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¿Qué opina María Isabel? Estatizar: la nueva solución
Todos nuestros problemas encuentran, por parte del presidente, una solución: estatizar o nacionalizar. Eso quiere hacer con la vía al Llano, como si quedar en manos del Invías no fuera más bien garantía de que ahora sí no avanzará. A Petro no le gusta el sector privado y no encuentra la manera de sacarlo del camino.
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy lunes, 9 de octubre, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la solución permanente y estructural del presidente Petro a todos los problemas del país: estatizar, estatizar y estatizar, o ―como él llama― nacionalizar; como si las actividades del país, incluyendo su infraestructura, no fueran nacionales, sino extranjeras.
Su última propuesta es estatizar o nacionalizar la vía al Llano para pagar con sus peajes los puntos críticos de la vía, como si el hecho de que queden manos de Invías, que no ha podido ni con las vías comunitarias y cuya debilidad ha protagonizado fallas protuberantes en la construcción y hasta el mantenimiento, precisamente de las vías que están a cargo de la nación, fuera a salvar la vía al Llano.
¿Para qué atacar entonces el modelo de concesiones viales que arrancó en la década de los 90 y que le ha permitido al país un avance muy visible en su de por sí retrasada infraestructura? Por el contrario, eso Petro no lo ve, no ve los 350 kilómetros de la vía al Llano que ya existen, que ya están construidos, 100 de doble calzada, 300 puentes, 29 túneles y viaductos que ha permitido precisamente el sistema de vía concesionadas.
Como le dice al diario El Tiempo Juan Martín Caicedo, presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, ha sido gracias al sector privado y su asociación con el público, desde luego, y a su incursión en ambiciosos proyectos de infraestructura que en Colombia ha podido producirse una revolución histórica en el sector, superar un rezago de 100 años.
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No olvidemos tampoco que la vía al Llano es una de las más complejas del país, uno de los mayores retos en materia de infraestructura, con limitaciones de toda clase, territorio muy quebrado, lleno de curvas, muy montañoso, cuyas laderas se vienen abajo en cualquier invierno y fundamental, además, para el abastecimiento alimentario del centro del país.
Escuche la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy lunes 9 de octubre:
¿Qué opina María Isabel? ¿Es posible no condenar a Hamás?
A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy lunes 9 de octubre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la postura del Gobierno colombiano frente al sangriento ataque, el peor de la historia del grupo terrorista Hamás contra el pueblo israelí, que ya lleva más de mil muertos.
Porque quedamos atascados en una tremenda ambigüedad del presidente Petro con respecto a la invasión rusa a Ucrania, hasta ahora, el presidente venía haciéndole un bypass impecable a ese conflicto para dizque intentar mantener su neutralidad, pero, en cambio, frente al ataque de Hamas contra Israel, con miles de cohetes, misiles, milicianos atacando y bombardeando a la población civil, se ha dedicado a decir obviedades ofensivas.
Como, por ejemplo, la de que terrorismo es matar niños inocentes sea en Colombia o en Palestina. En septiembre Petro había dicho en la ONU: ¿cuál es la diferencia entre Ucrania y Palestina?, ¿no es hora de acabar con ambas guerras? Y pidió al organismo auspiciar dos conferencias internacionales de paz para terminar con ambos conflictos.
La Cancillería colombiana, como cosa rara, había comenzado bien condenando con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles ocurridos en Israel, pero el domingo ya había retirado la palabra terrorismo de cualquier comunicado de la Cancillería, eso sí, a Petro no le ha merecido mayor comentario la muerte y el tráfico hacia Rusia de los niños ucranianos.
Ahora hace lo posible por no condenar a Hamás y, en cambio, cuestiona la existencia del Estado de Israel. Pues en Bogotá le comieron cuento, porque a la sede de la Embajada de Israel llegaron unos encapuchados que llenaron su fachada de grafitis de odio y hasta cruces esvásticas como si el pueblo atacado en esta arremetida terrorista pudiera ser comparado con los nazis.
Pero así llamo a Petro a los israelíes, neonazis. En sus mensajes por X, el mandatario colombiano se ha brincado a su propio canciller y, al contrario de las mayorías de las naciones de Occidente, que han condenado sin dudarlo los ataques terroristas de Hamás, Petro ha lanzado más de 30 publicaciones en defensa de Palestina y su insistencia para que Israel no siga ocupando a Gaza. Pero ni un mensaje solidarizándose con las víctimas del ataque.
El presidente es libre de defender la existencia de Palestina, pero lo que es inaceptable es que censure el terrorismo, ni el ruso contra Ucrania ni el de Hamás contra Israel. ¿Será mejor que el canciller Leiva se vaya acostumbrando a que la Cancillería en Colombia la ejerce el presidente Petro y que a él le deja unos viejecitos insignificantes? Pero son los que a Leyva le gusta ahora.
Ahora, pues recemos para que este ataque de jamás no termine en un costosísimo escalamiento internacional del cual sea difícil devolverse.