Nación
¿Qué está pasando en el Ejército? En un menos de un mes, tres soldados han sido asesinados por sus propios compañeros
El caso más reciente ocurrió en el batallón de Policía Militar n.° 13, en donde murió el soldado Joan Escudero García, quien se encontraba prestando el servicio militar y se había incorporado el año pasado.
Fuentes militares le confirmaron a SEMANA que hay preocupación dentro del Ejército por los recientes homicidios que se han dado de soldados que estaban prestando el servicio militar en manos de sus propios compañeros, en lo que parecería un uso irresponsable de las armas de fuego de dotación.
En las últimas horas, el Ejército reportó un nuevo caso, que se suma a los dos ocurridos recientemente en Bogotá. El primero fue en el Cantón Norte y el segundo en el batallón que le brinda seguridad a Indumil en el sur de la capital del país.
“De manera preliminar y en hechos que son materia de investigación, el día de hoy murió el soldado Joan Escudero García, del Batallón de Policía Militar n.º 13, quien se encontraba en su alojamiento en el cantón occidental de Bogotá”, explicó el Ejército a través de la Brigada 13.
Añadió la autoridad militar que, “según el reporte inicial, el hecho se habría producido al parecer cuando uno de sus compañeros presuntamente accionó un arma de fuego y posteriormente atentó contra su propia vida. Inmediatamente, el soldado herido fue trasladado al Hospital Militar Central y se dio aviso a las autoridades competentes, que adelantan los actos urgentes y continuarán con el proceso de investigación, a fin de esclarecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrieron los hechos”.
De acuerdo con los informados por la brigada 13, “así mismo, a través del equipo interdisciplinario del Centro de Familia de la Décima Tercera Brigada, se ordenó un acompañamiento permanente a los familiares de nuestros soldados involucrados en este incidente”.
“Estaban jugando, se le disparó el fusil y lo mató”: el reporte del soldado que mató a un compañero en batallón de Soacha
“Estaban jugando con el arma de dotación al interior del búnker y le disparó al compañero a la altura del cuello, causándole la muerte”. SEMANA conoció el reporte de las autoridades sobre el reciente caso en donde resultó muerto un soldado bachiller por un compañero.
La víctima fue identificada con el apellido de Chacón y su presunto agresor con Benites. Los dos uniformados se encontraban, según el reporte, prestando el servicio de centinela al interior del batallón de Policía Militar n.° 13, que presta la seguridad para Indumil.
Los uniformados al parecer se pusieron a jugar, cuando el arma de Benites se accionó, hiriendo gravemente a su compañero, quien murió dentro de la unidad militar. El presunto victimario quedó a disposición de las autoridades competentes para su respectiva judicialización.
Exclusivo: la broma que terminó en tragedia en el Cantón Norte, donde un soldado asesinó a su mejor amigo de un disparo de fusil
Toda una tragedia envuelve a las familias de los soldados regulares Yan Carlos Ocasal Bonilla y Julio César Aguirre Aguirre. SEMANA conoció –en primicia– el expediente que se abrió en la Justicia Penal Militar por este caso.
Los dos uniformados eran grandes amigos, se cuidaban la espalda; para donde uno iba, el otro lo acompañaba, eran muy ‘mamadores de gallo’, como se dice popularmente. Por ser tan ‘llaves’, habían sido asignados para que estuvieran de guardia en las casas militares del Cantón Norte, conocidas como Santa Ana.
En medio de la misión que les habían encomendado los superiores, Bonilla y Aguirre planeaban qué iban a hacer con el permiso que habían conseguido y del cual iban a disfrutar en los próximos días. El más recochero, dicen fuentes militares, era Bonilla, quien desafortunadamente no midió el alcance fatal que tendría una de sus bromas.
Bonilla es un soldado humilde, con un ejemplo a seguir: su hermano mayor, quien también es soldado. El joven no pensó que una de sus chanzas fuera a terminar en una tragedia. El pasado jueves, en horas de la tarde, mientras cumplían la labor de brindar seguridad en Santa Ana, se puso a bromear con su fusil, omitiendo todo lo aprendido sobre el peligro de jugar con las armas.
En medio de las chanzas, el soldado Bonilla, sin querer, accionó su fusil, causándole una grave herida a su gran amigo, el militar Aguirre. Confundido por lo que había sucedido, la reacción de Bonilla fue la de huir del sitio, dejando a la suerte la vida de su lanza, quien infortunadamente murió horas más tarde.
Invadido por el miedo, Bonilla tomó rumbo desconocido para las autoridades y se internó en zona montañosa entre Bogotá y La Calera, hasta donde llegaron las autoridades luego de varios trabajos investigativos entre la Policía el Ejército.