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¿Qué opina María Isabel? El Fiscal saca sus guantes de boxeo
Mucho tiempo lleva el fiscal intentando construir una relación institucional amistosa con el presidente Petro. Pero ayer sí se sintió obligado a defender a un funcionario de la institución, a quien Petro puso de carne de cañón. Y de paso, Barbosa le cascó durísimo al obsecuente ministro de Justicia.
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy viernes 5 de mayo en SEMANA?, pues la opinión gira alrededor del enfrentamiento ―esta vez más fuerte que nunca― entre el fiscal Francisco Barbosa y el presidente Gustavo Petro, pero también con su ministro de Justicia, Osuna.
El origen de este round es bastante insólito, el presidente Petro asumió la vocería de algo que no le corresponde como es acusar vía Twitter a un fiscal activo, Daniel Hernández, de un delito gravísimo que solo puede determinar si lo cometió la justicia, si es cierto que Hernández omitió alerta sobre acciones criminales del clan del Golfo. En el Twitter, el presidente acompañó su denuncia contra el fiscal con una foto de su hijo menor, cuando el propio Petro ha montado en cólera por la publicación de imágenes de su propia hija menor, Antonella, en algún medio de comunicación.
La respuesta del fiscal Barbosa no se hizo esperar y fue contundente. Le dijo al presidente Petro que él sería el responsable si le sucede algo al fiscal Hernández, o algún miembro de su familia. De hecho, no es que la Fiscalía no esté investigando al fiscal Hernández. Desde hace un año lo hace por hechos relacionados con Odebrecht.
Otra cosa que el fiscal Barbosa no le va a aceptar al presidente Petro ―además de ser él el que acuse a sus ministros― es que ande arriándolo con las exigencias de mayor celeridad en sus investigaciones. Esto es para Barbosa una clara interferencia en la labor de la Fiscalía y, de paso, le recuerda a Petro que él es el presidente y no el fiscal.
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Tampoco se escapó de las críticas del fiscal el ministro de Justicia, a quien acusa de que es un obstáculo para las políticas del presidente. Para Barbosa, lo relacionado con el mejoramiento de la justicia está varado en un Ministerio que ha reducido este esfuerzo a sacar presos de las cárceles y a disminuir delitos para que haya menos presos. A Barbosa no se le quedó nada entre el bolsillo. Hasta le dijo al presidente Petro que resulta bien curioso que Petro use Twitter para acusarle a la Fiscalía de favorecer paramilitares, cuando el propio presidente, dice Barbosa, le pidió hace cuatro meses que soltaran narcotraficantes y paramilitares del clan del Golfo para negociar con ellos. “Pájaros tirándoles a las escopetas”, le dijo.
En varias ocasiones, el fiscal ha tratado de hacer evidente que él no tiene enfrentamientos institucionales con el presidente, pero que como es el fiscal tiene que ponerle talanqueras a detalles, por ejemplo de la paz total, donde el presidente Petro no puede hacer lo que se le da la gana al igual que su comisionado de Paz. Hasta ahora ha logrado mantener una relación semi-amistosa, a pesar de las diferencias, pero acercándose el fin de su periodo el fiscal Barbosa, pues no piensa dejar que se le empalme en sus guantes de boxeo. En momentos en que las actuaciones erráticas del presidente, ni qué hablar de las de su ministro de Justicia, calientan el ring.
Ayer estrenó los guantes golpeando durísimo. El presidente le respondió blandito, aceptando que claro que había que proteger al fiscal Hernández y a su familia. Pero, como quien dice, después de sus gravísimas acusaciones en Twitter, que para Petro es una tentación imposible de resistir, ¿sí podrá Pedro responder por la seguridad de los funcionarios judiciales contra quienes la emprende sin absolutamente ninguna prueba?
¿Qué opina María Isabel? El varillazo a Roy Barreras
Es un golpe para el gobierno por su liderazgo en el Congreso. Pero otros opinamos que a Petro le conviene, porque Roy se había convertido en una fuerza que imponía alguna moderación y sensatez a los desatinos de este gobierno, que detesta que lo controlen. Eso sí, como él dice: “soy una baja en combate, pero volveré”.
A las 6 de la mañana, ¿Qué estará opinando María Isabel hoy viernes 5 de mayo en SEMANA? Pues la opinión suena por los lados del senador Roy Barreras, el tema del día, pues aunque las primeras reacciones señalan que la decisión del Consejo de Estado de única instancia de anular su elección como senador constituye un durísimo golpe contra el gobierno, pues no necesariamente terminaría siendo así, porque la política tiene muchos contrastes.
A Roy lo sacan de su curul por doble militancia, porque perteneciendo al Partido de la U se hizo elegir senador trasteándose al Pacto Histórico. Trasteos que han sido usuales en la vida política de este hábil senador, que prácticamente ha pasado por todos los partidos y ha sido escudero en ascenso de casi todos los presidentes.
Su importancia y habilidad fueron notables colaborando en el presidente Santos a construir y finiquitar el acuerdo de paz con las Farc, pero bajo el gobierno de Petro estaban puestas en él como presidente del Congreso, casi todas las esperanzas de que fuera el director de orquesta de las tantas reformas y complicadas todas ellas, que este gobierno tramita en el parlamento.
Su primera patraseada ocurrió con la caída de la reforma política, destino que ni el hábil Roy pudo atajar, pero también es un abierto opositor de la forma como está concebida la reforma a la Salud y lo ha hecho público, por lo que era predecible que este habilidoso presidente del Congreso lograra un viraje en muchos puntos del articulado en medio del debate.
Roy, y eso no le gusta tampoco mucho al presidente Petro, se había venido convirtiendo en una fuerza moderadora del vértigo del cambio, incluso había exhibido sensatez sobre la apuesta del Gobierno a través de la ministra Irene Vélez acerca de la transición energética en Colombia. Y hasta se atrevió a criticar al presidente Petro pidiéndole moderación y serenidad después del discurso del balcón, y recordándole la importancia de las instituciones.
Y aunque Roy sacó ayer adelante en el Senado el Plan Nacional de Desarrollo, también fue a costa de que ocurrieran varios recortes que eran claves para el Congreso, pero que a los congresistas les parecieron peligrosos o inconvenientes que se negaron a votar por esos artículos.
Lo último de Roy es que empezó a ambientar que la reforma laboral fuera dejada sensatamente para ser tramitada en el próximo período legislativo, porque sin que el Congreso entre en sesiones extras, no habrá tiempo para darle la discusión que merece un proyecto que también arrastra varias y serias reservas.
A Roy solo le queda por delante una tutela como herramienta para defenderse de la decisión del Consejo del Estado, en la cual alegará que a él lo habían expulsado del partido de la U, luego no tenía partido cuando se matriculó en el Pacto Histórico y, por lo tanto, no pudo haber cometido doble militancia. Sin embargo, el Consejo de Estado en su fallo ya había desestimado este argumento.
Y en lo que más perjudica al gobierno y realmente lo de Roy, es en que esta sanción asusta a los congresistas que puedan estar pensando en el lentejismo, en apartarse de la disciplina de la ley de bancadas y aceptar las migajas burocráticas del gobierno para votar en contra de las directrices y aliarse al lado del Gobierno en contra de sus partidos.
A Roy lo reemplazará temporalmente como presidente del Congreso el liberal Miguel Ángel Pinto, vicepresidente del Senado, lo cual es un punto para el expresidente César Gaviria}, que también está dando su batalla, mientras el Pacto Histórico escoge quién será el sucesor de Roy.
Pero aunque al senador evidentemente le cabe el trámite legislativo del Congreso en la cabeza y el juego de las fuerzas políticas, de pronto este retiro obligatorio por caída en combate, como él mismo lo llamó, no solo le conviene a su salud, que bien necesita un poco de descanso para que se recupere, sino que le convendría al propio gobierno.
Porque ido Roy, Petro se quita encima de esa fuerza de sensatez que ha moderado sus ímpetus reformatorios, frenándolo en su radicalismo, pero a la manera Roy, sin dejar por un instante de ser amigo del gobierno de turno. Y yo le creo lo que dijo anoche, “Regresaré”, dijo. No al Congreso, pues porque ya el fallo del Consejo de Estado se lo impide, pero quién sabe si será en el próximo gobierno.