NACIÓN
Profesor Gustavo Moncayo tiene cáncer de hígado y espera un trasplante
El docente se hizo conocido en Colombia en 2007 cuando empezó a caminar por las carreteras del país exigiendo la liberación de su hijo, secuestrado por las Farc.
En 2007, el nombre del profesor Gustavo Moncayo se dio a conocer en el país porque se trataba de un docente cuyo hijo, el sargento Pablo Emilio Moncayo, había sido secuestrado por las Farc.
Usando unas cadenas en las manos, el profesor exigía que las Farc liberaran a su hijo y pedía apoyo del Gobierno nacional para que se lograra un acuerdo y así poder volver a ver a su hijo.
Su nombre se hizo conocido a nivel nacional e internacional y, de hecho, estuvo reunido con el entonces papa Benedicto XVI y el presidente de Francia, entre otras personalidades, y se convirtió en un símbolo de miles de familiares de secuestrados en ese momento.
Luego de que las Farc decidieran liberar al sargento, la familia se reunió en 2010, pero debido a las amenazas de las que fueron víctimas tuvieron que salir de Colombia e irse a vivir a otro país.
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Ahora, Yuri Tatiana Moncayo, hija del profesor, contó en entrevista a Noticias Uno que su padre y parte de su familia tuvieron que regresar a Colombia nuevamente porque él padece de un cáncer de hígado y se encuentra en una situación delicada de salud.
La mujer aseguró, además, que están a la espera de un trasplante para poder salvar la vida de su padre y quisieran que las Farc cumpliera con parte de su compromiso de reparación.
“Es imposible que nosotros como víctimas podamos reconstruir nuestro proyecto de vida con reparaciones simbólicas. Las Farc tienen la capacidad y la posibilidad de hacerlo y lo estamos exigiendo porque necesitamos un trasplante para mi padre, que está en peligro de muerte”, dijo en la entrevista.
Entre tanto, a pesar de su situación de salud, Moncayo se mostró dispuesto a trabajar por la paz de Colombia y envió un mensaje a los colombianos para que salgan a caminar por el fin de la guerra en el país.
Padre de soldado en Israel lucha para que le permitan convertirse en abuelo gracias al esperma conservado de su hijo muerto
Desde que perdió a su hijo único en una operación del Ejército israelí hace dos años, Baruch Ben Ygal se aferra a una única esperanza: lograr convertirse en abuelo utilizando el esperma conservado en una fecundación in vitro.
Divorciado, Baruch vivía solo con su hijo Amit hasta que este falleció en mayo de 2020, a los 21 años, al ser golpeado por una piedra lanzada por un palestino durante una operación militar en Cisjordania ocupada.
Un proyecto de ley aprobado en primera lectura en el Parlamento, en septiembre, podría autorizar a Baruch a utilizar el esperma de su hijo para una fecundación in vitro con una mujer de su elección.
Hasta ahora, solo la esposa del soldado podía obtener su esperma, que podría ser utilizado si se extraía en las 72 horas posteriores a la muerte.
“Amit era toda mi vida. Aún hoy, no puedo pronunciar la palabra ‘muerte’”, explica el padre, de 53 años, en su apartamento de Ramat Gan a las afueras de Tel Aviv.
Las fotos y los dibujos del rostro de Amit cubren completamente las paredes de su antiguo cuarto. Sobre su cama, su padre colocó camisetas con el rostro de su hijo, así como la portada de un periódico en la que sale posando con decenas de bebés llamados Amit en honor a su hijo.
Son justamente bebés lo que quisiera tener Baruch Ben Ygal en su apartamento.
“Quiero volver a ser feliz, quiero ver a uno o dos niños de Amit en esta casa, durante el Shabat, durante las fiestas”, dijo el profesor de historia judía, que considera que el Ejército tiene la “responsabilidad de ayudarle a ser abuelo”.
Si se aprueba el texto, en adelante el soldado deberá decir, al comenzar su servicio militar obligatorio, si le permite el uso de su esperma a su esposa o a sus padres si fallece.