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¿Por qué Alejandro Gaviria considera que “Dios no existe”? Acá están sus explicaciones

En exclusiva con SEMANA, el candidato presidencial reveló los motivos por los cuales es ateo.

20 de noviembre de 2021
alejandro gaviria Candidato presidencial
Alejandro Gaviria, candidato presidencial. | Foto: león darío peláez-semana

Alejandro Gaviria confirmó el 27 de agosto su candidatura en las elecciones presidenciales del próximo año. Su carrera política se ha visto envuelta en una serie de polémicas, en particular durante la última semana, por su ruptura política con el expresidente César Gaviria.

El candidato, que dejó su cargo como rector de la Universidad de los Andes para iniciar su campaña política, confirmó que la última conversación que tuvo con el expresidente fue el miércoles, alrededor de las tres de la tarde. A través de una llamada telefónica, el candidato fue enfático y expresó que era un candidato independiente, autónomo, capaz de tomar sus propias decisiones. El expresidente colgó abruptamente debido a su desacuerdo con Alejandro Gaviria.

En entrevista con SEMANA, uno de los datos que el candidato mencionó es que considera que Dios no existe. Esta conclusión la tuvo alrededor de los 14 o 15 años. Explicó que llegó a esta afirmación a partir de lecturas. “No es tanto que Dios no existe, es que ese Dios antropomórfico como lo plantean las religiones, que después de esto sigue un juicio, yo no lo tomo literalmente, sino de una manera metafórica. Creo que hay muchas afinidades, no tanto que Dios no existe, yo no me tomo de manera literal algunas de las enseñanzas de la Iglesia católica, por ejemplo”, indicó.

Viniendo de una cultura paisa, en la que la muchos de los habitantes de esta región del país creen en Dios, ser ateo puede ser algo bizarro, especialmente en una cultura tan conservadora. Alejandro Gaviria contó que a pesar de esto su familia no era muy religiosa. Cuando les mencionó sobre ser ateo no hubo conflictos al respecto. “No, mis papás no eran muy practicantes. Mi papá pensaba muy parecido a lo que yo”, dijo.

En la conversación se mencionó sobre cómo las religiones, de alguna manera, les marcan un camino a las personas y les ponen unos límites y restricciones. Para quienes no creen en Dios, esos límites los pone la cabeza, dijo el candidato, mientras se señaló la suya.

Sobre su carrera por la Casa de Nariño, Gaviria se siente seguro. Aunque la ruptura con el expresidente Gaviria no fue de una buena forma, explicó que está tranquilo. Añadió: “Uno, después de haber superado un cáncer, todo lo demás puede ser bienvenido”. Tampoco le asusta la amenaza de los liberales de quitarle el respaldo y de no entregarle ni las firmas que le habían recogido para apoyar su candidatura. “Nosotros ya tenemos las firmas. Si no me dan las que recogieron no me van a hacer falta”, le dijo Alejandro Gaviria a SEMANA.

El episodio la llamada de este miércoles cambia mucho las cosas para Alejandro Gaviria, pero también para el Partido Liberal. No es la primera vez que la colectividad enfrenta crisis de este tipo. Hace cuatro años, el Partido Liberal respaldó la aspiración de Humberto de la Calle, quien contó con un apoyo muy pobre de la colectividad. Apenas logró un poco más de 400.000 votos en una consulta interna, que lo dejó por fuera de cualquier posibilidad real de triunfo.

César Gaviria apoyó luego al actual presidente Iván Duque. Inclusive, fue hasta el apartamento del hoy jefe del Estado a refrendarle su respaldo, pero a pesar de todo ello las relaciones entre los dos líderes terminaron muy mal. César Gaviria es hoy uno de los principales opositores del gobierno del presidente Iván Duque.

El candidato explicó que no considera al expresidente César Gaviria un enemigo, sino un adversario político de gran influencia en el país. “Yo no quisiera hablar de enemigos. No me gusta hablar de enemigos en política. He dicho desde el comienzo que uno puede tener en política quizá adversarios, quizá contradictores, pero no enemigos porque los enemigos se eliminan. Y he querido quitar de esas discusiones políticas el término enemigo. No me gusta tener enemigos, nunca me ha gustado. Y entre esa disyuntiva que tú planteas entre decir ‘bueno, ahora me siento liberado o tengo un nuevo enemigo’, yo cogería la primera interpretación”, explicó Gaviria.