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“¿Por qué el país no se detuvo para exigirle a la guerrilla y al Estado parar la guerra política?”: La pregunta de la Comisión de la Verdad
El padre Francisco de Roux aseguró que el informe tiene verdades incómodas y que durante años muchos se negaron a escuchar.
“¿Por qué el país no se detuvo para exigirle a la guerrilla y el Estado parar la guerra política desde temprano y negociar una paz integral? ¿Cuál fue el Estado y las instituciones que lo impidieron y más bien promovieron el conflicto armado? ¿Dónde estaba el Congreso, los partidos políticos, hasta dónde los que tomaron las armas contra el Estado calcularon las consecuencias brutales y macabras de su decisión? Estas son algunas de las preguntas que se hizo el padre Francisco de Roux durante la presentación del informe final ‘hay futuro si hay verdad’.
En la introducción del documento, el presidente de la Comisión de la Verdad aseguró que durante cuatro años se recolectaron declaraciones de cerca de 30 mil víctimas del conflicto armado interno, muchos de ellos en el exilio, pertenecientes a las minorías sociales y que habitaban los departamentos más alejados, en los cuales, la presencia del Estado durante décadas brilló por su ausencia.
En esta amalgama de crímenes atroces los principales protagonistas del conflicto armado “no entendieron que el orden armado que imponían sobre los pueblos y comunidades que decían protegerlo lo destruían y lo dejaban en manos de los paramilitares que llegaban a acabarlas. ¿Qué hicieron ante esta crisis del espíritu los líderes religiosos? Aparte de los pastores y mujeres de fe que incluso pusieron la vida para acompañar y denunciar, ¿qué hicieron otros sacerdotes, obispos, ministros, comunidades religiosas y educadores? ¿Qué dicen los jueces y fiscales que dejaron acumular la impunidad? ¿Qué papel jugaron los formadores de opinión y los medios de comunicación? ¿Cómo nos atrevimos a dejar que pasara y cómo nos podemos atrever a permitir que continúe?”
Durante su discurso, el padre de Roux puso de presente la gran indiferencia que se tuvo por años con las víctimas del conflicto armado, quienes fueron revictimizadas, desplazadas una y otra vez, miradas con desprecio pese a que compartían la misma nacionalidad, la falta de conciencia sobre el sufrimiento que dejó la guerra. En los últimos años, tras la firma del Acuerdo de Paz, se han dado saltos enormes frente a este proceso de reparación colectiva.
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“Nuestro primer saludo y nuestra expresión de corazón es para ustedes mujeres, hombres, niñas y niños, personas LGBTIQ, comunidades étnicas, víctimas en Colombia, por ustedes estamos aquí ”: @FranciscoDeRoux, presidente @ComisionVerdadC #EnVivo ► https://t.co/k4B5eYdbkC pic.twitter.com/2LVr7JtVMr
— Comisión de la Verdad (@ComisionVerdadC) June 28, 2022
“Somos conscientes que no estamos en los tiempos en que las Farc-EP llegó a controlar la iniciativa de la confrontación y cuando el paramilitarismo en el grado mayor de terror alcanzó a ser una alternativa a las fuerzas del poder”, resaltó el presidente de la Comisión de las Farc.
En su intervención recordó los días en que las desapariciones y secuestros se contaban por centenas, los desplazamientos por cientos de miles y todas las camas del Hospital Militar en Bogotá estaban ocupadas por heridos del conflicto armado. “Lo ganado en el Acuerdo de Paz de octubre de 2016 es una realidad, nuestro pueblo conoció en el 2017 el más tranquilo de los años vividos en medio siglo, conoció lo que era la paz y no va a renunciar a ella”.
Una de las primeras conclusiones del informe es la implementación total del Acuerdo de Paz que se firmó en el 2016, así como entender la realidad, daños y consecuencias del conflicto armado interno con el fin de visibilizar a las víctimas.
“Llamamos a sanar el cuerpo físico y simbólico, pluricultural y pluriétnico que formamos como ciudadanos y ciudadanas de esta nación. Cuerpo que no puede sobrevivir con el corazón infartado en el Chocó, los brazos gangrenados en Arauca, las piernas destruidas en Mapiripán, la cabeza cortada en El Salado, la vagina vulnerada en Tierralta, las cuencas de los ojos vacías en el Cauca, el estómago reventado en Tumaco, las vértebras trituradas en Guaviare, los hombres despedazados en el Urabá, el cuello degollado en el Catatumbo, el rostro quemado en Machuca, los pulmones perforados en las montañas de Antioquia y el alma indígena arrastrada en el Vaupés”, manifestó el padre De Roux durante la lectura de la introducción del informe.
En sus palabras, el presidente de la Comisión de la Verdad resaltó que durante estos cuatro años se hicieron jornadas maratónicas con el fin de recibir las declaraciones en los lugares más alejados del país, intentando siempre que fueran de manera presencial y se creara un lazo de confianza.