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Gobernar, un verbo imposible en La Guajira

El próximo domingo los habitantes de Riohacha elegirán un nuevo alcalde, el octavo en cuatro años. Algo no muy distinto ocurre en la Gobernación. ¿Por qué la interinidad es ahora el mejor negocio en esta región?

24 de noviembre de 2018
Difícilmente el nuevo alcalde, cuyo mandato durará un poco más de un año, podrá ejecutar el enorme presupuesto represado y cambiar la situación de pobreza en la que viven los habitantes de Riohacha. | Foto: León Darío Peláez

En los últimos ocho años, los escándalos de corrupción, malos manejos e interinidades han dominado la política de La Guajira. Sin importar las sequías, las hambrunas o los cientos de niños muertos por desnutrición, este departamento no ha logrado encontrar una normalidad que permita a sus habitantes salir de la pobreza, precisamente, en uno de los departamentos que más regalías recibe en el país.

Desde el arribo de Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez como gobernador en 2011, han pasado doce funcionarios por este cargo, de los cuales cuatro lo hicieron en elecciones regulares o atípicas, incluida Oneida Pinto, quien sigue investigada por la Fiscalía. Los otros ocho restantes han asumido en interinidad. Riohacha tampoco ha escapado a este penoso fenómeno. Solo en el actual periodo, que comenzó en 2016, han pasado ocho alcaldes, uno elegido por voto popular y los siete restantes por encargo. El próximo 2 de diciembre, los riohacheros saldrán de nuevo a las urnas para escoger a su nuevo mandatario para que termine el periodo que vence el 31 de diciembre de 2019.

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Como ya es costumbre, cualquier contienda política en la península, en este caso por el manejo de una ciudad que tiene un presupuesto de 350.000 millones de pesos al año, ha sido intensa. Además, esconde la pugna que desde hace años libran las dos grandes familias políticas de La Guajira: la de Jorge Ballesteros Bernier y la de Jorge Pérez Bernier, quienes a pesar de ser primos hermanos mantienen una compleja rivalidad. Curiosamente, en las elecciones del 2 de diciembre, estas y otras casas políticas parecen apoyar a un solo candidato.

Como se recuerda, en las elecciones de 2015 ganó la alcaldía Fabio Velásquez Rivadeneira, un profesor universitario que contra los pronósticos derrotó a todas las castas gobernantes guajiras. A los pocos meses, lo suspendieron en el cargo por un contrato de alimentación escolar (PAE) por 5.700 millones de pesos para la vigencia 2016, lo que dio inicio a un largo proceso que finalizó en mayo pasado cuando la Procuraduría, finalmente, lo destituyó. Entre las idas y salidas de Velásquez han pasado siete alcaldes interinos, cinco de ellos provenientes del gabinete distrital, y dos alcaldesas nombradas por el gobierno nacional. Una de ellas es Isseth Tatiana Barros Brito, sobrina de la exdirectora del ICBF Gloria Brito, entidad que contrató por medio de la Cámara Junior Internacional planes de alimentación escolar que también investigan las autoridades, pero no con la celeridad del contrato del exalcalde Velásquez. La otra es Alexa Henríquez, actual mandataria encargada.

Tras una extraña jugada en el Consejo Nacional Electoral, el mismo que no permitió realizar elecciones atípicas en Cartagena pero ahora sí en Riohacha, cuatro candidatos competirán el domingo 2. El primero, Manuel Sierra Deluque, conservador, tiene el apoyo de la representante a la cámara María Cristina Soto, de su mismo partido, pero alguien demandó su inscripción porque formó parte del equipo de la anterior gobernadora encargada Tania Buitrago, quien salió hace unos meses del cargo. Varias personas le confirmaron a SEMANA que Manuel Sierra ha militado en todos los partidos y movimientos que tienen que ver con las crisis que ha vivido La Guajira.

El segundo candidato es Íler Acosta, de Cambio Radical. Fue concejal y presidente de esa corporación. Es cercano a la exgobernadora encargada Sugeila Oñate y a Gina Gnecco, exsecretaria de Hacienda del departamento, cercana a Cambio Radical. El tercer candidato, el escritor Miguel Ángel López, también militó en los grupos tradicionales, pero hoy tiene el apoyo de la UP y de la Colombia Humana. Y el cuarto y gran favorito, Juan Carlos Suaza, exconcejal de Riohacha y dueño de negocios de ferretería, tendría el apoyo de las dos grandes familias, así como del representante del Partido de la U Alfredo Deluque, consolidado como el gran cacique y elector de La Guajira gracias al poder que tomó durante el gobierno de Juan Manuel Santos. También lo respaldan el exrepresentante Antenor Durán, el dos veces exgobernador Jorge Pérez Bernier, la exgobernadora interina Tania Buitrago y el exalcalde liberal de Riohacha Rafael Ceballos, además de otros partidos y políticos.

¿Por qué Suaza logró unir a las dos grandes familias, entre otras castas y grupo políticos? Al parecer porque tiene los recursos para financiar una campaña corta y cercana a las elecciones de 2019, en las que los políticos y partidos ya están empezando a poner sus esfuerzos. Al fin de cuentas, no es lo mismo gobernar un poco más de un año que cuatro.

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También, parece quedar al descubierto que las interinidades, que se intrigan o acuerdan en Bogotá, han resultado mejor negocio para contratistas y políticos que los periodos normales de cuatro años. Esto, porque por medio de investigaciones y demandas ante los organismos de control han podido ganar lo que perdieron en las urnas o controlar entidades o recursos públicos. Por ejemplo, en medio de dos encargos en La Guajira, este año varios de ellos trataron de adelantar una alianza público-privada por 1,2 billones de pesos para hacer una vía polémica que no se necesitaba, mientras la Alta Guajira sigue desconectada. Lo mismo ha ocurrido con el manejo del ICBF o del Sena y sus millonarios contratos.


Juan Carlos Suaza es el candidato favorito para ganar las elecciones, ya que cuenta con el apoyo de las dos grandes familias políticas tradicionales de La Guajira y otros partidos.

Tras la salida de Oneida Pinto en 2016, ganó las elecciones atípicas Wílmer González Brito, quien solo estuvo 100 días en el cargo, pues lo detuvieron el 20 de febrero de 2017 acusado de presuntos delitos electorales, pero en el proceso en la Fiscalía los presuntos testigos se retractaron. González estuvo detenido entre febrero de 2017 y septiembre de 2018, tiempo durante el cual se desempeñaron como gobernadores encargados el gerente del Banco de la República en Riohacha, Weildler Guerra Curvelo, a quien remplazó la excontralora Tania Buitrago. Al recobrar la libertad, González Brito se reintegró al cargo, pero solo estuvo 40 días, pues la Sala Penal de la Corte Suprema, en un juicio que sorprendió por lo rápido, lo condenó y ordenó detenerlo. Hoy La Guajira tiene nuevamente un gobernador encargado, el actual secretario del Interior, Wilson Rojas, quien ha hecho una buena labor.

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Entre tanto, este departamento seguirá con gobernador interino y en Riohacha habrá nuevo alcalde. ¿Se justifica todo este proceso y desgaste? Y, mientras todo esto ocurre, los niños siguen muriendo. A septiembre de este año van 38, 11 más que en 2017, y la Sentencia T-302 de la Corte Constitucional, que ampara a los menores de 5 años, o el Plan de Alimentación Escolar, no se cumplen.