Cárceles
Procuraduría pide solución a situación en la cárcel de Picaleña: los reclusos realizan sus necesidades fisiológicas en bolsas
Representantes de derechos humanos denuncian que quienes padecen patologías de origen gastrointestinal deben permanecer hasta un día completo sin cambiar sus bolsas de colostomía, pañales y ropa.
La situación por hacinamiento y salubridad que se vive en varias cárceles del país es una problemática que preocupa a las autoridades, organizaciones de derechos humanos y a los familiares de las personas privadas de la libertad. En este sentido, la Procuraduría General de la Nación ofició a las autoridades penitenciarias para que se tomen medidas urgentes frente a la situación que viven los presos recluidos en el Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta y Media Seguridad de Ibagué Picaleña, conocido popularmente como cárcel de Picaleña.
De acuerdo con el Ministerio Público, las condiciones en las que viven las 4.703 personas privadas de la libertad en este centro carcelario son críticas, y se han recibido denuncias de representantes de derechos humanos que indican que gran parte de las baterías sanitarias se encuentran dañadas y los reclusos se ven obligados a realizar sus necesidades fisiológicas en bolsas, baldes y otros sitios inapropiados.
La petición para tomar acciones al respecto, aparte del director de Picaleña, también se le hizo a los directores generales del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), y de la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec), así como a la directora de la Regional Viejo Caldas del Inpec.
Además, el organismo de control conoció sobre la falta de agua corriente en el pabellón de mujeres desde hace más de un año, y que en un pabellón que alberga a 293 personas solo hay dos sanitarios y dos orinales que funcionan a media marcha. Los representantes de derechos humanos de las personas privadas de la libertad, por su parte, también denunciaron que los adultos mayores que padecen patologías de origen gastrointestinal deben permanecer hasta un día completo sin cambiar sus bolsas de colostomía, pañales y ropa.
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Ante esta situación, la Procuraduría General exigió a las autoridades penitenciarias que se tomen medidas urgentes y se garantice la salubridad de las personas privadas de la libertad en este centro carcelario. Asimismo, solicitó que se realice una inspección para identificar, cuantificar y priorizar la atención de los daños que presenta en materia de acueducto y alcantarillado.
“La Procuraduría Provincial de Instrucción de Ibagué sostuvo en su escrito que, como consecuencia de la situación de insalubridad advertida en visita del 29 de agosto de 2022 a ese complejo carcelario, y de lo denunciado por los quejosos, requirió al Inpec y a la Uspec realizar una inspección a este sitio de reclusión para identificar, cuantificar y priorizar la atención de los daños que presenta en materia de acueducto y alcantarillado”, señaló en el oficio.
Cabe destacar que la problemática de las cárceles en América Latina no es nueva y es una problemática compleja que involucra diferentes factores, como el hacinamiento, la falta de recursos y la falta de medidas efectivas para garantizar la rehabilitación y reinserción social de los reclusos.
La megacárcel de El Salvador
El tema carcelario por estos días ha sido noticia no solo por lo que ocurre en Colombia, sino por cuenta de El Salvador, pues este domingo 26 de febrero llegaron los primeros 2.000 pandilleros a la megacárcel Cecot que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, ordenó construir para cerca de 40.000 privados de la libertad.
En contraposición a las condiciones en las que viven los presos en Colombia, que muchas veces se deben a la poca inversión estatal para la adecuación de los centros de reclusión, en El Salvador, por órdenes del mismo presidente, los presos deberán permanecer hacinados en unas modernas instalaciones.
Por ejemplo, en cada celda fueron acomodados cerca de 80 reos, en camarotes de cuatro niveles, en un espacio con un tanque para con agua para tomar y bañarse y con dos inodoros.
Además, son impactantes las imágenes de la rigurosidad con la que son tratados los presos, que utilizan apenas una pantaloneta blanca de atuendo mientras corren por el penal con sus manos esposadas, algunas veces incluso esposadas a sus pies. Varios movimientos de DD. HH. han acusado al presidente Bukele de autoritarismo e irrespeto a los derechos humanos.
Como respuesta a esto, en sus declaraciones, Nayib Bukele, quien ocupa el cargo de presidente de El Salvador desde junio de 2019, ha reiterado su visión sobre la situación: “No dijeron nada cuando ellos le quitaron la tranquilidad a nuestro país, cuando ellos han hecho que corra sangre en nuestro país y cuando ellos han causado, de hecho, que en nuestro país no se desarrolle como debería ser”.