Nación
Muy grave: la columna vertebral del Ejército no tiene generales en propiedad; otro golpe a las operaciones militares y puntos para la criminalidad
El Estado Mayor del Ejército, considerado el cerebro de la institución, se encuentra en encargo y con generales que cumplen dos cargos al mismo tiempo.
SEMANA indagó sobre la situación actual del Estado Mayor del Ejército, que en boca de altos oficiales activos y en retiro, es prácticamente el cerebro, la columna vertebral de la institución militar y el cual se ha visto afectado por la barrida que hizo el gobierno del presidente Gustavo Petro de generales, sumando además el retiro de algunos oficiales por escándalos o por decisión personal.
El Estado Mayor del Ejército tiene entre sus múltiples funciones velar por la misión y soporte de visión de la función de la institución militar y de cumplir las órdenes fijadas por el Gobierno, que en este caso están enmarcados dentro del proyecto de ‘paz total’.
El Estado Mayor se encarga de la logística, la contratación, de mover y planear las operaciones militares, comida para las tropas dentro y fuera del terreno, equipos, armamento, uniformes, comunicaciones, transporte, equipos de visión nocturna, mantenimientos y, como si fuera poco, del sistema de sanidad para los integrantes del Ejército y sus familias que supera el medio millón de personas.
SEMANA conoció con fuentes militares que hoy el Estado Mayor del Ejército se encuentra en manos de generales que están en encargo y que a su vez tienen dos cargos a la vez, lo que para expertos en el sector defensa no es conveniente para una institución de estas características.
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La que sería una nueva crisis para la Fuerza Pública, en este caso el Ejército, quedó en evidencia con la reciente salida a vacaciones y que no seguirá más en la institución militar del general Álvaro Vicente Pérez Durán, segundo comandante del Ejército y quien estuvo en el ojo del huracán por presuntos actos de corrupción al haber usado, al parecer, instalaciones oficiales para alojar un caballo de su propiedad para que le brindaran cuidados y manutención.
Las cabezas del Estado Mayor del Ejército son: el comandante del Ejército, el segundo comandante del Ejército, la jefatura de Estado Mayor de Planeación, la jefatura Mayor Generadora de Fuerza y la jefatura de Operaciones, cargos que hoy se encuentran todos, a excepción del comandante del Ejército, en provisionalidad y con generales que tienen dos funciones asignadas.
Así queda en evidencia cómo está desmantelado el Estado Mayor y las múltiples funciones que han tenido que asumir sus miembros.
Como comandante del Ejército se encuentra el general Luis Ospina.
Como segundo comandante encargado se encuentra el mayor general Juan Carlos Correa, quien es el inspector general del Ejército.
Como jefe de Estado Mayor de Planes y Políticas, encargada está la brigadier general Luz Adriana Tabares, quien además tiene el cargo de jefe del departamento de planeación.
Como jefe de Estado mayor de operaciones se encuentra el brigadier general Fredy Coy Villamil.
Como jefe de Estado Mayor Generador de Fuerza se encuentra en encargo el brigadier general José Soto, quien además es el comandante de Educación y Doctrina del Ejército.
La situación que se ve en el Ejército es la misma que se encuentra en la Policía, en donde hay escasez de mayores generales que son oficiales que por su trayectoria militar, cursos académicos y experiencia en terreno tienen una visión del manejo de las operaciones.
De acuerdo con fuentes del Ejército, por lo general los oficiales que están a la cabeza del Estado Mayor tienen más de 20 años de carrera militar con estudios y maestrías en seguridad y defensa, administración pública, geopolítica, entre otros posgrados que se adjuntan a los requisitos que deben cumplir para llegar a dichos cargos.
Una alta fuente militar le dijo a SEMANA: “El Ejército es de procesos y en este caso no los están cumpliendo o se los están acelerando y eso es contraproducente para la misión de la institución (...) es decir, no están dejando madurar a los generales cómo debe ser y lo exponen para después quemarlos”.
Y aunque las cabezas visibles de la Fuerza Pública digan en público que no hay crisis, saben que la barrida de generales afectó a las instituciones y hoy tienen que redoblar el trabajo de los generales para poder tapar los huecos que dejaron las decisiones del presidente Gustavo Petro y del ministro de la Defensa, Iván Velásquez, quienes descabezaron más de 60 generales.