ELECCIONES 2018

Los dardos entre Ramírez y Ordóñez para ‘rasguñarle’ votos uribistas a Duque

Estos dos de los tres candidatos de la coalición de la derecha se eligieron como el ‘enemigo’ a vencer en las urnas. El tono de su controversia subirá con el avance de la campaña. Su estrategia busca restarle apoyos al ungido de Uribe. ¿Qué hay detrás de esta disputa?

31 de enero de 2018
| Foto: Fotomontaje Semana

La contienda electoral está al rojo vivo y las posturas ideológicas se han decantado de tal manera que -como no se veía hace varias décadas- Colombia se apresta a elegir un nuevo Congreso y al siguiente inquilino de la Casa de Nariño entre candidatos de izquierda y de derecha, prácticamente sin matices.

Lo que se esperaría, más allá de la competencia tradicional por votos, es que los candidatos que representan a determinada orilla tengan más coincidencias que discordias y que hasta se exploren posibilidades para hacer unidos campaña proselitista. Pero la realidad es otra y -en algunas ocasiones- el fuego amigo es más fuerte que el externo.

Eso se evidenció esta semana entre dos de los tres candidatos que aspiran a quedarse con la candidatura única de la derecha. Si bien el domingo se habían reunido los tres -Marta Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez e Iván Duque Márquez-, no pasaron ni siquiera 24 horas de esa cita para que los dos primeros se enfrascaran en una tensa polémica.

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Los dos, Ramírez y Ordóñez, son representantes de la derecha y con base en ello han planteado su narrativa electoral. La una es un poco más cercana al centro, pues no tiene posturas tan radicales en relación con el matrimonio igualitario y la adopción entre parejas del mismo sexo. Y el segundo es más católico en su percepción del funcionamiento del Estado, con tesis que a veces lo llevan al extremo de esta orilla ideológica.

Pero ambos, y lo han dicho públicamente, coinciden en su visión de hacer un uso más potente de la fuerza pública para combatir la criminalidad, no ven con buenos ojos la salida política y negociada al conflicto armado y han acudido a la dura crisis humanitaria que azota a Venezuela para alertar a los colombianos sobre lo que consideran es el fantasma del castrochavismo Entonces, ¿a qué juegan peleándose? ¿Qué buscan?

Marta Lucía Ramírez -apoyada por el expresidente Andrés Pastrana- fue la primera en mostrar los dientes tan solo 24 horas después de haberse reunido en Bogotá con Ordóñez y Duque. De este último no dijo nada, de hecho ha evitado la confrontación con él porque es, ante todo, el candidato del expresidente Álvaro Uribe, el mayor elector individual que tiene el país. Incluso, este aspirante del uribista Centro Democrático ve la disputa desde la barrera y en silencio.

No obstante, al exprocurador no lo bajó de radical y lo señaló de representar una visión retardataria del Estado. En una entrevista con Blu Radio, el lunes, Ramírez lanzó su primer dardo: “Evidentemente (Ordóñez) tiene una posición mucho más extrema, más radical, que yo no comparto”.

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Aseguró, eso sí, que ella aceptó las reglas de medirse en una consulta el 11 marzo próximo -el día de las elecciones de Congreso- para elegir al candidato único de la derecha, y se acordó que el segundo en votos será la fórmula vicepresidencial. Pero Ramírez no quiere que Ordóñez logre ninguno de esos dos propósitos.

Ella siente que el exprocurador, ahora candidato por firmas, es un factor que puede alejar más al voto de centro y por eso se esfuerza en descalificarlo. Y, por ende, es que siente que debe hablarle a esa derecha que se inclina más hacia el centro y de la cual espera, incluso, ‘robarle’ algunos votos a Iván Duque durante la consulta.

“La posición de extremismos del doctor Ordóñez nos genera preocupaciones”, precisó Ramírez, quien agregó que “tenemos que entender que una posición tan radical como la que tiene el doctor Ordóñez en temas como los homosexuales y los derechos de las mujeres, no es ver la sociedad del futuro, sino devolvernos al siglo XIX; y eso no es lo mío”.

Ordóñez, por su parte, sabe que cualquier voto que obtenga en este proceso es ganancia, pues nunca se ha medido a las urnas para ningún cargo. Por eso, le habla a su electorado más inclinado a la derecha radical y no desaprovecha oportunidades como esta -servida por Ramírez- para contradecirla y esbozar sus posturas.

“Le dicen extremismo, yo lo llamo dignidad. Dicen que soy radical y tienen razón: defender a Colombia requiere carácter y autoridad. Eso no lo tienen todos. Digo lo que pienso y hago lo que digo. Los que se asustan con eso son los que toleran la entrega del país a los bandidos”, fue la primera respuesta de Ordóñez a los dardos de la también exministra.

Y, para no dejar dudas de a quién es que le habla y cuál es su nicho de votantes, agregó: “¿La doctora Marta Lucía me llama extremista porque no estoy de acuerdo con el aborto o la eutanasia. ¿Ella aprobará que no dejen nacer a nuestros niños ni dejen vivir a nuestros viejos?”. El mensaje es claro.

El exprocurador también quiere restarle algunos votos a Iván Duque en el Centro Democrático, pero de ese sector más radical y dogmático que ve en el actual candidato uribista a un “mozalbete” que no los representa. Y, además, quiere que el voto religioso y verdaderamente conservador también lo acompañe, prueba de ello fue la adhesión a su campaña -esta semana- del Movimiento de Católicos por Colombia Solidaridad.

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Los dos juegan con electorados diferentes, aunque concordantes en la derecha, y por eso se han elegido mutuamente como el ‘enemigo’ a vencer en las urnas en la consulta de marzo, pero también aspiran a ‘rasguñarle’ apoyos a Duque dentro del Centro Democrático. Esto, en plata blanca, se traduce en que su disputa puede resultar golpeando al candidato de Uribe.

Lo cierto es que quedan menos de 5 semanas para dirimir esta controversia y, como siempre pasa en los procesos electorales, entre más cerca esté el día de la elección mucho más subirá el tono de la confrontación. No importa quién haya mediado para intentar acercarlos.