NACIÓN
¿Qué es la operación Bastón y por qué es importante?
Estos son los puntos clave para entender la que es considerada una de la misiones de contra inteligencia militar más grandes de los últimos años.
Bastón fue el palabra clave elegida para bautizar el compendio de misiones, catalogadas como secretas, y desarrolladas durante varios años por la contra inteligencia militar. El objetivo era depurar el Ejército y, con pruebas contundentes, sacar de las filas a aquellos que deshonran el uniforme y habían infringido la ley.
El nombre nació por los bastones de mando que utilizan e identifican a los generales de la República. Fue por los oficiales de esos rango justamente por donde comenzaron las primeras pesquisas.
Bastón abarca cerca de 20 misiones de trabajo. Cada una lleva nombres claves como Falange, Cóndor, Isidoro, Harel, Iñaki, entre otros. En total suman más de cinco gigas de información que contienen 57.538 documentos, contratos, videos, entrevistas y toda suerte de soportes que respaldan cada una de estas investigaciones. En algunas participaron la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) y la Fiscalía General. SEMANA tuvo acceso a la totalidad de esos documentos.
Por el volumen de información bien se podría hablar de una especie de WikiLeaks del Ejército colombiano. Allí están consignados algunos de los secretos de unos pocos que deshonraron el uniforme y traicionaron a la inmensa mayoría de hombres y mujeres honestos que integran esa institución. “Las actividades de contrainteligencia que desarrolla el Ejército Nacional están ceñidas al marco legal, garantizando los derechos al buen nombre, la intimidad, la integridad personal y familiar, el debido proceso y la reserva legal”, dijo el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo hace pocos días al referirse al tema. “Las misiones de trabajo de inteligencia y contrainteligencia continuarán porque no solo son estratégicas, sino porque son indispensables para seguir con la política del Gobierno nacional de cero corrupción”, dijo al respecto a SEMANA el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro.
Tendencias
Bastón fue el resultado de una profunda reforma que incluyó los sistemas de inteligencia y contrainteligencia del Ejército, y que duró varios años. Esta surgió en las recomendaciones y asesorías que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) le hizo a Colombia como uno de unos requisitos para entrar a formar parte de esa organización militar como socio, no como miembro pleno. El mayor beneficio incluía tener un intercambio fluido de información con los ejércitos de la Otan. Entre estas las prácticas y técnicas para prevenir y combatir la corrupción.
En un ejercicio inédito, en 2017 el Ejército puso en marcha el plan para investigar a fondo a todos los generales sin excepción: 63 en total. Después de un primer barrido, que incluyó análisis financieros, los investigadores encontraron que de ese grupo, 16 generales podían tener algún nivel de riesgo de estar involucrados en temas de corrupción. Allí comenzaron las misiones, que se prolongaron durante varios años.
En muchos de los casos investigados lograron documentar y evidenciar la existencia de estructuras –unas más grandes que otras– en cuya cabeza estaba un general y en su base, suboficiales y civiles que cometían las irregularidades. Del total de las misiones de trabajo que forman parte de Bastón aparecen relacionados, además de 16 generales, 128 oficiales entre los grados de capitán a coronel. También 122 suboficiales y cerca de 35 civiles. Todos tienen diversos niveles de responsabilidad y participación en los diferentes delitos que aparecen documentados.
Como parte del plan metodológico, y de acuerdo con los hallazgos, los generales investigados fueron catalogados en tres categorías identificadas con las letras A, B y C. Estas representaban el nivel de riesgo de estar inmiscuidos en temas de corrupción, considerados alto, medio o bajo, respectivamente.
Los resultados permitieron detectar, entre otros, un general que vendía información a las Farc. Otro que entregaba armas a integrantes de la organización criminal conocida oficina de Envigado. Varios involucrados en desvíos de dinero de sus propias tropas y entrega de contratos a dedo a cambio de jugosas dádivas. Estos fueron tan solo algunos de los muchos resultados.
Ese esfuerzo de las misiones que hacen parte de Bastón por sacar a las manzanas podridas fue compartido con la Fiscalía General. Sin embargo, inexplicablemente en muchos casos las investigaciones quedaron engavetadas en los archivadores de fiscales. Lo cierto del caso es que más allá de esto Bastón sin duda alguna es uno de los trabajos de depuración interna más serios y documentados que se hayan hecho, como lo ha reconocido el propio gobierno de Iván Duque a través del ministro de defensa.