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¿Qué opina María Isabel? ‘Ferrocarrilear’ está de moda en la reforma a la salud
Pocas veces el término “ferrocarrilear” había tenido más vigencia que ahora. Mediante esta práctica, el Gobierno ya ha logrado que se apruebe en la Comisión Séptima el 84 % de esa iniciativa, sin que los congresistas entiendan lo que están aprobando, escuchen lo que les leen y a veces, ni siquiera acudan a la sesión.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy viernes 19 de mayo en SEMANA? La pregunta va por los lados del término “ferrocarriliar”, que muy comúnmente se utiliza para describir el trámite de las leyes en el Congreso cuando no pasa por el debate necesario y se imponen a los congresistas sin que medien la reflexiones y el conocimiento suficiente de cada texto de las leyes a aprobar de parte de los responsables.
Es práctica común en los gobiernos, que viene acompañada la “ferrocarrilada” de una lluvia de sobres, como se usa ahora en los matrimonios, que contienen jugosos ofrecimientos burocráticos o contractuales. Pues vergonzosamente esa es la manera en que a la reforma en la salud, sobre la que la mayoría de los congresistas de la Comisión Séptima de la Cámara no ha medido su responsabilidad en la crisis en la que sumarán al país, ayer le completaron aprobados 117 de 139 de sus artículos.
En escandalosa crónica SEMANA nos cuenta cómo transcurren las jornadas, que básicamente consisten en que casi nadie oye lo que se va a votar a continuación; así ya vamos hoy en el 84 % aprobado de esta polémica reforma a la salud. De las famosas líneas rojas y azules de los proyectos, marcadas por los líderes de las colectividades, sólo quedan cenizas.
Ayer se dio la estocada final a las EPS, despojándolas de sus importantes papeles en el sistema de salud y dejándolas apenas con el cascarón de gestoras de salud y vida, que es mucho más sonoro que de contenido. También se aprobó que la Adres quede convertida en un monstruo de mil cabezas. En un monstruo de gran tamaño para el cual no está ni estará preparada a corto plazo.
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A los congresistas constantemente los están llamando al orden, para que tengan la cortesía, si nos hacen el favor, de guardar silencio y escuchar qué dicen los artículos que van a votar. Eso está lleno de modificaciones, de proposiciones que probablemente los representantes a la Cámara no tienen ni la menos idea de en qué consisten.
Sin hablar de los vicios de trámite, que incluyen, por ejemplo, la falta de las mayorías de trámites para la votación requerida, algunas de ellas mayorías absolutas. También se ha violado la obligación de contar con la publicación de los textos respectivos en la Caseta Oficial. Podría terminar estas jornadas en un festín de inconstitucionalidades, en la Corte Constitucional, sí, señor. ¿Alguna duda queda de lo que es “ferrocarrilear”, después de esta breve crónica?
Escuche aquí la otra opinión de María Isabel del día de hoy:
¿Qué opina María Isabel? Salvatore Mancuso y qué fue primero, si el huevo, o la gallina
Lo que el exparamilitar está revelando ante la JEP ha sido lo suficientemente grave como para restarle importancia, descalificándolo como un refrito. Pero aún no aparece la prueba reina de que el Ejército y la Policía, como instituciones, se hubieran asociado con el paramilitarismo, aunque sin duda, varios de sus miembros lo hicieron. La pregunta que no sobra, para completar el contexto histórico, es qué fue primero: ¿el huevo, o la gallina?
¿Qué estará opinando María Isabel hoy viernes 19 de mayo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a las declaraciones del exparamilitar Salvatore Mancuso ante la JEP, que en su conjunto constituyen la revelaciones más oprobiosas, vergonzosas, viles y horrendas de pesadilla que hayamos escuchado en lo que al capítulo del paramilitarismo en Colombia respecta.
Pero lo que parecía imposible exagerar, porque raya en los límites de las más atroces conductas del ser humano, pues se ha logrado exagerar. Porque la primera conclusión bastante equivocada y exagerada es decir que Mancuso está revelando cómo fueron los vínculos de la entrañable sociedad del paramilitarismo con las fuerzas armadas del país.
No, lo que Mancuso ha revelado, y a medias, es la identidad de algunos de los militares retorcidos que escogieron esta vía para ganarle la guerra a la guerrilla, pero hasta el momento lo que Mancuso no ha podido demostrar es que el Ejército colombiano o la Policía tuvieran como política de cuerpo aliarse con el paramilitarismo como institución, ni que la orden hubiera sido impartida por los presidentes de la República a quienes correspondió manejar tan convulsas épocas.
No obstante, lo dicho por Mancuso en 28 horas del testimonio ante la JEP, es innegable, resulta lo suficientemente repulsivo y delicado como para que no nos cuidemos de descalificarlo con el concepto de que es un refrito. Si lo que ya hemos escuchado nos ha sorprendido y perturbado, la pregunta es:¿qué sigue?, ¿cómo será la gravedad de lo que va a contar Mancuso en audiencias privadas?
Ojalá la JEP tenga la entereza y la transparencia necesaria para plantear el debate en su verdadera coyuntura histórica: aquí qué fue primero, ¿el huevo o la gallina? Pues la gallina que puso el huevo, y la gallina sería la guerrilla y sus desmanes contra la población.
Y el huevo sería el paramilitarismo que condujo por las rutas equivocadas e ilegales a que la población desesperada buscara este tipo de instrumentos para defenderse de tamaña amenaza u ofensiva guerrillera que durante tantos años impidió en Colombia vivir y producir.