| Foto: Pablo Andrés Monsalve / SEMANA

JUSTICIA

El día en que el proceso contra Santiago Uribe llegó a los estrados

Este viernes comenzó el juicio contra el hermano del expresidente Álvaro Uribe, señalado ser el presunto comandante de los 'Doce Apóstoles'. Estos son los tres testigos claves que presentará la Fiscalía.

13 de octubre de 2017

El mensaje que desde Estados Unidos envió el exparamilitar Francisco Javier Zuluaga, alias Gordolindo, en defensa del ganadero Santiago Uribe, le puso tensión al inicio de uno de los juicios más sensibles para el país. El hermano del expresidente Álvaro Uribe Vélez fue presentado a las 8:00 de la mañana ante un juez de Medellín, quien determinará si es responsable o no de comandar el grupo de autodefensas denominado los Doce Apóstoles. En la audiencia también se hizo presente Tomás Uribe Moreno, hijo de Álvaro y sobrino de Santiago.


Foto: Pablo Andrés Monsalve /SEMANA Medellín.

Como lo reveló SEMANA, Gordolindo aseguró que hace 15 años alias Jabón lo utilizó de intermediario para darle un mensaje a Carlos Castaño: “Meneses —quien comandaba la Policía de Yarumal— hace lo que nosotros le digamos”. Así que, según Gordolindo, Meneses podía ayudar para enredar al entonces presidente Uribe, acusando falsamente a su hermano Santiago Uribe de vínculos con paramilitares.

La credibilidad de este y otros testimonios que serán presentados en el marco de uno de los prcoesos judiciales más antiguos, abultados y polémicos -cerca de 100 cuadernos de 300 folios cada uno– tendrá que ser definida por el juez que lleva el caso. 

El ganadero lleva 15 meses detenido y tendrá que entrar a desvirtuar los señalamientos que lo ubican como el jefe de un grupo del que no se tiene claridad cuántas víctimas causó, pero que la Fiscalía asegura tajantemente que sí existió: “Se puede dar como un hecho cierto y probado que el señor Santiago Uribe Vélez ejercía la dirección y coordinación del grupo Los Doce Apóstoles”, dijo la vicefiscal María Paulina Riveros.  

Esta es apenas la audiencia preparatoria de lo que será un largo camino probatorio. La Fiscalía cuenta con tres testigos claves en este caso, dos de ellos piden pista para contar en la Justicia Especial para la Paz lo que saben del paramilitarismo. Esta jurisdicción transicional, que apenas está en construcción y que asumirá todos los casos relacionados con el conflicto armado, tendrá que definir cómo procederá en este proceso. Aquí se compite con los tiempos ya que si no hay sentencia para cuando entre a operar la JEP el caso podría ser juzgado por este tribunal; pero si ya hay sentencia la revisión del fallo se convierte en eventual.

Expolicía condenado 

Alexánder de Jesús Amaya Vargas es un expolicía y confeso paramilitar que hoy purga una condena de 40 años de cárcel. Desde 1996, inicialmente con identidad reservada, ha señalado a Santiago Uribe como jefe de Los Doce Apóstoles. Da cuenta de haber presenciado una reunión del ganadero Uribe en su hacienda La Carolina con otros miembros de la banda paramilitar.

Para la Fiscalía Amaya es un testigo directo, potente y consciente. Pero para la defensa del acusado, en cabeza del penalista Jaime Granados, se trata de un presidiario en búsqueda de beneficios judiciales y a quien además cuestionan por haber sido incapaz de hacer una descripción siquiera similar del ganadero. “Santiago Uribe es más o menos alto, acuerpado, muy serio, un trigueñito pero clarito”, aseguró.

Meneses, el excomandante de Yarumal

El mayor (r) Juan Carlos Meneses asumió la comandancia de la Policía de Yarumal en enero de 1994, cuando era teniente. Este aseguró que al llegar al pueblo el capitán saliente Pedro Manuel Benavides le informó que allí operaban en coordinación con los paras, y que lo puso en contacto con Santiago Uribe, jefe del grupo. El testimonio de Meneses se basa en la reunión que dice haber tenido con Uribe y en la grabación secreta de una charla que, años después, tuvo con Benavides.

Santiago Uribe desmiente al testigo con varias carpetas que demuestran que para las probables fechas de la supuesta reunión él estaba a 300 kilómetros de Yarumal, en la Feria de Manizales, a donde fue con una muestra de su ganadería. Respalda lo dicho en fotos de periódicos, reseñas y entrevistas de gente con la que compartió durante los varios días del certamen.  

La defensa del ganadero también insiste en que Meneses ha variado su testimonio y que si fuera verdad la reunión de la que habla, y al menos dos encuentros más que refiere, habría recordado un rasgo notorio de Santiago Uribe: la falta de tres falanges en una de sus manos por cuenta de un accidente en la niñez. El expolicía nunca mencionó ese detalle en sus declaraciones.

Respecto a la grabación, presentada como prueba de que en esta se escucha a Benavides admitiéndole a Meneses que ambos trabajaron para Santiago Uribe, la defensa del ganadero dice que es ilegal, inducida y que está editada para darle tal sentido. Para la Fiscalía se trata de un audio tan legal como legítimo.

Quizá la contradicción más protuberante tiene que ver con el segundo cargo que la Fiscalía le endilga a Santiago Uribe. Meneses asegura que el homicidio de Camilo Barrientos, conductor de un bus intermunicipal asesinado el 25 de febrero de 1994, se dio por orden del ganadero a través de una lista negra con nombres de auxiliadores de la guerrilla, ladrones y drogadictos que debían ser blancos de un plan de ‘limpieza social’. Pero a su vez el también testigo de la Fiscalía, Alexánder de Jesús Amaya, afirma que Meneses cometió ese crimen por un lío de faldas con la víctima. El ente acusador señala que le corresponderá a un juez dirimir esa controversia.  

El testigo exiliado

Eunicio Alfonso Pineda Luján vive exiliado y rindió declaración en España bajo el auspicio de la ONG Comisión Intereclesial Justicia y Paz, que encabeza el sacerdote jesuita Javier Giraldo, reconocido contradictor del expresidente Uribe. Pineda es un campesino con segundo grado de primaria que asegura haber trabajado en La Carolina. Dice que huyó al enterarse que planeaban eliminarlo y que tiempo después cuando regresó a la zona fue sorprendido por dos paramilitares que lo torturaron sacándole varios dientes con un alicate. Asegura que milagrosamente se salvó echándose a correr mientras le disparaban.  

La defensa de Santiago Uribe reveló que Pineda tenía un amplio historial psiquiátrico con periodos de internación y medicación frecuente. Los registros del Hospital Mental de Antioquia hallados dan cuenta de un paciente que padece esquizofrenia paranoide. Tras esto, la Fiscalía envió un par de peritos de Medicina Legal para evaluar al testigo y estos afirman que el campesino, justamente por la experiencia traumática vivida, sufre episodios de “estrés extremo” pero que estos no invalidan sus afirmaciones.