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El plantón de los congresistas para hablar con el presidente Duque

Cerca de 40 parlamentarios del suroeste colombiano se unieron en un plantón para ser escuchados por el presidente Iván Duque sobre una solución al paro indígena en el Cauca, pero aunque llegaron hasta la Casa de Nariño, no lograron su propósito. ¿Por qué?

27 de marzo de 2019
Más allá de los resultados concretos que pudo dejar la jornada, quedará en la historia política de Colombia el día en que dirigentes de todos los partidos políticos se unieron por una misma causa: ponerle fin al paro indígena en el Cauca. | Foto: Fotomontaje Semana

El convulsionado día que se vivió por cuenta del paro indígena en el Cauca y que ya completa dos semanas con bloqueos sobre la vía Panamericana que une a los departamentos de Valle, Cauca, Nariño y Putumayo, culminó con una imagen inédita: cerca de 40 congresistas de todos los colores políticos, se unieron para armarle un plantón al presidente Iván Duque.

El propósito de la iniciativa era hacerse escuchar por el mandatario y proponerle ideas que permitan destrabar la mesa de conversaciones y suavizar las posturas en torno a las condiciones que exigen ambas partes para sentarse a dialogar.

En varias oportunidades el presidente Duque ha dicho que no irá al Cauca mientras persistan los bloqueos y las vías de hecho. Por su parte los indígenas insisten en que la protesta solo se levantará cuando el Presidente los escuche.

Por cuenta de ese nudo ciego los parlamentarios de la región quisieron liderar una vocería y hablar directamente con el mandatario en la Casa de Nariño, para hacerle una radiografía del drama social y económico que padecen los ciudadanos de esa zona del país, por cuenta de los bloqueos sobre la vía Panamericana.

Con esa idea clara, senadores y representantes a la Cámara de todos los partidos políticos que hacen parte del bloque parlamentario en el sur occidente colombiano, salieron del Congreso y caminaron hasta el despacho presidencial.

“Cuando llegamos a la Casa de Nariño, hubo disposición del Presidente por escucharnos, pero pidió que se conformara una comisión para reducir el grupo”, explicó el senador liberal caucano, Luis Fernando Velasco.

Ahí se armó troya, porque algunos congresistas de Alianza Verde y Marcha Patriótica manifestaron su negativa a reducir el grupo y exigieron que si el Presidente quería escucharlos, “debía ser a todos”.

Al final los parlamentarios no se pusieron de acuerdo y algunos, ante la negativa de llegar a un consenso, prefirieron retirarse. En conclusión, nadie pudo hablar con el presidente Duque.

¿Qué le iban a proponer?

Como la reunión entre el presidente Duque y los indígenas se bloqueó por cuenta de las posturas radicalizadas de ambas partes y que no quieren ceder porque se les convirtió en una cuestión de honor, los congresistas quieren hallar un punto intermedio.

Y ese equilibrio podría surgir de una idea no descabellada: los legisladores creen que si el Presidente anuncia oficialmente la fecha en la que irá al Cauca a reunirse con los indígenas, pero con la condición de que levanten ese mismo día los bloqueos, es probable que la minga acepte.

Esa estrategia podría dar sus frutos, porque entre los parlamentarios que promueven esa iniciativa se encuentra justamente el senador Feliciano Valencia, líder de la comunidad Nasa del Cauca y vocero natural de los indígenas.

“Cuando llegamos a la Casa de Nariño, hubo disposición del Presidente por escucharnos, pero pidió que se conformara una comisión para reducir el grupo”, explicó el senador liberal caucano, Luis Fernando Velasco.

La carta de los congresistas caucanos

Mientras se armaba el plantón para hablar con el presidente Iván Duque, los siete congresistas que hacen parte del bloque parlamentario del Cauca, elaboraron una carta pública dirigida al mandatario de los colombianos.

La misiva que solo aparece firmada por seis de los siete legisladores que la suscriben, se resume en dos puntos fundamentales: incluir en el articulado del Plan Nacional de Desarrollo los diez billones de pesos que anunció el gobierno para las comunidades étnicas del país; y reunirse con los indígenas en el Cauca.

“Necesitamos que estos recursos queden en detalle en el Plan Nacional de desarrollo y no como un simple anexo, en aras de brindar confianza y tranquilidad a las comunidades indígenas”, dice la carta.

Añaden que, para desbloquear la vía Panamericana, es necesaria la presencia del mandatario en la región.

“Señor Presidente, con el mayor respeto y consideración expresamos a usted nuestro parecer, en el sentido de que el anuncio de su visita al departamento del Cauca, previo al avance de las conversaciones, sería la noticia que permitiría la normalización de la vía Panamericana en el entendido de que su presencia es muestra de su voluntad para atender las reclamaciones de la causa indígena”.

Esa es la idea central del documento, en el que además advierten que la situación social y de orden público podría empeorar.

“Es indudable que en el departamento del Cauca y en el sur occidente de Colombia se está generando un ambiente negativo y de consecuencias inesperadas. Todo apunta a que se caldean mucho más los ánimos y a que se exacerben las pasiones, ya que los niveles de conflictividad y de violencia en el sur del país se pueden incrementar; creemos que ante esta amenaza se debe actuar de forma decidida y es por ello que estamos haciendo un llamado a la calma”.

Más allá de los resultados concretos que pudo dejar la jornada, quedará en la historia política de Colombia el día en que dirigentes de todos los partidos políticos se unieron por una misma causa: ponerle fin al paro indígena en el Cauca.

Bitácora de un día convulsionado

El paro indígena en el Cauca cada vez adquiere visos de convertirse en una protesta mucho más grande. La minga ya cumplió su día número 17 y el cese de los bloqueos sobre la via Panamericana se ve bastante lejano.

Este miércoles fue un día convulso desde tempranas horas de la mañana. Por segunda ocasión y en menos de una semana el gobierno se levantó de la mesa de negociación. El pasado sábado ya había ocurrido algo similar a raíz del secuestro de dos uniformados, que llevó a que la suspensión de los diálogos se prolongara por más de una hora, pero las conversaciones fueron reanudadas una vez que los garantes verificaron que los dos suboficiales, el cabo segundo César Peña Miranda y Jorge Adrián Urbano, estaban en libertad.

El episodio de este 27 de marzo fue bastante parecido. El Gobierno ordenó el cese de las conversaciones que mantenía con los líderes indígenas del Cauca debido a un confuso hecho que se presentó con un militar que fue retenido durante un par de horas por parte de la guardia nativa.

Guillermo Botero, ministro de defensa, fue el primero en reaccionar. “Rechazo el secuestro de un integrante del Ejército de Colombia en el sector de La Agustina, Cauca. El militar se encontraba fuera de servicio en licencia por calamidad doméstica”, trinó.

Frente a ese hecho, Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del interior, y el Alto Comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, se levantaron de la mesa de diálogo que desde hace una semana se estableció con los voceros del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.

Y así lo confirmó la ministra mediante un video. "Tenemos lamentablemente que informar que íbamos camino al sitio de las conversaciones con la minga y nos hemos enterado de que hay un posible secuestro de un soldado del Ejército colombiano, razón por la que nos vemos obligados a suspender nuevamente estos diálogos hasta que no aparezca el soldado", declaró, añadiendo que “el gobierno sigue dispuesto a mantener el diálogo y a aclarar lo sucedido con este soldado de la patria”.

Minutos después el jefe de esa cartera confirmó que el militar fue liberado y se encuentra en perfecto estado de salud y físico. "Agradezco los buenos oficios de la Defensoría del Pueblo y el ministerio del Interior para la liberación del militar secuestrado en la región de La Agustina, Cauca. Volverá a su unidad prontamente. Vías de hecho no son ni serán aceptadas", dijo Botero.

Luego de la liberación, los diálogos entre el gobierno y los líderes indígenas fueron reiniciados. Sin embargo, el avance de las conversaciones es lento y un acuerdo entre ambas partes no se ve próximo.

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En una rueda de prensa, la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) informó que la protesta se va a extender. Según Luis Fernando Arias, consejero mayor de esa organización, de manera tentativa seguirán hasta finales de mayo o hasta que se logre un acuerdo con garantías. Pero ahora la protesta será a nivel nacional.

Arias dio a conocer que optaron “por hacer concentraciones estratégicas en puntos clave del país”. Las zonas que serían ocupadas, además de la Panamericana, serían las vías Cali-Buenaventura; Tolima-Huila; en la troncal del Caribe, Montería-Sucre; Cesar y la Guajira, concentración por definirse; en la Orinoquia, en el Meta, Arauca y Casanare; y en Nariño ya se inició la movilización en Pasto-Tumaco.

“Movilizarnos no es un capricho. Nos cuesta mucho a nosotros, pagamos un alto costo porque la represión es cada vez más fuerte y a veces nos toca regresarnos con nuestros heridos, nuestros muertos a nuestros territorios esperando la palabra empeñada del gobierno”, afirmó el consejero, quien enfatizó en que hasta que se resuelvan sus peticiones en asuntos concretos y de fondo seguirán las movilizaciones. Además, invitó al presidnete Duque a que acuda a dialogar a la minga. “Depende de usted señor presidente” que vuelva la movilidad, puntualizó.

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Antonio Sanguino, senador por el Partido Verde, afirmó que “acompañamos solidaria y comprometidamente la minga. Vamos a acompañar también esta convocatoria a una minga nacional”. Según Sanguino, el martes en la comisión segunda del Senado “le pedimos al presidente que él mismo lidere este diálogo, que no convierta en punto de honor no sentarse a dialogar hasta que no se levante la movilización”.

Adicionalmente, señaló que quieren que el diálogo sea “instrumento para comprometer al gobierno a cumplir los compromisos adquiridos en pasadas movilizaciones” y también para que se atiendan las necesidades de las comunidades como campesinos y afrodescendientes en el trámite del Plan Nacional de Desarrollo.

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