JUDICIALES
Primer dictamen de balística en el caso de Santiago Murillo, joven asesinado en Ibagué, no coincide con la prueba reina
SEMANA conoció la primera prueba realizada al proyectil que acabó con la vida Santiago y tiene diferencias con el segundo dictamen que arrojó como resultado la compatibilidad plena con el arma del mayor de la Policía Jorge Molano, principal sospechoso del homicidio.
El pasado 1 de mayo, durante las protestas del Día del Trabajo que se dio en el marco del paro nacional que se adelantaba en Colombia, en una de las principales avenidas de Ibagué, mientras un joven de 19 años identificado como Santiago Murillo se movilizaba para su casa y sin que estuviera participando en los disturbios que se registraban en la zona, recibió un disparo en su brazo que le atravesó el tórax y le causó la muerte.
Las primeras investigaciones arrojan como principal sospechoso del homicidio al mayor de la Policía Jorge Molano, quien minutos antes había desenfundado su arma para disparar, según él hacia el aire y hacia el piso para tratar de dispersar a la comunidad enardecida. El uniformado entregó esa misma noche el arma a los investigadores del CTI para que realizaran el cotejo entre el arma y el proyectil que quedó en el cuerpo de Santiago.
En el primer dictamen, que se desestimó en su momento, se habló de intentos de soborno para ocultar el resultado por parte de la familia del oficial, entre otros cuestionamientos. Paralelamente, se estaban conociendo testimonios de varios vecinos del sector, uniformados de la Policía y videos de cámaras de seguridad que arrojaban como segundos sospechosos al patrullero Óscar Devia como la persona que disparó directamente contra el joven. Sin embargo, el arma de este uniformado no fue analizada de inmediato sino varios días después.
La Fiscalía, al parecer, no tuvo en cuenta el primer dictamen del arma del mayor Molano, incluso, las partes dentro del proceso habían manifestado que este documento estaba “envolatado” y que se tenían algunos intereses en ocultarlo. Así que realizaron un segundo cotejo que arrojó un alto porcentaje de compatibilidad entre el arma de Molano con el proyectil que se encontró en el cuerpo de Santiago. El abogado de las víctimas ha considerado esto como la prueba reina dentro del proceso.
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SEMANA tuvo acceso a ese primer dictamen, hasta el momento poco conocido dentro del proceso y el cual se realizó a pocas horas del crimen. Los resultados salieron el pasado 4 de mayo y es evidente que el dictamen no es tan contundente, “se aprecia dos estrías y dos macizos con rotación derecha las cuales no presentan posibilidad para correlación de identidad, implícito la forma elipsoide de la base, deformación y ralladuras en el cuerpo”.
Lo anterior pone en duda la prueba reina, el resultado de la prueba balística, entregado el 26 de mayo, pues hay dos versiones que tienen que ser investigadas a profundidad. Cabe recordar que para el segundo dictamen SEMANA conoció que la cantidad de proyectiles embalados no coincidieron con los que en realidad fueron analizados, pues el perito advirtió de los faltantes dentro de las observaciones.
La familia del joven reclama respuestas y cree en la investigación adelantada por la Fiscalía. En el silencio de la habitación de su hijo, donde los padres duermen desde que falleció, piden que se conozca la verdad para que “no paguen justos por pecadores”. Esperan que algún día el homicida les dé la cara y les diga por qué lo hizo. “Si fue tan varón para disparar con un arma, pues sea berraco y diga yo fui el que mató ese niño”, dijo Miguel Murillo, padre de la víctima. Su reclamo es uno solo: justicia por la muerte de Santiago.