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¿Qué opina María Isabel? El ingrediente secreto de la pelea Petro-fiscal
¿Quería deliberadamente el presidente Petro sacarle la piedra al fiscal Barbosa? Porque, al personalizar este enfrentamiento, es altamente posible que esté queriendo minarle autoridad a la Fiscalía, ‘ad portas’ de tomar una decisión en el caso Nicolás Petro, que vendría a ser el ingrediente secreto de este ‘impasse’.
A las 6:25 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy lunes 8 de mayo en SEMANA? Pues la opinión suena por los lados del giro que ha tomado el enfrentamiento durísimo del presidente Petro y el fiscal Barbosa y el ingrediente secreto que puede haber o que evidentemente hay detrás.
Así cerramos el fin de semana anterior, cuando el fiscal reaccionó ante la declaración del presidente de que era su jefe, de manera muy enérgica lo rectificó, y estrenamos esta nueva semana con la rectificación del presidente presionado por el acotado y oportuno comunicado de la Corte Suprema de Justicia, en el cual le dicen al presidente que está haciendo un errada interpretación del artículo 115 de la Constitución, porque citándolo como la fuente de su jefatura de Estado, que incluye la jefatura sobre el fiscal, está desconociendo la autonomía y la independencia judicial, cláusula fundacional de la democracia colombiana y el estado social de derecho.
Eso llevó al presidente a reconocer que el fiscal no tiene jefe, nos estamos acostumbrando a que, por lo general, a muchas afirmaciones del presidente les sigue una rectificación, como la de amenazar con una revolución si no se aprueban sus reformas, a lo que siguió su consabida rectificación de que no está pelando a la fuerza, sino al apoyo popular cariñoso.
Claro, el enfrentamiento presidente-fiscal ha creado la discusión de quién se equivocó más, si el presidente con su interpretación dictatorial del artículo 115 de la Constitución, o el fiscal por su furiosa arremetida desde los medios contra el presidente.
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He escuchado incluso la crítica que el presidente quería provocar al fiscal y lo logró, ¿por qué? Porque en este duro enfrentamiento subyace un elemento del que poco se ha hablado, la salida inminente de una decisión de la Fiscalía contra el hijo del presidente, Nicolás Petro, y sus escandalosas financiaciones de oscuros orígenes.
Según esta teoría, sacando de casillas al fiscal y otorgándole a esto el tono de un enfrentamiento que pasa lo personal, pues Petro estaría socavando la autoridad a la Fiscalía de que precisamente en este momento decida sobre el caso Petro junior, que mirado desde cualquier ángulo le hace daño al presidente de la República.
Entonces vale la pregunta: ¿detrás de la piedra que el presidente le sacó al fiscal, tratándolo como un subalterno suyo, estará el ingrediente secreto del caso Nicolás Petro? Para cualquier duda no es sino leer el trino de Petro junior: “Según Francisco Barbosa, ante la confrontación con mi padre Gustavo Petro, la cual ya es personal siendo usted la cabeza de la Fiscalía colombiana, ¿tendré garantías en mi caso?”, le pregunta Nicolás Petro al fiscal Francisco Barbosa. Blanco es, gallina lo pone.
Escuche aquí la otra opinión de María Isabel Rueda del día de hoy:
¿Qué opina María Isabel? Nueva idea de la cabecita con tenis
Según la ministra Irene Vélez, al ritmo de los fados portugueses, ella tiene una nueva idea para combatir las alzas de la gasolina por el desmonte de los subsidios: que haya tres tipos, la extra, la corriente y “la otra”. Que aparentemente será una gasolina subsidiada para unos y para otros no.
A las 6:34 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy lunes 8 de mayo en SEMANA? La opinión gira en torno a la cabecita de la ministra de los tenis, Irene Vélez, del Ministerio de Minas, que desde Portugal, de fado en fado, produjo una nueva idea: la de que en Colombia haya tres tipos de gasolina, extra, corriente y “la otra”.
¿Cuál será la otra? Pues eso no lo dice, porque por ahora no sabe. Pero la idea es que básicamente el subsidio de la gasolina se conservaría según el tipo de servicio que preste el vehículo y de su cilindraje. La propuesta resulta totalmente incongruente con la filosofía general del Gobierno de acabar con la explotación y exploración de petróleo y gas. Además de acabar con su producción, ¿va a bajar la gasolina?
A nadie le molesta que le hablen de gasolina barata, a nadie. El problema es que si no se busca equilibrar el precio de la gasolina nacional con las tarifas internacionales, se crean grandes distorsiones del mercado y de la economía, como las que llevaron a Venezuela a su quiebra.
El FEPC, o fondo de estabilización de la gasolina, tenía un propósito esencial cuando fue creado: servir para que los cambios en los precios de la gasolina no fueran tan abruptos, o sea, que se comportara como una especie de colchón regulador, siempre y cuando mantuviéramos una equivalencia en los precios nacionales con los internacionales. Pero hoy ese consumo no existe porque esa diferencia nacional e internacional se volvió abismal. El déficit del fondo de diciembre del año pasado era de 26,3 billones de pesos, de las pocas cosas responsables que ha hecho este gobierno de la mano del exministro de Hacienda Ocampo fue iniciar el alza gradual de los combustibles desmontando gradualmente los subsidios, cuidando, obviamente, el efecto colateral inevitable como es la inflación.
Pero ahora viene la cabecita de los tenis a cuestionar que se vayan bajando los subsidios a los combustibles y, sin embargo, al mismo tiempo denuncia que grandes embarcaciones internacionales vienen a tanquear barato en Colombia para aprovechar esos subsidios que ahora, contradictoriamente, la ministra Vélez no quiere levantar, o que quiere que se levanten, pero diferencialmente.
Y hoy amanecemos, además, con la noticia de que las reservas petroleras de Colombia muy probablemente alcanzarán para menos años de los que inicialmente se había calculado. Como la cabecita de los tenis suma las reservas probadas con las reservas probables, que tienen un 50 % de posibilidades de extracción, y con las reservas posibles que solo tienen un 10 % de posibilidades, todos quedamos locos con la verdad acerca de cuánto tiempo de reservas tenemos los colombianos. Pero ahora los informes individuales de las más grandes compañías comienzan a indicar que son menores a lo que pensábamos.
A ese paso, sin explorar ni producir, estaremos más rápido que tarde importando. Ahora su argumento es que no tiene lógica que si hoy producimos el 50 % de nuestra gasolina tengamos que estar pagando ese 50 % al mismo precio que el otro 50 % que importada. Pero señora ministra, ¿al fin qué? Y sobre todo con qué criterios escogerá a los vehículos a los que sí se les subsidiará la gasolina y a los que no.
Muchas son las preguntas para hacerle a la cabecita con tenis, a la que ojalá el nuevo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien ya ha anunciado que el desmonte de los subsidios podría hasta llevar a los 16.000 pesos el galón de gasolina, sepa decir “no”.