JUSTICIA

El reloj Cartier, el BMW y la cena en Miami, los excesos que tienen a Bustos en capilla

Los investigadores de la Comisión de Acusación piden que vaya a juicio por tres delitos. La última noticia del paradero de quien fue dos veces presidente de la Corte Suprema fue el 28 de noviembre del 2018 cuando salió rumbo a Canadá.

14 de mayo de 2019
| Foto: Archivo Particular

El nombre de Leonidas Bustos, expresidente de la Corte Suprema de Justicia, fue el primero en salir a flote en medio del peor escándalo que ha sacudido a la cúpula de la justicia. Pero tuvieron que pasar dos años para que en la Comisión de Acusación e Investigaciones de la Cámara de Representantes se destrabara el proceso en su contra. Después de una seguidilla de recusaciones y nulidades, interpuestas por la defensa del exmagistrado, finalmente vio la luz el proyecto de fallo que pide que sea acusado por los delitos de concierto para delinquir, tráfico de influencias de servidor público y cohecho propio.

Bustos al parecer recibió la noticia en algún paraje de Canadá, destino que emprendió el 28 de noviembre del 2018 y del que no ha regresado. 

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Este martes, el investigador Edward Rodríguez convocó a una rueda de prensa para anunciar que ponía en manos de sus colegas el documento de 75 páginas, en donde le pide al pleno de la Cámara que apruebe el desafuero de Bustos y proceda a llevarlo a juicio como el "cerebro" del llamado cartel de la toga. 

La decisión llega un día antes de que comience el juicio en la Corte Suprema de Justicia de quien fuera colega de Bustos en el Palacio de Justicia. El exmagistrado Gustavo Malo, despojado de su fuero, deberá responder por cinco delitos como uno de los protagonistas del cartel de la toga. 

El representante investigador aseguró que más de 100 pruebas analizadas dejan claro que existen "serios indicios" alrededor de la entrega de bienes y dinero a Bustos para que cambiara el rumbo de decisiones judiciales. Reconoce que no existe prueba directa que permita afirmar que el dinero entregado por los exsenadores Musa Besaile y Álvaro Ashton –se estima que desembolsaron unos 2.600 millones entre los dos– haya ido a parar a manos de Leonidas Bustos. No obstante, sí explica que hay suficientes indicios alrededor de sumas de dinero entregadas en su apartamento, así como transacciones de vehículos, regalos que delatan una relación económica y "materializan la ofensa contra la administración pública"

"Está probada que dicha distribución en algunos casos, no se ejecutaba en dinero, sino en artículos lujosos, como es el caso del reloj Cartier, dado al Leonidas Bustos".

Para los investigadores del Congreso, está probada la entrega de 200 millones de pesos por parte de Gustavo Moreno (el famoso exfiscal que fue capturado en su propio despacho y luego extraditado) a Bustos en su apartamento. Alrededor de este capítulo existe la declaración del propio Moreno, quién aseguró que él personalmente le entregó en un apartamento de Ciudad Salitre el dinero en efectivo, el cual fue enviado supuestamente por Ashton como anticipo de la negociación ilegal. La entrega al parecer se realizó a altas horas de la noche cuando el esquema de seguridad del exmagistrado no estaba en el lugar. 

Además de la declaración de Moreno, los investigadores cuentan con el testimonio de Vadith Orlando Gómez, un hombre muy cercano a Moreno, que a pesar de no subir al apartamento, sí asegura haberlo acompañado al sitio. También se tiene como base los mensajes de texto entre la segunda esposa de Bustos y Moreno para programar la reunión en el apartamento del exmagistrado. Adicionalmente, la Comisión de Acusación tuvo en cuenta los audios de la DEA que fueron la piedra angular para el destape del llamado cartel de la toga. 

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Moreno, monitor de Bustos

Para la comisión investigadora del Congreso, la organización criminal contaba con la participación de abogados litigantes como Luis Gustavo Moreno y Leonardo Pinilla para abordar a sus posibles clientes. Y los magistrados Leonidas Bustos, Gustavo Malo y Francisco Ricaurte al parecer se encargaban de intervenir fraudulentamente, colaborar con la logística y cumplir con los compromisos adquiridos.

Para sustentar la acusación, los representantes reviven la relación que existió entre el abogado Luis Gustavo Moreno y Leonidas Bustos, la cual inició en el año 2004. En ese momento, Moreno se convirtió en monitor del área penal de la Universidad Libre, la cual era dirigida por Bustos.

Lo que comenzó con la ayuda en una tesis académica que debía presentar Bustos, continuó con varias relaciones laborales que catapultaron la carrera de Moreno en el derecho. Así ocurrió hasta que Moreno fue presentado con el exmagistrado Francisco Ricaurte, con quien comenzó a trabajar varios de los casos de aforados más importantes del país. 

Con varios testimonios y pruebas documentales, los investigadores consideran probados varios episodios relatados por Moreno que aunque sonaron increíbles en un comienzo, terminaron por darle fuerza a los señalamientos por las relaciones excesivas entre los protagonistas del cartel de la toga.

Uno de ellos fue el viaje de fin de año en Miami, en donde Bustos y Moreno compartieron con sus familias en un lujoso restaurante del Hotel Marriot de La Florida. Se trató de la cena del 24 de diciembre del 2014. Testigos como Luis Eduardo Bustos Martínez, hermano del exmagistrado, confirmó que participaron la cuñada de Bustos, una prima de su esposa con su respectivo cónyuge y a la cual se le unieron “casualmente”, el señor Gustavo Moreno y la esposa de este, Carolina Rico. Según Bustos, "le dio pena" no invitar a Moreno y su familia a departir con ellos, por lo que había solicitado al personal del Hotel adecuar lo necesario para los nuevos comensales.

Los congresistas también encontraron suficientes evidencias para probar transacciones comerciales como el traspaso de vehículos entre Moreno y Bustos. La comisión cuenta con la declaración de Martha Cristina Pineda Céspedes -esposa de Bustos- quien confirmó la relación comercial que se produjo fruto de la compra-venta de una camioneta Dodge Journey. Era de propiedad de Moreno Rivera y le fue vendida a ella. Esta declaración también fue corroborada por Efrén Fonseca Mejía, escolta de Bustos. 

Una declaración del exfiscal Luis Raúl Acero Pinto también confirmó que Moreno compró la camioneta BMW 523 a Bustos, siendo Acero la persona que puso su nombre para la transacción. 

Sin embargo, uno de los episodios más llamativos de la acusación está relacionado con la declaración de Yeison Ricardo Pérez Pérez, empleado de la Joyería Cartier del Centro Comercial Andino. Este confirmó la compra del lujoso reloj por $ 42‘969.977, dinero que fue desembolsado en efectivo. "(Pérez) Es una persona ajena a todo interés político, penal, social, identificó al Leonidas Bustos como el acompañante de Luis Gustavo Moreno a la hora de adquirir un reloj de esa lujosa marca". En su declaración, incluso señaló que Moreno se dirigía a Bustos como El Profe. 

La factura fue expedida a nombre de Ricardo Beltrán Rivera el 29 de diciembre de 2012; se trató de un reloj Cartier Ballon Bleu en oro rojo y pulsera de cuero.

Los salpicados

La decisión hace tres compulsas de copias. La primera, contra el exfiscal Eduardo Montealegre por el contrato de asesoría que le fue entregado a Moreno, al parecer por recomendación de Bustos y de Ricaurte. "Con los dineros que del mismo se obtuvieran, se pudieran sufragar los gastos que emanaban del funcionamiento de la oficina que tenía la organización y que administraba el mismo Moreno Rivera".

Moreno en sus declaraciones también señaló que durante un desayuno en Hotel Marriot de Bogotá, se encontró con Montealegre casualmente y se le acercó. "Lo saludó y le dió las gracias por el espacio dado en la Fiscalía, a lo que el Dr. Montealegre le dijo que no había problema, que ese tema ya lo había hablado con ‘Pacho‘", es decir, con el entonces magistrado Francisco Ricaurte.

Junto a Montealegre, también aparece el nombre de quien fuera su vicefiscal general Jorge Fernando Perdomo a quien los integrantes del cartel señalan de haber ayudado al senador Álvaro Ashton con el proceso que se adelantaba en la Corte Suprema de Justicia del congresista. Según Moreno, “ahí es cuando me cuenta (Ashton) que Perdomo lo está ayudando, el anterior vicefiscal, con Eyder Patiño y que Jorge le había dicho que iban a sacar el archivo pero que Malo se había atravesado. Yo le dije mire, yo no creo, pero déjeme y le pregunto al Dr. Francisco (…)", indicó

El tercer nombre implicado es del magistrado Eyder Patiño, actual presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y quien a ocupado recientemente titulares de prensa por ser uno de los magistrados en líos con su visa a Estados Unidos.

El 3 de noviembre del 2017, cuando Gustavo Moreno declaró dentro del caso del regresentante Nilton Córdoba Manyoma señaló que este se reunió con Jorge Perdomo, quien al parecer iba a tomar poder en ese caso “pero a la sombra”, y que iba a ayudar con el proceso hablando con el magistrado Eyder Patiño. "En esas mismas diligencias, se estableció por parte del testigo, que existía una cercanía entre Ricaurte y Perdomo, y que el propio Ricaurte le indicó que algunos procesos pasarían a la oficina de Perdomo"

Esta tarde, al conocerse la decisión de la compulsa contra la llave Montealegre-Perdomo, estos convocaron a una rueda de prensa en el centro de Bogotá. Hasta ahora no se ha dado su pronunciamiento.