PORQUE SE ENTREGO FABIO OCHOA

SEMANA revela los detalles de la decisión y cuál fue la posición de Pablo Escobar.

21 de enero de 1991

"Siento la misma felicidad de entrar a la cárcel que puede sentir cualquier otra persona cuando la abandona".
Estas fueron las primeras palabras que intercambió Fabio Ochoa con su familia, cuando se reunió con ella el pasado martes, en una de las carreteras del municipio de Caldas -Antioquia minutos antes de que se produjera su entrega a la directora de Instrucción Criminal de Medellín, Marta Luz Hurtado. Con esta frase, el menor de los Ochoa hacía referencia a lo infernal que se había convertido su vida después de tres años de permanecer en la clandestinidad.

Mientras muchos describen a los Ochoa como unos capos poderosos y obsesionados por mantener su poder, la familia de ellos se consideraban personas normales, que alguna vez cometieron un error y que no aspiran a nada diferente de mantener su vida. "Todas las mañanas pensábamos que alguno de nuestros hermanos podría amanecer muerto", afirmó a SEMANA uno de los miembros de la familia Ochoa, tras agregar que vivir en una choza, sin ver crecer a sus hijos, sin estar con sus esposas, sin acompañar a los viejos en la vejez, y con el temor de ser asesinados, es mil veces peor que permanecer en cualquier cárcel colombiana.

La familia Ochoa, de todas formas, dice no estar en ánimo de sacar ventaja de esta situación. "Lo único que desea es estar en regla con la sociedad ", afirmó uno de sus abogados, aclarando que si todo funciona en el caso de Fabio, también se entregarán Juan David y Jorge Luis.

Fabio Ochoa tomó la decisión más importante de su vida hace tres meses y medio, cuando el presidente César Gaviria, en una intervención televisada, anunció la expedición del decreto Legislativo 2047, considerado un canal abierto a la reincorporación de los extraditables a la vida normal. Al otro día de que la opinión pública conociera las medidas del Gobierno, Fabio le escribió una carta a su familia donde les anunciaba su decisión voluntaria de entregarse. Tres días después, le envió otra carta, de su puño y letra, al ministro de Justicia, Jaime Giraldo Angel, en la que le comunicaba su determinación y le pedía una mayor ampliación sobre el alcance del Decreto expedido.

Desde ese momento, un "pool" de abogados comenzó a estudiar paso a paso las medidas decretadas por el Gobierno. Mientras tanto, Fabio envió otra carta al director de Instrucción Criminal, Carlos Mejía, donde también le solicitaba claridad sobre algunos aspectos de las medidas gubernamentales.
La principal preocupación del hermano menor del clan Ochoa eran las garantias que ofrecía el Gobierno para que no fuera extraditado a los Estados Unidos, una vez se entregara. Las respuestas no se hicieron esperar. Las consultas elevadas por Ochoa hijo fueron aclaradas públicamente por el Ministro de Justicia en las diferentes ruedas de prensa que concedió para explicar los alcances del decreto expedido. Sin mencionar nombres, Jaime Giraldo Angel señaló en una de sus entrevistas con los periodistas que tenia pruebas serias y contundentes de que uno de los extraditables de Medellin estaba estudiando la posibilidad de entregarse. Se trataba, ni más ni menos, de Fabio Ochoa.

Pero no solo Fabio estudió esta posibilidad. También lo hizo su hermano Jorge Luis. Siguiendo el mismo método de su hermano menor, le envió una carta al ministro Jaime Giraldo Angel.
Pero esta vez no fue para pedirle aclaración sobre los decretos. En ella contaba su vida, y le decia al ministro lo que le habia ocurrido en España, su detención en la cárcel de la Ternera en Cartagena y luego en La Picota. Le manifestaba que los jueces y funcionarios de las cárceles donde había estado, y quienes posteriomente lo habian dejado en libertad por orden de un juez, hoy estaban destituidos o presos. Al final de su mensaje al ministro, Jorge Luis le decía que tenia todas las intenciones de entregarse, pero que tenia sus reservas con la experiencia que habia vivido. Al final de la carta dejaba abierta la posibilidad de que él también se entregaría, como lo haria su hermano Fabio, y como posiblemente lo haria Juan David.

Los dias que siguieron a la expedición del decreto 2047 y las medidas complementarias, fueron intensos. Los abogados se enfrascaron en una batalla juridica en procura de buscar linea por linea si pudiera existir alguna trampa del Gobierno. Mientras esto ocurria, Fabio permanecia en contacto con su familia, a través del correo. En sus cartas, anunciaba que su decisión era entregarse de inmediato. Pero sus familiares le pedian que esperara un poco más. Le decian que los abogados seguian en su análisis y estudio de los decretos, y que aún no era el momento de tomar la decisión.

"Fueron días muy difíciles para Fabio. El nos decía que necesitaba quitarse ese peso de encima. Que el encierro, la soledad, la tristeza, el aislamiento lo estaban volviendo loco. El es un hombre muy capaz, muy análítico, que cuando se le mete una cosa en la cabeza, no hay poder humano que lo saque de ella. Nosotros veíamos venir el momento y tuvimos que presionar a los abogados para que tomaran una decisión", señaló a SEMANA uno de los miembros de la familia.

LA DECISION
El 16 de octubre pasado fue el dia en que Fabio Ochoa decidió que era el momento de entregarse. Ese dia su primo Mauricio Isaza y un amigo, Jairo Peláez, salieron de su casa a realizar una diligencia. Nunca regresaron. La familia Ochoa movió todos sus hilos para averiguar por su paradero.
Mauricio Isaza era su contacto con el mundo exterior.
Según Marta Nieves Ochoa, "un oficial nos informo que si no actuábamos rápido, eran hombres muertos.
Ofrecimos plata, pero nunca nos llegamos a imaginar la cifra que ellos pedían para garantizar la vida de Mauricio y de Jairo: un millón y medio de dólares por cada uno. Cuando reunimos la plata, nos enteramos que Jairo había sido torturado y asesinado. Mauricio desapareció. Y estamos seguros que también lo mataron. La Procuraduría conoce el caso. Pero las investigaciones no han arrojado ningún resultado positivo".
Según su hermana, Fabio se enteró de lo ocurrido y se comunicó con su familia para decirles que ni él ni sus hermanos estaban a salvo. Que si el Cuerpo Elite los encontraba los mataba. Y que, ante esa alternativa, su decisión era entregarse de inmediato. Una vez más, sin embargo, los abogados lo convencieron de que todavía no era hora y que había que esperar las modificaciones al Decreto 2047. Fabio insistió en que no esperaria más tiempo. Le envió a sus hermanos Jorge Luis y Juan David una carta donde les comunicaba que había tomado la decisión de entregarse. Y también le hizo llegar a Pablo Escobar una comunicación en la cual le pedia sus opiniones al respecto.

Doce horas antes de entregarse a la directora de Instrucción Criminal de Medellín, Escobar le respondió la carta. En ella, le decía que respetaba su decisión, que lo apoyaba y que él seguiria estudiando las medidas del Gobierno, porque también estaba en vía de entregarse. Los hermanos de Fabio, por su parte, también, respetaron su decisión y le comunicaron que lo apoyaban y que esperaban que el paso que iba a darse era el camino que solucionaría todos sus problemas.

La entrega de Fabio Ochoa estaba prevista para el viernes 14 de diciembre. En el despacho de la directora de Instrucción Criminal, Marta Luz Hurtado, se levantaron las actas protocolarias para seguir los pasos correspondientes. Pero una decisión de última hora de sus abogados frustró la entrega.
La razón: el ministro de Justicia Jaime Giraldo Angel habia concedido una entrevista a un medio radial donde anunciaba que no habría modificaciones a los decretos expedidos por el Gobierno.

El lunes 17 de diciembre, sin embargo, las autoridades anunciaron un nuevo decreto, el 3030, que fue considerado por los abogados del cartel como un decreto de guerra. Y en sus primeras declaraciones señalaban que lo que habia hecho el Gobierno con la mano lo borraba con los pies.

No habían terminado las discusiones sobre este tema, cuando los colombianos fueron sorprendidos con la entrega de Fabio Ochoa. Mientras los abogados se trenzaban en una discusión sin fin, el menor de los Ochoa decidió jugarse el todo por el todo y sin hacerle caso a nadie acabar la pesadilla de una vez por todas envió una carta a su familia en la que les anunciaba que se entregaría el martes al medio día, en una de las carreteras que conducen al municipio de Caldas, Antioquia. En esa carta Ochoa manifestaba que "estoy decidido y definitivamente me entrego mañana, y no me dejo atajar de ninguno de los abogados". Más adelante señaló: "Necesito saber dónde es lo de la juez y a qué horas. Si a las cuatro de la tarde del martes no tengo ninguna razón, me voy a presentar al primer juez que encuentre en el camino. . . "
La decisión ya estaba tomada. En su carta les dijo a sus familiares que esa noche se reuniria con ellos en una de las fincas cercanas a donde se entregaría para celebrar la Navidad. Todos los miembros del clan Ochoa, menos el padre, que se encontraba en una feria ganadera en el municipio de Girardot, se dieron cita en la finca. Después de año y medio de permanecer en la clandestinidad, Fabio se reuniría por primera vez con su familia. Fueron todos. Incluidos los 23 nietos. Pera Fabio nunca apareció. A las diez de la noche mandó razón de que no podía llegar porque tenia miedo de que lo interceptara el Cuerpo Elite. Y les avisó que lo mejor era reunirse a las 12 en punto del martes, en la carretera que conduce a Caldas. Allí llegaron sus familiares con la directora de Instruccion Criminal. Apenas tuvieron unos minutos para conversar. Fabio les manifestó que se quitaba un peso de encima y que se sentía muy tranquilo. Su familia y la directora de Instrucción Criminal se dirigieron al despacho de la funcionaria, donde se protacolizó la entrega. Una de las hermanas filmó un video que entregaron posteriomente a toda la prensa.
La razón de esa filmación era para dejar un testimonio de que su hermano era entregado en perfectas condiciones físicas a las autoridades.

Fabio se entregó por iniciativa propia y no como parte de una estrategia del clan. Si a él no lo pasa nada, diferente del cumplimiento de la justicia, es seguro que sus hermanos se entregarán. Y poco tiempo después es muy probable que lo haga Pablo Escobar.