Nación
“Por qué me lo mataron”, el desgarrador momento de una mamá, al recibir el ataúd de uno de los policías masacrados en Huila
Jeimy Endes, ‘se quebró’ al ver el cuerpo de su hijo, el auxiliar de Policía Santiago Endes Gómez.
En imágenes quedó registrado el doloroso momento en que fueron entregados los cuerpos de dos de las víctimas del asesinato de siete policías en el Huila el viernes pasado.
Los dramáticos momentos se vivieron en Fortalecilla, un pequeño caserío, ubicado a 30 minutos de Neiva, de dónde eran oriundos los auxiliares de policía, Arlés Mauricio Pascuas Figueroa y Santiago Gómez Endes.
Las imágenes muestran el dolor de las familias y personas cercanas a los uniformados que perdieron la vida el viernes pasado, en el atentado en el que hubo un sobreviviente. Una de las madres de las víctimas gritaba en el homenaje “¿Por qué me lo mataron?”.
Decenas de personas hicieron parte del homenaje, en el que hubo tanto civiles como uniformados.
Y es que desde el viernes anterior, cuando se registraron los hechos, las pesquisas se están adelantando para saber si este acto criminal fue planeado, si obedece al cumplimiento de amenazas contra los uniformados y, especialmente, se busca establecer quién cometió semejante barbarie.
La Policía Nacional confirmó las identidades de los siete patrulleros asesinados. Y uno solo resultó ileso, el patrullero Gustavo Alberto Esquivel.
Intendente Wilson Jair Cuéllar Losada: 42 años; lugar de nacimiento: Rivera, Huila; tiempo en la Policía: 20 años, 4 meses, 15 días; tiempo en la unidad: 5 años, 11 meses y 29 días; hijos y esposa: 3 hijos (2 hombres y 1 mujer) y su esposa.
Intendente Luis Alberto Sabi Gutiérrez: 37 años; lugar de nacimiento: Neiva, Huila; tiempo en la Policía: 18 años, 6 meses, y 23 días; hijos y esposa: 2 hijos, 1 hijastro (2 niñas y 1 niño) y su esposa.
Patrullero Duverney Carreño Rodríguez: 42 años; lugar de nacimiento: Bucaramanga, Santander; tiempo en la Policía: 20 años, 1 mes y 23 días; tiempo en la unidad: 5 años, 3 meses y 16 días; hijos y esposa: 2 hijos (2 hombres) sin esposa.
Patrullero John Fredy Vargas Bautista: 31 años; lugar de nacimiento: Pesca, Boyacá; tiempo en la Policía: 11 años, 10 meses y 22 días; tiempo en la unidad: 9 años, 2 meses y 7 días; hijos y esposa: 1 hijo, 1 hijastro (2 hombres) y su esposa
Auxiliar de Policía Santiago Gómez Endes: 18 años; lugar de nacimiento: Neiva, Huila; tiempo en la Policía: 3 meses y 16 días; sin hijos y sin esposa.
Auxiliar de Policía Cristian Ricardo Cubillos Borbón: 20 años; lugar de nacimiento: Neiva, Huila; tiempo en la Policía: 3 meses y 16 días; sin hijos y sin esposa.
Auxiliar de Policía Arles Mauricio Pascuas Figueroa: 19 años; lugar de nacimiento: Neiva Huila; tiempo en la Policía: 3 meses y 16 días; sin hijos y sin esposa.
Este fin de semana la Fiscalía señaló: “Respecto a las acciones judiciales adelantadas en el caso del atentado con explosivos a una patrulla de la Policía Nacional, en el corregimiento de San Luis de Neiva (Huila), y en la que murieron siete uniformados, la Fiscalía General de la Nación se permite informar que servidores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), el día de ayer, 3 de septiembre de 2022, realizaron el retiro de los cuerpos de las víctimas y fueron trasladados al Instituto Nacional de Medicina Legal para su custodia y preservación. Se está adelantando el informe y las correspondientes actas de inspección técnica a cadáver soportadas en los elementos materiales probatorios encontrados en la escena”.
SEMANA conoció parte de la versión del patrullero ante las autoridades. Hay más de dos horas de grabación y ocho páginas de su versión de los hechos. Según dijo, él viajaba en la parte trasera de la camioneta de la Policía, en el costado izquierdo, al lado de unos plátanos que llevaban consigo. Cuando sintió las explosiones, las balas, se lanzó del vehículo y empezó a disparar. “Yo sentí el bombazo y me tiré, les empecé a disparar y me defendí”, aseguró.
En medio de la angustia por salir de la zona, Esquivel logró conseguir que un habitante de la zona lo sacara en moto y lo alejara del sitio donde había ocurrido la masacre de sus compañeros, los otros siete policías que viajaban en la patrulla.
El sujeto le cobró 50.000 para alejarlo del lugar y ubicarlo en una zona segura.