NACIÓN

El proyecto que busca que los menores no asistan a toros

Varias ONG europeas también persuaden a los congresistas de la bancada animalista a impulsar una ley que prohíba la entrada de niños a escuelas de toreo.

13 de abril de 2016
| Foto: Archivo particular

El próximo 20 de julio, la llamada bancada animalista del Congreso colombiano presentará una nueva iniciativa en contra de las corridas de toros. Varias organizaciones no gubernamentales europeas, como Franz Weber y la plataforma Alto, persuadieron a los parlamentarios nacionales para diseñar un proyecto de ley para prohibir el ingreso de menores de edad a los espectáculos taurinos.

El proyecto apenas está en borrador, pero pretende incorporar las recomendaciones de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que los califica como “prevalentes” frente al resto de la sociedad, y modificar la Ley 916 de 2004 (también llamada Reglamento Taurino Nacional) para incorporar un artículo que prohíba la asistencia de los niños a los tendidos de las plazas de toros.

El senador liberal Guillermo García Realpe se comprometió a diseñar el proyecto. Asegura que el principal objetivo es alejar a los niños de los espectáculos de violencia contra los animales y velar por su crecimiento en un ambiente sano y respetuoso con la naturaleza.

La idea fue presentada este miércoles en el Senado y García estuvo acompañado de varios representantes de las ONG animalistas, quienes expusieron sus argumentos para defender la idea de la prohibición de los menores de edad en las corridas.

Leo Anselmi, de la ONG catalana Franz Weber, asegura que la tauromaquia puede generar problemas psicosociales a los niños que presencian las corridas. Además asegura que “es una conducta de adoctrinamiento para que los niños no sientan compasión”. También afirma que “es mala para la sociedad”.

La colombiana Natalia Parra, de la plataforma Alto, asegura que el proyecto también busca suprimir las escuelas de toreros, al calificarlas también como academias de adoctrinamiento “donde les enseñan a los niños a herir y matar animales”. Asegura que en Colombia hay 15 escuelas de este tipo, pero en realidad Colombia sólo tuvo una escuela taurina, legalmente registrada ante el Ministerio de Educación y Coldeportes, que funcionaba en la plaza de toros de Cali. Actualmente no hay escuelas registradas.

Parra asegura que en los tendidos de las plazas de toros se consume todo tipo de licores que podrían llegar a ser ingeridos por los niños o podría iniciarlos en el consumo de alcohol. “El propósito de la sociedad debe ser alejar a los niños de las malas prácticas como el toreo”.

La psicóloga española Lorena Manrique, coordinadora de profesionales para la prevención de abusos en España, también expuso argumentos sobre los presuntos traumas que han padecido los niños a los que sus padres inculcan la afición por el toreo. “Hay gran evidencia sobre los efectos traumáticos. Los niños no quieren asistir a las corridas pero se dejan influir por el ejemplo de los mayores”, dice. La psicóloga además asegura que los niños que han ido a toros tienen déficit en el desarrollo psicosocial y existe una relación entre el toreo y la delincuencia. Sin embargo, no mencionó los estudios en los que sustentó su afirmación.  

El proyecto argumenta la prohibición a los menores de edad en las corridas de toros en que se trata de espectáculos de violencia. Sin embargo, ese planteamiento choca con la sentencia C-666 de 2011, que definió los espectáculos taurinos como expresión artística, cultural arraigada en la idiosincrasia de Colombia.

El senador García asegura que esa misma sentencia habilitó al Congreso para legislar sobre la materia y por eso aseguró que después de este proyecto se promoverá el debate nacional sobre la prohibición definitiva de las corridas de toros en el país.

Otra inquietud es qué pasara con los toreros menores de 18 años, pues no se les podría permitir que desarrollen su actividad, ni menos presentarse en las plazas de toros.

Para los antitaurinos la prohibición de menores de edad en las corridas de toros podría ser un golpe efectivo contra este tipo de espectáculos, pues reduciría las posibilidades de crear nueva afición y de promover nuevos toreros.

De hecho, la prohibición de los niños en las corridas fue la primera ley contra las corridas de toros en Barcelona, sumada a la ley que prohibió la publicación de información taurina en los diarios catalanes. Posteriormente, Barcelona se convirtió en la primera capital autónoma de España en prohibir las corridas.

La batalla animalista contra las corridas de toros volverá al Congreso, esta vez impulsada por varias ONG europeas.