Congreso
Preocupación en el Pacto Histórico: el desorden de su agenda legislativa los está llevando a que fracasen varias de sus iniciativas
En medio de la falta de cohesión, la indisciplina y la dispersión de proyectos, el Pacto Histórico ha terminado por ceder sus principales banderas, incluso ante la oposición. ¿Qué está pasando?
El Pacto Histórico tiene la bancada más grande del Congreso, las presidencias del Senado y la Cámara, el control de las comisiones económicas y la representación más amplia en el Gobierno. Sin embargo, más allá de la agenda del presidente Gustavo Petro, que ha ayudado a impulsar esta fuerza política, no ha logrado sacar adelante la mayoría de las banderas de la campaña. En los últimos días acumula varias derrotas que han empezado a generar preocupación en el petrismo.
Un ejemplo es lo ocurrido con la promesa de acabar los privilegios de los congresistas. A pesar de que inicialmente llovieron propuestas con este propósito, la mayoría de ellas de la Alianza Verde y del Pacto Histórico, hoy solo sobreviven dos proyectos en este sentido: el que reduce el salario de los congresistas, del Centro Democrático, y el que recorta las vacaciones del Congreso, de Cambio Radical. Es decir, perdieron el pulso frente a la oposición, que es minoría.
También se le adelantaron con el paquete de legalización de las drogas y de derechos de los trabajadores, temas claves para los petristas en la campaña. La legalización de la marihuana ya superó sus primeros dos debates. Y la ampliación del recargo nocturno para los empleados ya superó su primer debate en la Cámara. Ambos son proyectos del Partido Liberal. El Pacto Histórico también está quedando en deuda con promesas como la eliminación del Esmad y el desmonte del 4 × 1.000.
En lo que sí se ha mantenido firme la bancada petrista y ha logrado avances es en los proyectos ambientales y agrarios. El Acuerdo de Escazú, radicado por el Gobierno Duque, pero abanderado por el Pacto Histórico y la Alianza Verde, ya fue aprobado por el Congreso. La eliminación del fracking inicia su trámite la próxima semana, y la creación de un tribunal especial para los temas agrarios superó su primer debate.
Lo más leído
Un hecho que explica lo que sucede con la agenda de esta fuerza política es que, según reconocen sus propios congresistas, hay desorden en la bancada y dispersión de proyectos. El representante Alirio Uribe, por ejemplo, reveló que actualmente existen “seis iniciativas para luchar contra el hambre, la mayoría de congresistas del Pacto Histórico”. Pero, además, ha habido indisciplina entre los congresistas, muchos de los cuales se ausentan a la hora de votar. Así ocurrió con el proyecto que prohíbe las corridas de toros, una iniciativa que, si bien es de autoría del Partido Liberal y de la Alianza Verde, ha sido abanderada por la bancada petrista. El proyecto se hundió en la plenaria de la Cámara por tres votos. Lo que más llamó la atención es que en la votación se ausentaron siete parlamentarios de los partidos alternativos, incluidos miembros del Pacto Histórico.
Por un hecho similar, el Pacto también se llevó un buen susto hace dos semanas en el Senado cuando se les hundió –por apenas dos votos– la propuesta, contenida en la ley de paz total, con la que se buscaba establecer el servicio social para la paz. Lo que desató la indignación fue que durante la votación se ausentaron seis congresistas del Pacto. Esta disposición, no obstante, fue revivida en la Cámara.
Más crítico resultó lo sucedido con la propuesta que le daba facultades al Gobierno para indultar a miembros de la primera línea. Esta fue una promesa no solo del Pacto Histórico, sino del presidente Petro. El artículo se hundió.
En medio de la falta de cohesión, la indisciplina y las divisiones, la bancada del Pacto Histórico ha terminado por entregar buena parte de sus banderas y, con ello, las promesas de cambio.