JUSTICIA
“El que quiera hacer política que renuncie”
El procurador general, Fernando Carrillo, emitió su segunda alerta a funcionarios-candidatos. Este miércoles comienza año electoral.
Es la segunda vez que el procurador Fernando Carrillo les advierte a los funcionarios con aspiraciones políticas el deber de renunciar a sus cargos. A partir de la fecha, el país empieza a entrar en modo electoral, pues exactamente, en un año, las calles del país estarán empapeladas de publicidad política, y los colombianos estarán convocados a las urnas para elegir Congreso de la República y Presidente de la Nación.
Carrillo ya lo había hecho un mes atrás, el 31 de enero. Ese día recordó que el ejercicio político de quienes hoy ocupan cargos en el nivel Ejecutivo está signado por la Constitución y las leyes que establecen prohibiciones para los servidores públicos y que en ningún caso pasarán inadvertidas conductas que, de alguna forma, tengan intereses partidistas y determinen las decisiones o las funciones de determinado funcionario.
“No basta con cumplir el régimen de inhabilidades para aspirar a ocupar cargos de elección popular definidos por la Constitución, las leyes y la jurisprudencia, sino que se les exige en el Estado Social de Derecho, integridad y pulcritud máximas para prevenir todo tipo de distorsiones que confundan a los ciudadanos o que puedan afectar la función pública”, dijo en aquel momento.
Pero como si sus advertencias hubiesen quedado en el aire, Carrillo volvió a dar el ultimátum, ahora al mencionar las consecuencias de aquellos funcionarios que incurran en participación política desde sus cargos.
Carrillo recordó que a los funcionarios la obligación de inhibirse de utilizar la autoridad o el cargo que desempeñan para actividades de partido en controversias políticas o etapas preelectorales o electorales. Este año se han conocido decenas de reuniones entre funcionarios que según los medios de comunicación han tenido alcances partidistas o electorales.
El procurador general también reiteró que utilizar elementos de servicio público para hacer proselitismo, usar con fines electores o partidistas información reservada a la cual tenga acceso, o exonerarse de cumplimiento de deberes constitucionales con el pretexto de hacer actividades partidistas.
Así mismo, los funcionarios tampoco podrán utilizar tiempo de trabajo para efectos de actividades partidistas. En caso de que algún funcionario incurra en esas conductas, el procurador Carrillo fue enfático en señalar que serían calificadas como faltas gravísimas, que según el código de Disciplina, contempla sanciones que van desde la destituciuón hasta la inhabilidad de entre 10 y 20 años.
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La lupa sobre los funcionarios la tendrá la comisión de control y asuntos electorales, cuyo objetivo será velar por asuntos administrativos. Estará encabezada por el viceprocurador general.
De inmediato, los reflectores apuntaron a los ministros y demás funcionarios sobre los que ronda la posibilidad de que se presenten como candidatos el próximo año.
El vicepresidente Germán Vargas Lleras, es el primero en el radar. Sus aspiraciones políticas se conocen de vieja data, lo seguirían en el camino de la renuncia por lo menos cuatro ministros, al menos para no inhabilitarse ante cualquier escenario.
Juan Fernando Cristo, ministro del interior desde el 7 de agosto del 2014, aspira a la candidatura del Partido Liberal y para ello deberá abandonar el gobierno si quiere participar en una eventual consulta.
Los parlamentarios santistas del Partido Conservador aspiran a jugar en las elecciones del 2018 y su carta no es otra diferente al ministro de hacienda, Mauricio Cárdenas Santamaría, a quien los cantos de sirena lo vienen seduciendo desde hace mucho, antes incluso de la reforma tributaria que generó antipatía entre muchos ciudadanos. De ser candidato, tendrá que buscar votos entre quienes se sienten golpeados por algunas de sus decisiones.
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Aunque para cantos de sirena, los que seducen constantemente al ministro de agricultura, Aurelio Iragorri. El Partido de la U, que pasa fatigas para encontrar al sucesor de Juan Manuel Santos, lo ve como una de las figuras no sólo por su trayectoria de seis años en el gobierno (primero como segundo de Vargas Lleras en el Ministerio del Interior), también por su carisma y buen sentido del humor. La baraja de presidenciables de La U, de momento, se cuenta con los dedos de una sola mano, e Iragorri es visto como ‘favorito’.
“Funcionario que quiera hacer política que renuncie, funcionario que quiera hacer política será destituido”, es la advertencia de Carrillo.