¿Qué son las Águilas Negras?

Miedo y confusión produjeron en Cúcuta y Ocaña los primeros panfletos que dieron cuenta de la existencia de las llamadas Águilas Negras. Los volantes intimidatorios aparecieron entre marzo y abril del año pasado y desde entonces el país se ha visto invadido por la aparición de este tipo de comandos armados que quieren sembrar el terror tras la desmovilización de las AUC. ¿En qué consiste y cuál es la dimensión de este nuevo fenómeno? Para responder a esas preguntas, la Comisión Nacional de Reparación acaba de publicar un completo informe sobre el fenómeno. El estudio, titulado 'Disidentes, rearmados y emergentes: ¿bandas criminales o tercera generación paramilitar ', lanza una alerta al gobierno y a la sociedad: las bandas emergentes son una grave amenaza que debe ser neutralizada ahora cuando aún es posible.

Estas son los principales interrogantes sobre el fenómeno:

¿Por qué se llaman Águilas Negras?

El nido de las Águilas está en Norte de Santander. En este departamento aparecieron por primera vez en 2006. Al comienzo eran de muchos colores, hubo Águilas doradas, azules y rojas. Pero al poco tiempo se impuso el nombre de Águilas Negras. A partir de entonces aparecieron varios grupos en Caquetá, Antioquia, Cesar y Bolívar. La generalización se debe a una moda delincuencial con la que se quiere producir más terror presentándose como una estructura criminal que supuestamente tiene un alcance nacional. La fórmula hace inmediatamente recordar a las AUC y es delincuencialmente más rentable. Las autoridades las denominan indistintamente bandas criminales (Bacrim).
¿Con cuántos hombres cuentan?

Cerca de 4.000 hombres están vinculados. Según la Comisión Nacional de Reparación, actualmente hay 22 grupos verificados que actúan en unos 200 municipios de 22 departamentos. Sin embargo, se ha tenido información de 34 bandas; la diferencia se da porque unas ya fueron desmanteladas por la Fuerza Pública y otras, al parecer, simplemente desaparecieron. Esta situación es probable si se tiene en cuenta que varios grupos son evidentemente pequeños como la Banda Santander, integrada apenas por 15 hombres, o el grupo que delinque en Riohacha y Maicao, que cuenta con 30. Pero los hay también consolidados. Las Águilas Negras de Catatumbo y los grupos que operan en Cauca y Nariño (Los Rastrojos y Nueva Generación) contarían cada uno con 300 militantes.

¿En qué zonas actúan?

El gobierno y las autoridades coinciden en señalar cuatro grandes zonas en donde la concentración de estos grupos genera especial preocupación. En el norte del país, en la frontera con Venezuela y la Costa Atlántica, se estima que operan 1.300 hombres. Otros 1.200 hacen presencia en las zonas del Urabá, Córdoba, sur de Sucre y Magdalena Medio, territorios donde tradicionalmente se asentaron las AUC. En el piedemonte llanero, cerca de 950 hombres se disputan el dominio de Meta, Vichada, Casanare y Arauca. Y finalmente, en la zona de Nariño, Cauca y norte del Valle, se estima que actúan 650 hombres.

¿Quiénes conforman estos grupos?

Hay de todo: paras disidentes que no se acogieron a la desmovilización, desmovilizados que volvieron a delinquir y personas que no estuvieron relacionadas con los paramilitares y que ingresaron a la delincuencia al conformar bandas que buscan heredar el botín del narcotráfico. Según la Policía, en su Informe de Seguimiento a los Desmovilizados (del 5 de agosto pasado), entre 2006 y 2007 fueron capturados 1.765 miembros de bandas, de los cuales 258 eran desmovilizados. La Comisión calcula que un poco más del 2 por ciento del total de desmovilizados pasó a integrar estas bandas, lo que califica de normal en comparación con las experiencias internacionales.

¿En qué se diferencian de los paramilitares?

Tienen similitudes y diferencias con las AUC. Los actuales grupos no tienen una vocación contrainsurgente, y su alcance es local. Incluso en algunas zonas, como en Norte de Santander y Nariño, no tienen problema en pactar maridajes con la guerrilla, siempre y cuando esa convivencia sea lucrativa. Las bandas de hoy se concentran en participar del narcotráfico y controlar lo más que puedan este negocio. A diferencia de sus antecesores, no parecen contar con complicidad institucional. Sin embargo, como los antiguos paras, echan mano del terror, controlan territorios y se financian con la droga. "No estamos frente al resurgir de las autodefensas. Son delincuentes al servicio del narcotráfico que existen porque existe la coca", opina Luis Miguel Morelli, gobernador de Norte de Santander.

¿Llegarán a ser una organización criminal como las AUC?

Aún no se sabe. El panorama en que se incubaron y desarrollaron las AUC cambió. Las relaciones de complacencia entre el Ejército y los paras, que el país conoció en algunas zonas, no tiene vigencia con el fenómeno de las bandas. Las Águilas Negras no son ejércitos para-estatales. Pero tampoco se descarta que a través de estas se esté gestando la nueva generación paramilitar. A mediano plazo, el escenario es bastante posible. Los ingredientes están: persisten las guerrillas que provocaron la aparición de los paras, el narcotráfico que los potenció, y la presencia estatal continúa siendo precaria, a pesar de que mejoró. Además, las AUC ya enseñaron muy bien cómo se hace esa empresa.

¿Qué puede pasar con estas bandas?

Hay varios escenarios potenciales. Además del eventual surgimiento de una nueva generación paramilitar, se piensa que no pasarán de ser grupos bandoleros que irán siendo desmantelados. Pero también es posible que se consolide la llave Farc-Bacrim y que con ello se perfeccione el negocio del narcotráfico. La evolución dependerá de la reacción estatal y del desarrollo del conflicto.

¿Se negociará con ellas?

Es difícil, hasta ahora el gobierno sólo ha hablado de desmantelarlas con la acción militar. Sin embargo, otro posible escenario tiene que ver con el jefe paramilitar Vicente Castaño, quien se apartó del proceso de desmovilización y perdió los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Quizá Castaño esté liderando la unificación de las bandas emergentes para consolidar un gran poder que le permita negociar la extradición que pesa sobre él y otros acusados de traficar con estupefacientes.
 
¿Quiénes comandan estos grupos?

Con excepción de Vicente Castaño, son sobre todo antiguos mandos medios de las AUC. Su identificación es muy difícil porque acostumbran usar alias que cambian periódicamente.

¿Cuál es su modo de operar?

No es coincidencia que estas bandas estén ubicadas en las zonas clave para el narcotráfico: los corredores, las áreas cultivadas y las fronteras. Mauricio Romero, de la Comisión de Reparación, sostiene que estas bandas operan como eslabones de una cadena. "Cumplen tareas parciales del negocio, se pueden ocupar del abastecimiento de insumos, el control de las zonas, el transporte y la distribución".

¿Qué tan armados están?

Cuentan con armas largas y cortas, municiones y explosivos. Tienen amplia capacidad destructiva y las ganancias del narcotráfico les permiten renovar el armamento. Hace dos meses la Policía incautó un arsenal de 17 fusiles, 152 granadas, 5.000 cartuchos y cinco pistolas pertenecientes a las Águilas Negras de Cesar.

¿Cómo se les está combatiendo?

"Diez bandas ya han sido desmanteladas", asegura el coronel José Roberto León, director de los Escuadrones Móviles de Carabineros de la Policía encargados de combatir a estos grupos. En lo que va del año, 379 integrantes de estas bandas han resultado muertos en enfrentamientos con la Policía, mientras otros 893 fueron detenidos. En Norte de Santander se creó un Bloque de Búsqueda elite con la tarea específica de eliminar a las Águilas Negras. Han sido capturados una decena de cabecillas, entre los que están Miguel Villarreal, alias 'Salomón', y Heber Veloza, conocido como "H. H."