogado Ariel Ortega, recordado por amenazar desde sus redes sociales a varios periodistas y al caricaturista Julio César González. “Ante la contundencia del material probatorio técnico y testimonial presentado, la Fiscalía General de la Nación obtuvo la sentencia condenatoria de 6 años y 4 meses de prisión en contra del abogado Ariel Ortega Martínez, como autor responsable de las amenazas a los periodistas Daniel Samper Ospina, María Antonia García de la Torre y el caricaturista Julio César González Quiceno, ‘Matador’”, señaló el ente acusador.
Una fiscal adscrita a la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos demostró en juicio que el procesado fue quien, entre los años 2017 y 2018, envió mensajes intimidatorios a través de redes sociales contra las víctimas. En ese sentido, además de la pena principal impuesta por el delito de amenazas, el Juzgado 19 Penal del Circuito de Bogotá, con función de conocimiento, le ordenó a Ortega Martínez el pago de una multa de 29.77 salarios mínimos legales vigentes y lo inhabilitó para el ejercicio de derechos y funciones públicas por 48 meses.
Al término de la audiencia de lectura de sentencia, el juez le concedió al procesado la prisión domiciliaria. La decisión es de primera instancia y contra la misma proceden los recursos de ley.
En 2018, el CTI capturó a Ariel Ortega en Cali y lo trasladó a Bogotá para ser judicializado por amenazar a través de las redes sociales a Matador, a Daniel Samper Ospina y a María Antonia García de la Torre. El ministro de Defensa de ese momento, Luis Carlos Villegas, había ordenado investigarlo por considerar que sus actuaciones no podían “pasarse por alto”.
La detención se dio luego de que el abogado usara un lenguaje intimidante en contra del reconocido caricaturista Julio César González, conocido como Matador, y que éste decidiera retirarse en aquella oportunidad de las redes sociales por “las amenazas de muerte de algunos seguidores del uribismo” que había recibido. En su momento se dirigió a Ortega diciéndole: “Si quieren venir por mí, no tengo escoltas ni nada...tengo un lápiz y mi cerebro”.
Uno de los mensajes por los que fue acusado es el siguiente: “Matador es un canalla, qué falta nos hace Castaño para callarlo”. Además, publicó otro trino contra el periodista Daniel Samper en el que afirmaba: “que falta hacen las AUC para callar a este sapo”.
Frente a la oleada de críticas que recibió por lanzar lo que se consideró como una amenaza, Ortega concedió en aquella oportunidad una entrevista a la emisora Blu Radio en la que ofreció excusas, pero dio una controvertida explicación sobre la mención que hizo a Castaño. Ortega dijo que no se refería a Carlos Castaño, el líder paramilitar que todos asumen, sino a un profesor suyo llamado Felipe Castaño, quien les decía “cállese” a sus alumnos imprudentes.
Por estos mismos hechos, el Centro Democrático expulsó del partido a su militante Ariel Ortega por haber utilizado un lenguaje que califican como “violento e intimidante” en contra del caricaturista Julio César González, más conocido como Matador. Según la colectividad, la decisión se tomó porque “sus declaraciones son una falta gravísima que atentan contra la dignidad y la seguridad del comunicador y afectan gravemente el buen nombre del Partido”. Además, aclararon en su debido momento que Ortega no hizo parte “de alguna instancia directiva” del partido.
“Estoy arrepentido, nunca he amenazado a Matador, pido perdón, me equivoqué, lo hice sin pensar. (...) Soy católico, creo en Dios y no sería capaz de amenazar a nadie”, dijo el abogado intentando justificarse. Ortega no quiso responder mayores preguntas de la mesa conducida por Néstor Morales, sino que se limitó a pedir que lo ayudaran a organizar un encuentro “Ariel - Matador” para presentarle sus excusas, al tiempo que aseguró que estaba dispuesto a ir hasta “donde sea necesario”.