medioambiente
Presidente Petro arremetió contra la industria cañera en la COP16 y varios sectores lo pusieron en su sitio
Políticos, empresarios y medios de comunicación cerraron filas contra el discurso de odio del presidente Petro, quien criminalizó la industria de la caña en medio de la COP16, un evento internacional.
El presidente Gustavo Petro logró convertir la fiesta por la inauguración de la COP16 en Cali en un escenario de dardos políticos contra el alcalde de esa ciudad, Alejandro Éder, y la industria de la caña, la principal jalonadora de la economía vallecaucana.
Petro, que estaba en medio de un público afín a sus ideales políticos, entre los que se destacaba la minga indígena y sectores sindicales, encaró al alcalde Éder: “Hay que decirlo aquí porque me atrevo. Alcalde (Alejandro) Éder, lo hemos discutido varias veces, si se concentra en un solo cultivo y a veces bajo unos solos propietarios la tierra del Valle del Cauca fértil, pues el campesinado, los indígenas y las comunidades negras terminan saliendo hacia donde están las selvas, porque no tienen otra oportunidad para vivir y terminan arrumados en los barrios populares bajo techos de cartón, como conocí Aguablanca (subregión urbana de la capital del Valle)”.
Esta frase del presidente no fue bien recibida por varios sectores políticos y económicos del Valle del Cauca, que le recordaron al jefe de Estado que esta industria ha sido la principal generadora de empleo por décadas en el suroccidente colombiano. El primero en responderle fue el mismo Éder, quien, nuevamente, manifestó que “hay mucho desconocimiento acerca de esta industria”.
“El comentario del presidente no es nada nuevo, los colombianos ya lo conocemos (...). No olvidemos que el Valle del Cauca se debe a la industria azucarera, que es la única industria circular que hay en Colombia”, complementó el alcalde de Cali. Otro que no se quedó callado fue Christian Garcés, representante a la Cámara por el Valle, quien tildó a Petro de mentiroso.
Lo más leído
“Engaña Gustavo Petro a la comunidad internacional en la COP16. La miseria de los campesinos no proviene de la caña, sino de la violencia que desplazó a cientos de miles de familias víctimas de la coca y los grupos armados que agobian a Cauca y Nariño”, dijo Garcés.
Además, el representante a la Cámara manifestó que el mandatario colombiano “oculta” al narcotráfico como el culpable de la problemática que se vive en los municipios del Pacífico colombiano.
“Muy grave que el presidente oculte al narcotráfico como gran depredador de nuestra biodiversidad y generador del desplazamiento. En vez de atacar lo que hoy funciona, como la producción de caña, promueva cultivos que generen riqueza para los campesinos”, reclamó el parlamentario que forma parte de la bancada de oposición.
A su turno, la también parlamentaria vallecaucana María Fernanda Cabal manifestó: “Petro y su resentimiento contra el desarrollo atacan la industria de la caña, que ha hecho del Valle un polo de desarrollo, pero guarda silencio ante miles de hectáreas de coca. Respete, Petro, que mientras los ingenios generaban desarrollo, usted y el M-19 sembraban terror”.
Incluso, medios de comunicación locales, como el Diario Occidente, le dedicaron duros editoriales al presidente Petro por sus continuas agresiones a esta industria. “Resulta preocupante que Petro arremeta contra un sector legal que genera empleo y desarrollo cuando, al mismo tiempo, su Gobierno no ha mostrado la misma severidad hacia los cultivos ilícitos, cuya erradicación no es su prioridad. Estas inconsistencias en el discurso presidencial generan incertidumbre sobre la verdadera estrategia del Gobierno”, dijo el escrito del tradicional periódico.
Hasta el expresidente Álvaro Uribe, que no es oriundo de la región, salió a respaldar a los vallecaucanos ante esta arremetida del presidente Petro: “COP16, el epicentro es Cali, con el Valle del Cauca, una de las tierras más fértiles del mundo y con la mayor productividad de caña de azúcar”. Así las cosas, parece que al actual mandatario no le salió bien la jugadita de aprovechar un evento internacional para criminalizar la producción local.