NACIÓN
Por primera vez en la historia, una mujer asume el mando del Batallón de Cadetes de la Escuela Naval
Liliana Ortiz Reyna está en la institución desde el 14 de enero del año 2000.
Por primera vez en la historia de la institución castrense, y luego de 49 comandantes de Batallón masculinos, la capitana de fragata Liliana Ortiz Reyna asumió el cargo, en el que tiene bajo su responsabilidad a 822 jóvenes que hoy integran el Batallón de Cadetes, y un equipo de trabajo integrado por 79 oficiales, suboficiales, infantes de Marina profesionales y personal civil.
El anuncio se dio en medio de una ceremonia militar, presidida por el contralmirante Javier Alfonso Jaimes Pinilla, director de la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, quien se realizó el relevo del Comando del Batallón de Cadetes, dependencia fundamental encargada de la formación naval militar de los futuros oficiales de la Armada de Colombia y de la Marina Mercante.
Un reto que asume con la entereza y profesionalismo de una mujer de mar, que se ha formado bajo la disciplina y los valores institucionales para aportar al cumplimiento de la misión constitucional.
“El profesionalismo que hemos demostrado todas las mujeres, es lo que nos ha permitido ganar la confianza del mando naval y estar hoy en día en los cargos que estamos asumiendo”, expresó.
Tendencias
La nueva comandante
Nacida en Cartagena y criada en Bogotá, la capitana de fragata Liliana Ortiz Reyna ingresó a la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla el 14 de enero del año 2000. Es profesional en Ciencias Navales y Administración Marítima, especialista en Logística y magíster en Gerencia Estratégica.
A su formación profesional se suman capacitaciones en escenarios internacionales como el curso de Análisis de Inteligencia de Operaciones Transnacionales en el Western Hemisphere Institute for Security Cooperation en Georgia, el curso de Toma de Decisiones en la Escuela Naval de Posgrados en Monterrrey (California) y el Curso de Desarrollo Táctico Marítimo en Newport, Rhode Island.
Con 20 años de servicio en la Armada de Colombia, ha tenido la oportunidad de desempeñarse a bordo de unidades a flote como el ARC Malpelo, el ARC Gloria como jefe de división; comandante de la patrullera de mar ARC Teniente José María Palas; asimismo, en unidades mayores como fragatas en cargos como jefe de división, jefe del departamento de armamento, jefe del departamento de operaciones y recientemente como segundo comandante de la fragata ARC Almirante Padilla.
En unidades en tierra, destaca su cargo como jefe de análisis externo en la Jefatura de Inteligencia Naval y su rol en la Oficina de Planeación Estratégica y Transformación del Comando General de las Fuerzas Militares.
Mujeres se abren espacio como emprendedoras del café
En el corregimiento de Combia Alta, a solo 30 minutos del centro de Pereira, está ubicado el único sendero universal dentro de una plantación de café en Colombia, acondicionado para personas con discapacidad física, visual y auditiva, además de adultos mayores. A través de esta iniciativa, se busca apostarle al ‘turismo cafetero consciente’ y de esta manera aportar a la inclusión y a la accesibilidad de las experiencias asociadas al café.
El proyecto arrancó cuando Elizabeth Sepúlveda, quien nació en el municipio de Dosquebradas y hace parte de la tercera generación de caficultores de su familia, junto con su esposo y guía profesional en turismo, Arvey Granada, decidieron comprar una finca productora de café en la zona rural de Pereira. Este terreno, conocido como La Unión, fue reconstruido y adecuado para recuperar la arquitectura típica cafetera, llena de color y naturaleza.
Desde 2020, la finca se convirtió en La Unión Coffee Farm, una empresa que fusiona el servicio de alojamiento con experiencias rurales como la producción del café arábigo de alta calidad, de plátano y otras frutas. “Lo que queremos es mostrar la vida del campo y combinarla con el turismo sostenible”, precisó Sepúlveda.
Precisamente, las actividades que realizan están enmarcadas por estrategias que contribuyen al desarrollo social, cultural y ambiental. Además de tener el sendero de 100 metros lineales para personas con discapacidad, cuenta con diferentes experiencias sensoriales. Una de ellas es ‘Ver las aves con las manos’, que consiste en que las personas puedan conocer las aves de la región a través de réplicas talladas en madera.
Lina Marcela Múnera llegó hasta este rincón de Combia Alta para tener una experiencia cafetera con todos los sentidos, sin que su discapacidad visual pudiera convertirse en un obstáculo. “Queremos darles herramientas para que sepan que las barreras están solo en la mente”, aseguró Sepúlveda. A través de ‘Sensaciones para entender el café’, turistas como Múnera pueden experimentar sabores, texturas y aromas del café en cada uno de sus estados de transición: desde la planta hasta la taza. También cuentan con guianza en lengua de señas colombiana, lo que garantiza que las personas con discapacidad auditiva puedan disfrutar de la experiencia.