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¿Qué opina María Isabel? ¡Ánimo, Camila Zuluaga!
El reciente incidente denunciado por la periodista sobre seguimientos en una caminata familiar, por un furibundo bloguero petrista, aumenta la preocupación por el “ambientico enrarecido” que se está creando contra la libertad de prensa en Colombia. En el corazón del fenómeno está la intolerancia que el presidente Petro comienza a fomentar contra medios y periodistas que no le leen al pie de la letra su libreto político.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy jueves primero de junio en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a las graves denuncias y a toda mi solidaridad con la periodista Camila Zuluaga, en el sentido que le están haciendo seguimientos que ella atribuye a personas afines al Pacto Histórico y que hasta ha sido promovida por las redes sociales por el propio presidente Gustavo Petro.
Eso motivó a la periodista a escribirle una carta abierta al mandatario pidiéndole que no estigmatice a la prensa, como lo ha hecho en las últimas semanas con varios agravios, incluso criticar a medios de comunicación que simplemente están cumpliendo con su trabajo de reportar los hechos que suceden, como sucedió con Caracol cuando cubría la manifestación en la Plaza de Bolívar de militares y policías en retiro, o culpar más recientemente a titulares de periódicos de que insidiosamente están enfrentándolo con el Consejo de Estado cuando esta era una interpretación absolutamente factible de unos trinos que él enfermizamente escribe.
Yo misma, preocupada por este ambiente enrarecido, que parece estarse dando bajo este gobierno en el país y que no sabemos hasta dónde podría llegar, si hasta una delicada coacción a la libertad de prensa y de expresión, interrogué al director de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) sobre cómo estaba viendo él la situación.
Jonathan Bock, a la cabeza de la institución, respondió que el presidente Petro debe respetar a la prensa y a la libertad de prensa como una institución democrática, pero que en su equivocada concepción de graduar un sector de la prensa que cuestiona alguna de sus actuaciones como enemiga, lo que hace es desgastar el periodismo y por supuesto desgastar el poder, que puede terminar deslegitimado.
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Bock reconoce que en general las amenazas contra los periodistas han aumentado, y lo que le sucedió a Camila Zuluaga es un ejemplo. El presidente como que inspira o motiva a sus tuiteros bodeguistas a cargar su rabia contra los periodistas con este tipo de resultados, el seguimiento intimidatorio durante su plan familiar a una periodista que admite que por primera vez tiene miedo de este gobierno, no tanto por ella como por su familia.
Luego del nuevo llamado de atención del presidente de la Flip, el presidente Petro responde diciendo que él no ataca periodistas, pero que si dicen falsedades contra él, tiene todo el derecho como ser humano de aclarar los infundios. Pero no es deslegitimando el ejercicio del periodismo como lo debe hacer, para eso hay conductos directos.
También ocurrió otro incidente, no vinculado con Petro, este de La W Radio y la embajada rusa, que se vino lanza en ristre contra el medio por una entrevista con protagonistas de la guerra de Ucrania que no le gustó la embajada. ¿Con qué derecho la embajada de un país extranjero les da instrucciones a unos periodistas colombianos sobre a quiénes no deben entrevistar y qué no les pueden preguntar?
La libertad de prensa es sagrada, la vida familiar de Camila Zuluaga, así como la de todos los periodistas es sagrada, la libertad de reportería de La W Radio es sagrada, y si el presidente Petro puede ir desanimando a sus fanáticos para que dejen de agredir o perseguir a los periodistas que no son sus áulicos, más la intervención de la Flip para que escale el tema de la embajada rusa a nivel de sus corresponsales internacionales, garantizaremos, cuidaremos o prevendremos que la democracia colombiana no resulte gravemente menoscabada.