Nación
“Me arrepentí”. Preso de La Picota que se fugó en una cita médica, regresó a la cárcel
El reporte que conoció SEMANA advierte que el privado de la libertad condenado por homicidio aprovechó un descuido de la guardia para fugarse.
Era como chiste, una broma en el relato de los guardianes del Inpec que tenían bajo custodia a un privado de la libertad, condenado por homicidio, que se fugó en medio de una cita médica en Bogotá. El preso estaba en un tratamiento de diálisis cuando, mientras un guardián salió a tomar tinto, se fugó sin mayores problemas. Salió caminando del centro médico, pero dos días después, regresó arrepentido.
El reporte de las autoridades advierte que el pasado sábado y cuando fue trasladado a un centro médico, John Fahin Salguero aprovechó un descuido de la guardia para burlar la custodia y salió como un paciente más en el Hospital San José, en pleno centro de Bogotá. Se fugó y los funcionarios del Inpec se quedaron con la duda del acto de magia, del privado de la libertad.
Pasaron dos días y Salguero regresó arrepentido a la cárcel. Se presentó solo, sin apuros y advirtiendo a los guardias de la entrada principal de La Picota, en el sur de Bogotá, que era un huésped de esa cárcel, que se ausentó, que quiso convertirse en prófugo, pero simplemente se arrepintió de una vida de forajido rebelde.
Apareció en la entrada de La Picota y explicó los hechos. Los guardias quedaron sorprendidos, de la naturalidad con que un hombre simplemente se paró enfrente para decir que quería regresar a su celda, después de unos días en libertad, de saborear el viento en la calle y seguramente saludar a sus seres queridos por un fin de semana.
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Salguero básicamente se fue de puente. Estuvo el fin de semana en libertad mientras los guardianes pasaban, quizá, su peor momento. Se abrieron las investigaciones correspondientes, el Inpec ordenó los procesos disciplinarios del caso que dejaba a los funcionarios en la mitad de una investigación.
La falla en la custodia es clara y los funcionarios tendrán que responder por el error, aun cuando Salguero tomó la decisión de regresar a la cárcel, arrepentido y consciente de su reducido retorno a la libertad. El Inpec continuará con las investigaciones disciplinarias correspondientes para determinar y sancionar las fallas de los funcionarios.
Pero Salguero recibirá más que la bienvenida a la cárcel. Su arrebato de libertad le cobrará factura. Se voló y ese acto es un delito, no una travesura. Tendrá que responder por un nuevo cargo, fuga de presos y con la condena correspondiente. Además de los años que le faltaban por pagar, tendrá nuevos hechos por responder.