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Escándalo: cinco policías capturados tendrán que responder por muerte de presunto violador de Hilary. El hombre tuvo que tomar orines, fue rapado y lo golpearon
En la imputación de cargos, la Fiscalía advirtió que Juan Pablo González fue rapado, golpeado y obligado a tomar orines en las celdas de la URI Puente Aranda. Los policías no aceptaron cargos.
La imputación de cargos de la Fiscalía en contra de los cinco policías capturados por el homicidio de Juan Pablo González, el supuesto abusador de Hilary Castro en una estación de TransMilenio en Bogotá, fue demoledora en pruebas y dramática en detalles. El fiscal a cargo de la investigación advirtió que Juan Pablo fue víctima de una “crueldad excesiva”.
La Fiscalía imputó los delitos de homicidio agravado y tortura, tras considerar que los hechos, materia de investigación, dejaron al presunto abusador de Hilary en la mitad de una violenta arremetida de otros privados de la libertad y en presencia de los uniformados que debieron garantizar su protección.
“No provocaron una alerta ni una comunicación para convocar la presencia de otros servidores públicos para controlar la situación. Ni intervinieron, no se opusieron, no manifestaron lo que estaba ocurriendo; al contrario, fueron permisivos, se comportaron de manera distinta a su cargo, a su función de garantes”, dijo el fiscal.
El Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Seccional de Fiscalías de Bogotá logró establecer, con declaraciones y elementos de prueba, cómo fue asesinado Juan Pablo, en una golpiza que se extendió por más de 20 minutos, donde además fue rapado, bañado y obligado a tomar orines.
“Conducta de maltrato contra Juan Pablo González Gómez, desplegada con crueldad excesiva, pues se evidenciaron más de 50 hallazgos de lesiones, hematomas, equimosis y fracturas, lo cual es un reflejo de la brutalidad por ser un presunto violador”, dijo la Fiscalía en la audiencia de imputación de cargos.
Los hechos de tortura están en las actividades criminales que llevaron a la muerte de Juan Pablo en las celdas de la URI mientras le gritaban por qué era sometido a semejantes agresiones y, lo peor, en presencia de los uniformados que se supone estaban en cargados de la seguridad en ese transitorio de reclusión.
“Los agresores de Juan Pablo González Gómez lo obligaron ingerir orines y le gritaban que eso le pasaba por haber violado una niña y le decían que no era tan macho como lo fue con la víctima y, por tanto, merecía morir, es decir, que los golpes se causaron con el fin de castigarlo por la violación. Hubo una intención deliberada y desconsiderada de sometimiento físico en señal de juzgamiento y condena”, explicó el fiscal del caso.
La Fiscalía explicó en la imputación de cargos como la golpiza ocurrió entre las 14:32 horas y las 14:59 horas del 6 de noviembre; luego, Juan Pablo falleció por un politraumatismo contundente, mientras los asesinos gritaban las razones para completar el crimen, sin que los policías, ahora capturados, hicieran algo para evitarlo.
“Los indiciados abandonaron la posición de garantes para permitir, con conocimiento de lo que estaba ocurriendo, que se produjera un resultado lesivo contra la autonomía personal y la vida de Juan Pablo. Los funcionarios de Policía debieron evitar que los privados de la libertad lesionaran, torturaran y quitaran la vida de Juan Pablo”, dijo el fiscal.
De acuerdo con la Fiscalía, la imputación a los policías se hace en calidad de coautores. Por omisión, no fueron ellos quienes lo mataron, pero sí quienes no hicieron nada para evitarlo, aun cuando debieron hacerlo. Es la razón para imputar los cargos que ahora deja a los uniformados como presuntos responsables del homicidio de Juan Pablo.