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¿Qué opina María Isabel? ¡Corra por su pasaporte! | Foto: Semana

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¿Qué opina María Isabel? ¡Corra por su pasaporte!

Si se vence en los alrededores de un año, corra a renovarlo. Porque no hay pistas acerca de cómo se resolverá la bronca de Petro con la compañía que los elabora, que se ganó nuevamente la licitación para continuar produciéndolos. El Gobierno anda empeñado en no firmar el contrato. Una nueva licitación, además de sus problemas legales, deja al país en un costoso limbo, no solamente económico.

Redacción Semana
4 de marzo de 2024

¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes 4 de marzo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a una recomendación, si su pasaporte se vence en alrededor de un año, o un poquito más o un poquito menos, ¡corra! Corra a renovarlo. Porque la pelea del Gobierno Petro con la empresa Thomas Greg and Sons no tiene pista de estar cerca a un aterrizaje amigable que nos garantice a los colombianos una pronta y razonable solución.

Veamos, el contrato actual pactado por el canciller Leyva con dicha empresa bajo la figura de una urgencia manifiesta se vence en pocos meses. Si no se va a firmar el contrato en virtud de la nueva licitación que permitió abrir y adjudicar el hoy destituido exsecretario general de la Cancillería, José Antonio Salazar, por la terquedad absolutamente ilegal del presidente Petro, quedaremos en un limbo que no solo nos saldrá carísimo a los colombianos por una demanda de indemnización por perjuicios causados que hoy está tasada en 117 millones de pesos, sino que es incierto el abastecimiento de futuros pasaportes en pocos meses.

Pasaportes.
Pasaporte de Colombia. | Foto: Colprensa

La Procuraduría está ante una encrucijada, tumbar la contratación de seis meses bajo la figura de la urgencia manifiesta porque ya no tiene objeto, pues la reapertura de una licitación absolutamente legal deja esa contratación sin objeto, sino porque como el Gobierno -por cuenta de los caprichos del presidente, que le tiene ojeriza a la empresa adjudicada- no quiere que se firme el nuevo contrato, solo quedarán en el escenario de una nueva, y quién sabe qué tan legítima, licitación que tendría varios problemas de tiempo.

Pasaporte colombiano.
Pasaporte colombiano. | Foto: Getty Images

Es que convocar a una nueva licitación no es soplar y hacer botellas, requiere una cuidadosa preparación que incluye, por ejemplo, varias etapas: la convocatoria de los interesados, una selección de los que califican y la adjudicación en una licitación en la que intervienen mínimo dos comités, el estructurador y el evaluador, compuesto cada uno por no menos de 12 personas, que tienen que ponerse de acuerdo en las dos etapas.

A eso súmele el tiempo que implicará lo que podríamos llamar la presentación en sociedad del nuevo pasaporte, me refiero que ante cada inmigración del mundo tiene que presentarse el nuevo pasaporte para que un colombiano sea admitido en otro país. El nuevo pasaporte en caso de ganar solo una empresa distinta a Thomas Greg necesariamente implicará cambios físicos, eso tomará mucho más que unos pocos meses.

En el camino de este tortuoso proceso comienzan a hacer su aparición los consabidos intermediarios, que podrían resultar siendo los nuevos adjudicatarios, pero sin el know-how que se requiere para hacer los pasaportes, que no es una cosa sencilla, y que en caso de que no lo sepan hacer tales intermediarios, pues nos obligará -como ha pasado en muchas ocasiones- a subcontratar las veces que sea necesario hasta llegar a una de las escasas empresas del mundo con capacidad técnica de fabricar pasaportes.

La adquisición de los carrotanques está rodeada de polémicas.
La adquisición de los carrotanques está rodeada de polémicas. | Foto: Procuraduría

Básicamente, lo mismo sucedió con la adjudicación de los carrotanques de La Guajira, en la que la beneficiada fue una pequeña empresa casi fantasma cuyo representante legal, el señor de curioso nombre de Roger Pastas Fuertes, tenía otra especialidad: distribuir carne de ganado ya sacrificado, que absolutamente nada tiene que ver con la fabricación de carrotanques para llevar agua a los sedientos desiertos guajiros.

Y además falta ver si los carrotanques pueden recorrerlos, porque parece que fueron comprados para carreteras asfaltadas, y que finalmente terminó dicho contrato tumbando, por su sospechoso proceso de adquisición, al director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, que pasa por una cadena de funcionarios gubernamentales, seccionales, locales, contratistas, empresarios, veedores, etcétera, etcétera. Todo esto nos obliga a preguntarnos: ¿esta es una presidencia sin límites?

Lea la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy lunes 4 de marzo:

¿Qué opina María Isabel? Gobierno Petro: de la tecnocracia al activismo

Así está copando el presidente Petro las vacantes de los tecnócratas a los que despidió porque sabían decirle ‘no’. Es decir, cargos claves de este gobierno, y con popochas chequeras, no están quedando en manos de los que más saben, sino de los que mejor vociferan.

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¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes 4 de marzo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al tema del fin de semana, recurrente entre opinadores y medios de comunicación, el viraje que le ha dado este gobierno al perfil de importantes funcionarios que pasaron de la cartera de tecnócratas a la de activistas.

La bobadita de la diferencia radica en que estamos saliendo de los que saben y contratando a los que mejor gritan sus simpatías por el gobierno y mejor le sirven políticamente a su perpetuación. ¿Explicación del presidente? Tecnocracia es supuestos técnicos en el poder, democracia es el pueblo en el poder. En la primera, el pueblo le sirve a los supuestos técnicos, en la segunda los técnicos le sirven al pueblo.

   El presidente Gustavo Petro, hasta el momento, es el gran perdedor de este novelón, que cada día tiene un capítulo nuevo.
El presidente Gustavo Petro. | Foto: getty images

¿Y qué culpa tienen los tecnócratas? Que son capaces, con razones, de decirle ‘no’ al presidente de la República, que día tras día dan nuevas pruebas de no tener límites en sencillamente hacer lo que le venga en gana. ¿Qué depara la presencia del activismo petrista más fuerte en el Gobierno? Que su estructura se llenó de gente que no sabe, pero además de personas puestas en esos cargos para obedecer sin cuestionar, sin decir ni pío.

  Mientras las Farc someten a la población civil en Jamundí, el presidente Gustavo Petro se aferra a su discurso de paz total.
Gustavo Petro llena al gobierno de activistas. | Foto: presidencia

¿Qué está de por medio? Desde regalías, subsidios a la población, platica para proyectos de alcaldes y gobernadores hasta contratos adjudicados a dedo, según sean las instrucciones del presidente, que con frecuencia no son las que necesariamente le sirven al país, sino a sus caprichos, rabietas e impulsividades y, desde luego, a su ideología, por un lado, y en segundo lugar a sus anhelos de ser alguien en el quién es quién internacional como un líder ya no terrenal sino cósmico.