POLÍTICA
¿Por qué nadie quiere con los partidos? Avalancha de candidatos por firmas
El desprestigio de estas organizaciones es tal que muchos candidatos prefieren recoger firmas bajo la pandemia que inscribir sus nombres en representación de dichas estructuras.
En medio del desprestigio de los partidos políticos en Colombia (89 por ciento de imagen desfavorable, según Invamer), un grupo de candidatos presidenciales buscará llegar al poder en 2022 por medio de movimientos independientes. Quienes optaron por esta vía saben de la crisis de dichas estructuras y anunciaron que recogerán firmas durante los próximos meses pese a las restricciones de la pandemia.
Candidatos como Juan Carlos Echeverry, Enrique Peñalosa, Roy Barreras, Miguel Ceballos, Rodolfo Hernández y Federico Gutiérrez, por citar algunos ejemplos, se desmarcaron de las colectividades. Sin embargo, la lista puede ser más grande debido a que la Registraduría ya recibió 11 solicitudes de aspirantes por firmas. “Este ejercicio me permitirá consolidar la Fuerza de la Paz, que he venido construyendo durante los últimos 15 años”, explicó Barreras, quien renunció al Partido de la U.
El reto no es menor. “En Colombia tenemos una legislación que les cierra la puerta a los candidatos. Es muy difícil llegar por fuera de los partidos”, sostuvo Enrique Peñalosa, quien ha sido dos veces alcalde de Bogotá en nombre de movimientos ciudadanos. Eso no impedirá que, en marzo de 2022, el exalcalde participe en una consulta abierta con aspirantes de otros partidos con el fin de escoger a la persona que disputará la presidencia a nombre de la derecha y la centroderecha.
Algunos candidatos declinaron temporalmente las plataformas de los partidos, como es el caso de Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda, cercano a los conservadores. “Busco ir por el país y dar a conocer mi nombre y mis propuestas, y eso se logra mucho mejor con firmas, pero, por supuesto, espero que el Partido Conservador me dé su apoyo en noviembre”, aseguró.
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“En las encuestas los partidos políticos salen golpeados. Confío en una dirigencia que siempre se sobrepone a las adversidades”, reconoció el senador Efraín Cepeda, del Partido Conservador. A su nombre se le suman el de su colega David Barguil y el de Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, quienes buscarán quedarse con la candidatura única de esa colectividad para las elecciones presidenciales.
En el Partido Liberal toda la esperanza está puesta en que Alejandro Gaviria decida lanzarse. Sin embargo, el rector de la Universidad de los Andes también lo haría por firmas. “El movimiento significativo de ciudadanos lo muestra como independiente y no como político. Después va obteniendo apoyos y acompañamiento de personas”, dijo un representante liberal que promueve la candidatura de Gaviria.
Hoy, en Colombia, la mayoría de los votantes no simpatizan con ningún movimiento político en particular. En una encuesta realizada por el Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, en junio pasado, el 53 por ciento no se identificó con ninguno de los partidos. Solo el 11 por ciento se sintió afín con el Partido Liberal; el 6 por ciento, con el Centro Democrático, y el 5 por ciento, con la Colombia Humana. Las cifras del Partido Conservador (4 por ciento), Alianza Verde (2 por ciento), Partido de la U (2 por ciento), Mira (1 por ciento), Cambio Radical (1 por ciento) y Polo Democrático (1 por ciento) son igual de ínfimas.
En el caso de La U, su directora, Dilian Francisca Toro, recorre el país y congrega a los exgobernadores para definir un mecanismo y concretar una candidatura. Cambio Radical no tiene aún un candidato, y muchos quieren ver jugar al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, pero, hasta ahora, él ha dicho que no se postulará.
La crisis de los partidos no es una realidad exclusiva de Colombia, sino un problema global. La desconfianza hacia las instituciones y la incapacidad de dichos movimientos de satisfacer las demandas de los ciudadanos en estos tiempos son dos de las razones que explican ese mal momento. Pese a eso, las estructuras y las maquinarias de las colectividades juegan un papel relevante en las elecciones presidenciales, y muchos candidatos independientes, al final, recibirán sus respaldos en las urnas. Por ahora, para tratar de desmarcarse de los pecados de los partidos políticos, algunos candidatos inician recorridos por el país con la meta de recoger 508.000 firmas.