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¿Qué opina María Isabel? Acuerdo nacional: ¿pura carreta?
Varios termómetros tiene puestos el acuerdo nacional que propone Petro. Pero en general, no marcan sinceridad. Porque cuando surge algún acuerdo político o industrial, el Gobierno no lo apoya o lo trata burlescamente. Por ejemplo, la subcomisión parlamentaria para redactar el texto del proyecto de la salud, acordada por unanimidad, fue calificada de “mico” por el partido de gobierno. Pero también está el ejemplo de la “última coca cola del desierto” de la ministra de Trabajo contra el Consejo Gremial, todo lo cual sugiere que el tal acuerdo nacional es pura carreta.
A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel, hoy jueves 31 de agosto, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al cacareado acuerdo nacional, que con bombos y platillos el presidente Petro propone como una nueva meta, como una salida de tanto desacuerdo después de haber pateado él mismo la coalición política, algo parecido que llegó a acompañar a su Gobierno desde sus comienzos, pero que, como digo, él mismo disolvió.
La pregunta es qué tan sinceramente propone Petro el tal acuerdo nacional, y las respuestas comienzan a asomarse, por ejemplo, en las reacciones que ha causado que la Cámara de Representantes ayer, sorpresivamente, acordara por unanimidad crear una subcomisión que le dé nuevo aire a la reforma a la salud escribiendo un nuevo proyecto de ley.
O por ejemplo, el manejo que el Gobierno le ha dado a las EPS, que advirtieron que si no recibían oxígeno financiero del Gobierno, pues comenzarían a salir del sistema, a retirarse en agosto, a lo que el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, prometió que les giraría 10 billones de pesos de aquí a diciembre, aunque lo hizo aparecer como un regalo. Y las sometió, además, a la obligación de seguir operando. O sea, que el gobierno ganó el pulso. Es la plata que les deben a las EPS y está lejos de ser un regalo, como se quiso presentar.
O la última coca-cola del desierto o el ‘mamola’ que Petro y su ministra de Trabajo le lanzaron al Consejo Gremial, luego de que se reunieron en el palacio en una cumbre para discutir las preocupaciones sobre la reactivación económica. No son buenos síntomas de que sea sincero el tal acuerdo nacional, como no lo es que ante la subcomisión creada en la Cámara para enderezar el proyecto de ley sobre salud que, aprobada, insisto, por unanimidad, y que sería conformada por todos los partidos políticos para concertar ese nuevo texto. Según propuesta de la pilísima representante Julita Miranda, en el Pacto Histórico reaccionaron furiosos alegando que es una movida para dilatar el debate, que es un mico. Falta ver ahora con qué disposición el presidente a la Cámara, el liberal ultrapetrista Andrés Calle, se comporta para conformar la subcomisión, cuyo espíritu es evitar que en Colombia triunfe el propósito gubernamental de estatizar y burocratizar la salud en Colombia.
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¿La dejará (el presidente Calle a la Comisión) actuar mientras avanza el debate del proyecto original en la Cámara? ¿O suspenderá la discusión, que sería lo lógico, mientras la subcomisión llega a un acuerdo? Termómetros de la sinceridad del Gobierno en torno al acuerdo nacional: o marca en rojo la fiebre de una propuesta hipócrita y mentirosa o marca en verde el síntoma de la sinceridad.
Lea la segunda opinión de María Isabel, hoy 31 de agosto:
¿Qué opina María Isabel? Se “maluquea” ambiente político
Por un lado, ayer el presidente Petro insistió en que lo quieren tumbar, haciendo una vaca entre empresarios españoles. Y decidió recurrir a su estrategia favorita, agitar las masas de campesinos, juventudes populares y el pueblo trabajador, por si él ya no sigue en existencia. Luego aludió al asesinato de Gaitán. ¿Nos estará amenazando con un “bogotazo”? Mientras tanto, la senadora Piedad Córdoba estrena un lenguaje sicarial contra uno de sus colegas… ¿Será este el ambiente político que necesita el país para superar esta confusa y coyuntura?
A las 6 y 10 minutos de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel hoy jueves 31 de agosto en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al lenguaje, en unos casos amenazante, en otros inapropiados y procaz, que se está tomando el espacio político en Colombia.
Por ejemplo, ayer el presidente Petro, en explosivo y desde luego muy populista y hasta desconcertante discurso en El Carmen de Bolívar, denunció que sus enemigos están haciendo una vaca, o sea, recogiendo plata, nada menos que empresarios españoles, España país que a él le priva porque se siente muy bienvenido, pero esta vez para tumbarlo y los calificó de brutos.
Al tiempo que dijo en tono amenazante, que en tal caso de que ello llegue a suceder, el campesinado sabrá qué hacer, la juventud popular sabrá qué hacer y el pueblo trabajador sabrá qué hacer, así él no siga existiendo en ese momento. Y como ejemplo de lo que podría pasar, aludió tácitamente al Bogotazo que siguió al asesinato de Gaitán. Es el estilo de gobierno Petro: agitar las masas para amenazar al país pacífico.
En cuanto al lenguaje, que yo llamo inapropiado y procaz, el mejor ejemplo es el utilizado por la senadora Piedad Córdoba, que responde a las pintorescas intervenciones del congresista Jota Pe Hernández, que dice valientes verdades en medio de un estilo que no muchos toman muy en serio, menos Piedad Córdoba, ella sí lo toma en serio, porque, en un estilo sicarial, ayer le repostó al senador llamándolo “grandísimo hp” y añadiendo que le llegó el turno de su peinada.
¿A qué horas descendimos tanto?, ¿a qué hora el ambiente político resultó imbuido de estos brochazos sicariales?, ¿dónde están los debates sobre los verdaderos y graves problemas del país? O sea, a la senadora Córdoba le faltó la palabra gonorrea y la hubiera completado.
