Nación
¿Qué hacer si un cajero electrónico se ‘traga’ su tarjeta?
Es importante tener en cuenta las recomendaciones para cuando suceda este tipo de problemas.
En algunas ocasiones, los usuarios que utilizan tarjetas, ya sean de crédito o débito, reportan que los cajeros se han quedado con la tarjeta, lo que impide que pueda ser retirada del dispositivo.
Para los usuarios a los que no les ha sucedido esto, es importante conocer los pasos a seguir en caso de que ocurra.
En primer lugar, se debe comunicar lo ocurrido al banco emisor de la tarjeta, por lo que se debe llamar lo antes posible a la línea de Atención al cliente y sin moverse del lugar en el que quedó retenida la tarjeta hasta que esta quede bloqueada o cancelada.
Si no se conoce el número de la línea de Atención al cliente, se puede encontrar fácilmente en internet.
No obstante, es importante tener presente que durante la llamada tendrá que entregar los datos personales para hacer la respectiva identificación, por lo que es importante asegurarse de que el número sea el correcto.
Adicionalmente, se sugiere verificar el saldo disponible, así como los movimientos bancarios, con el objetivo de comprobar que efectivamente todo está en orden. Esto se puede hacer desde una oficina del banco o si la entidad financiera cuenta con una aplicación móvil.
Finalmente, cuando el aviso esté hecho y la tarjeta haya sido cancelada o bloqueada, se debe pedir una nueva para reemplazar la anterior, por lo que será la misma entidad la que determine los pasos a seguir.
Del mismo modo, para evitar que esto vuelva a ocurrir, se recomienda verificar la ranura del cajero automático y ver si está libre, al igual que revisar si no hay algún obstáculo que impida la salida de la tarjeta, pues hay que tener presente que estos son algunos de los métodos que se utilizan para hacer estafas y fraudes con el fin de robar o duplicar la tarjeta.
Mastercard eliminará las bandas magnéticas de sus tarjetas de crédito
Mastercard Incorporated es una multinacional estadounidense fundada en 1966 que posibilita las transferencias electrónicas de fondos en casi cualquier lugar del mundo y que obtiene sus ingresos cobrando a los establecimientos comerciales una comisión por aceptar su tarjeta como método de pago.
Previo a la implementación de las bandas magnéticas, los comercios que aceptaban tarjetas de crédito debían escribir la información de la cuenta con la que se efectuaba el pago.
Tiempo después, y para facilitar la operación manual, recurrió a una máquina de impresión plana para adquirir y procesar la información de la tarjeta en un paquete de papel carbón, y el sonido de la manija deslizándose se convirtió en el nombre de la máquina, zip-zap. Sin embargo, la llegada de las bandas magnéticas no solo agilizó el proceso, sino que también permitió a los bancos codificar la información de la tarjeta, lo que permitió avances rápidos en los métodos de pago electrónico.
Esta implementación impulsó los terminales de pago electrónicos y las posteriores tarjetas de chip que brindan más seguridad y autenticación de los datos, mientras promueven la aceptación de la tarjeta en todo tipo de comercios.
Ahora bien, después de haber usado la banda magnética desde los años 60, Mastercard anunció que la retirará de las tarjetas débito y crédito a partir de 2024 convirtiéndose en la primera entre su competencia en tomar esta decisión. Se estima que en 2033 todas las tarjetas de esta red de pagos operarán con chip.
Este movimiento tendrá inicio en Europa y se estima que en países como Estados Unidos y Canadá, los bancos dejarán de requerir tarjetas con bandas magnéticas desde 2027.
Mayor seguridad
Esta propuesta se realiza en aras de que las empresas, haciendo uso de la tecnología, innoven e introduzcan una nueva tecnología en los pagos en función de los hábitos cambiantes de los consumidores. MasterCard pretende motivar al mercado a recurrir a opciones de seguridad que integren chips de tarjetas y pagos sin contacto, entre otros.
De todos modos, vale mencionar que antes de que la banda magnética se implementara, los ingenieros ya tenían en mente una tarjeta que fuera alimentada por un chip de computadora que fuera capaz de establecer medidas de seguridad más robustas, dando como resultado la primera de su especie en los años 60, en Francia.
Sin embargo, esta tarjeta con chip no fue tan popular en su momento, ya que no eran reconocidas en todos los terminales, lo que tiempo después, en 1990, terminó motivando la ejecución de una tecnología estandarizada a nivel global: el chip EMV.