Nación
‘Qué de raro tiene’: grupo de mariachis fue víctima de millonario robo en Bogotá
Según los afectados, el monto de las pertenencias hurtadas ronda los 50 millones de pesos.
La inseguridad en Bogotá sigue desbordada y ya ni siquiera los grupos de mariachis de la capital se salvan de los ladrones, pues en las últimas horas se conoció del hurto del que fueron víctimas un grupo de artistas al que dejaron sin equipos.
Los hechos sucedieron en la localidad de Puente Aranda, donde cuatro ladrones aprovecharon la oportunidad para quedarse con las pertenencias de un grupo de mariachis, algo que los afecta de gran forma, pues se avecina una época de fiestas en la que tenían puestas sus esperanzas económicas.
Según informó el medio local Citytv, los delincuentes lograron entrar al parqueadero donde estos artistas urbanos guardaban sus herramientas de trabajo y se llevaron siete equipos de sonido e impresoras con las que imprimían las fotos que tomaban a sus clientes, uno de los servicios que ofrecían a quienes daban serenata.
En robo dejó casi que en la quiebra a estos artistas, pues calculan que el monto del material hurtado es cercano a los 50 millones de pesos; además, de estos equipos depende gran parte de la operación de este grupo para poder cubrir los gastos de 40 personas que hacen parte de los afectados.
Además del hurto, los delincuentes se percataron de identificar dónde estaban instaladas las cámaras de seguridad del parqueadero para vandalizarlas y quedarse con el disco duro donde estaban almacenadas las imágenes del ilícito y que habrían permitido a las autoridades avanzar con mayor celeridad en la identificación de los ladrones.
Pese a esto, algunos vecinos, al enterarse de lo ocurrido, facilitaron otras grabaciones que ya fueron entregadas a las autoridades para adelantar las pesquisas pertinentes.
Mientras tanto, los artistas están a la espera de tener información para recuperar sus equipos, los cuales significan años de trabajo y que, por no tenerlos en este momento, ven truncadas sus opciones laborales.
El Tren de Aragua se expande por Bogotá: extorsionan y aterrorizan a los comerciantes del centro
Atemorizados. Así se sienten los comerciantes del centro de Bogotá, específicamente a lo largo de la calle 19, a donde, según parece, llegaron los tentáculos de la temida banda delincuencial el Tren de Aragua, que desde hace más de un año ha sembrado zozobra en el sur de la capital del país.
Esta semana, el director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca, Juan Esteban Orrego, lanzó una denuncia sobre la cruda realidad que ahora viven en el centro de la ciudad. De acuerdo con el dirigente gremial, a los diferentes negocios empezaron a llegar panfletos firmados por lo que sería el Tren de Aragua, extorsionando a los comerciantes e incluso amenazándolos de muerte.
“Les avisamos que somos el Tren de Aragua y, a partir de este momento, nos vamos a hacer cargo de este comercio, por lo cual, de manera obligatoria, cada negocio entregará la suma de 400.000 pesos y en su debido momento les informaremos cómo realizaremos este cobro”, se lee en los panfletos intimidantes.
Asimismo, para sembrar el miedo en la zona, estos delincuentes se atreven a advertirles a los comerciantes que tengan “mucho cuidado con informar a las autoridades porque vendrá la muerte”. Si bien el Tren de Aragua, aparentemente, firma este panfleto, las autoridades no descartan que pueda ser un grupo de delincuencia común el que esté detrás de las intimidaciones. Sin embargo, estos criminales ya cumplieron su primer objetivo, atemorizar a los comerciantes.
SEMANA conversó con algunos de ellos y conoció detalles de la forma en la que fueron entregadas tales amenazas. “Se trataba de personas que parecían como si estuvieran repartiendo volantes, y como si nada entraban a los locales a entregar los panfletos. Sin mediar palabras, salían y se iban”, dijeron.
En otros negocios, los panfletos fueron introducidos por debajo de las puertas. Eso sí, los delincuentes se aseguraron de entregarlos en los comercios: droguerías, papelerías, cafeterías, textiles, ópticas, bares y demás. “Nunca, en los años que llevamos aquí, nos habían querido extorsionar. Y, si bien este panfleto pareciera más de la delincuencia común, y uno quisiera restarles importancia a esas amenazas, queda la zozobra de qué pueda pasar si el día de mañana agreden a alguien”, comentó un comerciante.
“Es una situación grave que pone en evidencia que la delincuencia está desbordada no solo en Bogotá, sino en otras ciudades, en donde está pasando lo mismo con las extorsiones. Los delincuentes se sienten respaldados con los mensajes que manda el Gobierno. Aquí hace falta mano dura”, afirmó otra fuente.
Los comerciantes, atemorizados, acudieron a Fenalco para que como gremio los respaldara y defendiera, pero entre ellos, por el miedo que provocan este tipo de amenazas, involuntariamente se creó una especie de ley del silencio, pues son muy pocos los que se atreven a hablar.