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¿Qué expedientes se quemaron en el Palacio de Justicia de Tuluá? Judicatura revela detalles

Gloria López, presidenta del Consejo Superior de la Judicatura, también dio cuenta de cuántos procesos se han digitalizado.

26 de mayo de 2021
Incendio en el Palacio de Justicia de Tuluá.
Incendio en el Palacio de Justicia de Tuluá. | Foto: Suministrada a Semana.

Una columna de llamas se elevó del Palacio de Justicia mientras encapuchados celebraban el incendio. La escena ocurrió el martes en el municipio de Tuluá, tras una tarde de enfrentamientos entre manifestantes y policías. La quema del edificio se dio luego de que policías antidisturbios trataran de “despejar los bloqueos” de manifestantes en la ciudad, situada a casi 100 kilómetros de Cali, capital del Valle del Cauca.

En respuesta, encapuchados incendiaron el edificio y bloquearon el paso de bomberos, según se observó en diferentes videos difundidos en redes sociales. El ministro de Justicia, Wilson Ruiz, condenó en Twitter los “actos de terrorismo que buscan sembrar caos y miedo”, mientras que el jefe de la cartera de Defensa, Diego Molano, denunció en la misma red social a “los vándalos” que “quieren obstruir la justicia” con este ataque.

Gloria López, presidenta del Consejo Superior de la Judicatura, fue consultada por los expedientes que eventualmente se perdieron por las llamas o que pretendieron ser quemados. De igual manera, por el proceso de digitalización de dichos expedientes. “Desde el año pasado todos los procesos han sido digitalizados, desde que se inició la pandemia. Y hacia atrás cada distrito judicial está realizando el proceso de digitalización. Obviamente, estamos haciéndolo hacia atrás, de 2020 a 2019, de 2019 a 2018. Había 500.000 expedientes digitalizados a nivel nacional y en Facatativá (Cundinamarca) estaban en un servidor. En Facatativá no solo destruyeron expedientes, pero los expedientes estaban en la nube, el avance en tecnología ha permitido este proceso. Es un proceso que esperamos terminarlo a junio de 2022, terminar la digitalización de los procesos vigentes”, aseguró en diálogo con la emisora W Radio.

Frente a los expedientes que terminaron en llamas, la presidenta de la Judicatura aseguró que harán un “inventario real de los procesos que estaban adelantando y cuáles estaban terminados para hacer la reconstrucción del expediente”. También señaló que no tenía mayores comentarios cuando le dijeron que allí reposaban procesos contra narcotricantes, exnarcotraficantes y exguerrilleros. “No tengo ninguna respuesta porque el inventario le corresponde, una vez se pueda ingresar a la sede, al circuito de Tuluá. Es una investigación que corresponde a la Fiscalía General en conjunto con la realización del inventario del archivo documental de los despachos documentales”, agregó.

La escena evoca funestos recuerdos en un país donde la toma guerrilla del Palacio de Justicia por el M-19 en 1985, y su sangrienta retoma por parte del Ejército, en medio de un gigantesco incendio registrado por la televisión, dejaron un centenar de muertos. Desde que se iniciaron las movilizaciones contra el gobierno de Iván Duque el 28 de abril, el departamento del Valle del Cauca ha sido epicentro de violentas protestas, duramente reprimidas por la fuerza pública.

La mayoría de los 43 homicidios registrados a la fecha ocurrieron en esa región, donde convergen pobreza, racismo, narcotráfico y el conflicto que repunta tras la firma de la paz con la guerrilla de las Farc, en 2016. En el municipio de Tuluá, un hombre fue atrapado el 21 de mayo por manifestantes luego de disparar contra un bloqueo. El agresor fue entregado a la justicia y su camioneta fue incinerada.

Los cierres de vías, que se multiplican en el oeste del país y causan desabastecimiento, amenazan con restarle apoyo popular a las manifestaciones antigubernamentales.

El presidente del país, Iván Duque, exige su levantamiento como condición para negociar una salida a la crisis. El mandatario ordenó a la fuerza pública desmontar esas “expresiones que son violentas”, pese a la condena internacional de los excesos cometidos por la policía en la contención de las manifestaciones.

El estallido social, que reclama un país más justo y solidario ante el deterioro económico que agudizó la pandemia, deja de momento más de 2.000 heridos, mientras persisten 84 cierres viales.