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¿Qué opina María Isabel? La verdad sobre las reservas de petróleo y gas
Por fin, quedó confirmado que solo tenemos siete y piquito años de reservas, a no ser que con los contratos vigentes se produzcan hallazgos descomunales. ¿Replantearemos lo de no más contratos y más bien pasarnos a un país importador, antes de que alcancemos la transición energética?
A las 6:40 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy jueves 25 de mayo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la verdad que por fin se conoce sobre lo destapado ayer por la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que las reservas probadas de petróleo son de 2.074 millones de barriles para el 2022, con respecto al 2021 crecimos en un 1.6 %.
Y solo alcanzarán estas reservas para 7,5 años más, mientras las reservas probadas de gas son de 2.82 terapies cúbicos, que solamente nos alcanzarán para 7,2 años más. Pero la ministra Irene Vélez, la cabecita con tenis, no parece preocupada para nada, porque para ella, por el contrario, comienza a hacerse notoria la eficiencia de la política del Gobierno en la explotación a través del recobro y se mostró confiadísima en los recientes descubrimientos offshore.
Aunque ella viene a anunciar en Davos, Suiza, que no habrá nuevos contratos, sino una marcha firme y directa hacia la transición energética, luego de haber sumado las reservas probadas con las probables y las posibles, un error matemático que no debió haber cometido y que nos llevó a pensar que estábamos más protegidos con las reservas que nos quedaban.
¿Cambiará su manera de pensar la cabecita con tenis ahora que se sabe qué serán siete años? A no ser que con los contratos vigentes se hagan descomunales nuevos hallazgos, lo cual no es muy posible, y que Colombia estará importando el petróleo y el gas del que prescindimos demasiado pronto en una carrera con tenis.
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Escuche la segunda opinión de María Isabel Rueda de hoy jueves 25 de mayo:
¿Qué opina María Isabel? La catástrofe de la ‘coronación’ de Elon Musk
El que sería el gran debut del magnate, con su transmisión en directo del lanzamiento de la candidatura presidencial del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, terminó en catástrofe. Demostró las fragilidades de Twitter y desnudó la supuesta neutralidad e imparcialidad de la plataforma.
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy jueves 25 de mayo en SEMANA? Pues la opinión gira alrededor del titular del New York Times que lo resume todo: “Coronación de los Musk tiene desastroso comienzo”.
Alude al anuncio de ayer del gobernador de Florida Ron DeSantis, el más fuerte rival republicano de Donald Trump que competirá con él por la nominación republicana. El lanzamiento se hizo en una transmisión en vivo, que se suponía sería un momento de gloria para el dueño de Twitter, el magnate Elon Musk.
Pero la accidentada transmisión expuso de manera bastante evidente, porque por lo menos había 700.000 personas conectadas, las debilidades técnicas de Twitter. La transmisión estuvo llena de baches, su obvia contraparte que es el presidente Joe Biden, quien aspira a su reelección, se la jugó con anuncios que compró en Google, mientras tanto, Trump reaccionó calificando el episodio como un desastre.
Curiosamente, DeSantis tiene algo en común con Gustavo Petro, que ambos denuncian las élites, pero DeSantis sí viene de las élites. Es graduado de dos de las universidades que llevan el prestigioso sello título de ‘Ivy Leagues’, que traduce “liga de hiedra”, y que curiosamente, aunque clasifican la excelencia académica y el elitismo social de 8 universidades privadas de Estados Unidos, el término llega acuñado del mundo del fútbol.
Volviendo al cuento de anoche, la transmisión empezó más de 20 minutos tarde, tuvo varias caídas de sonido, baches y fue calificado por el propio Musk como algo “loco”, por lo cual ofreció excusas. Desde que Musk compró Twitter el año pasado por 44 billones de dólares, lo ha sometido a muchos cambios, entre ellos ha recortado su nómina en más de un 75 %.
Es incomprensible cómo falló de tal manera la coreografía de Twitter. Muy pronto el hashtag: #Desastre se multiplicó, y la disculpa no puede ser la de que Twitter no previo que iba a conectarse tanta gente y que colapsarían los servidores. Cuando pudo realizar la transmisión, corrigiendo las fallas técnicas, ya los conectados habían bajado a 275.000.
Y se rompió el mito de que Twitter es una plataforma política neutral e imparcial, pues demostró que el millonario Musk quiere moldear la plataforma a su imagen y convicciones. De ser un autoproclamado moderado votante de Barack Obama y del propio Biden, en los últimos años se ha trasteado a la derecha. Y hace un año que es un ardiente partidario del gobernador DeSantis. Pero, al tiempo, la confiabilidad de Twitter se ha lastimado. Total, el episodio fue calificado como el debut de dos principiantes.