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¿Qué opina María Isabel? Las fallas que hundieron la reforma a la salud
Desde la patanería de la exministra Corcho hasta la idolatría del presidente Petro, pasando por el desprecio a los partidos y la falta de concertación con los sectores de la salud, figuran en la lista de las fallas de este Gobierno a la hora de tramitar la reforma a la salud. Aquí las enumeramos.
A las 6:10 minutos de la mañana, ¿qué estará opinando María Isabel hoy jueves 4 de abril en SEMANA? La opinión gira en torno a los errores cometidos por este Gobierno que llevaron a que después de 14 meses de un pésimo trámite terminara archivándose la reforma a la salud. Enumerémoslos.
Uno, la grosería y el tono desafiante desde el primer día con el que arrancó el trámite de la reforma bajo la directriz de la ministra Carolina Corcho, o llamada por algunos personajes de la farándula ‘presidenta Corcho’, porque nunca ha ocultado sus aspiraciones presidenciales. Dos, la forma casi clandestina como llegó a radicarse el texto de la reforma, empacado, eso sí, como en regalo, sin que su texto hubiera sido conocido previamente por las partes interesadas.
Tercero, eso impidió que pudiera haber una concertación con los distintos sectores involucrados. Esa falta de consensos incluso fue reconocida ayer por el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien dijo que aunque hubo espacios para conversar, eso nunca se tradujo en grandes acuerdos que dejaran al Ejecutivo y a las demás partes tranquilas.
Cuando incluso ya presentaba el texto hubo encuentros entre el presidente y la ministra para intentar llegar a un acuerdo sobre el texto, los cambios nunca se vieron reflejados en su totalidad en el texto de la unidad de reforma. Por el contrario, lo que pareció es que le estaban mamando gallo a las sugerencias que le habían hecho sobre los cambios del texto.
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Cuarto, en la hostilidad de la señora Corcho siguió el manejo de su reemplazo –el siguiente ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo–, cuyo manejo político del trámite de la reforma, según muchos, resultó peor que el de su antecesora, que es mucho decir. Quinto, la reforma que hizo poner patas arriba el sistema de salud bajo la advertencia de que lo construido sería arrasado a cambio de lo que hay por construir, en lugar de que convivieran las dos cosas, lo que funcionaba con lo que no y tratar de arreglar lo que no, por ejemplo, en las zonas rurales.
Sexto, muy pronto el Gobierno optó por negociar con los parlamentarios y no con los partidos, que se sintieron pordebajeados y vulnerada su autoridad. En Cámara, el Gobierno logró cuadrar muchos apoyos, pero en Senado, los héroes de la jornada, los nueve parlamentarios de la Comisión Séptima se mantuvieron en su posición de hundir la reforma a la salud y dejaron una constancia para este gobierno: no se hace todo lo que al señor Petro se le dé la gana, a costa de que el presidente acuse a estos parlamentarios de estar pagados por las EPS.
Y octavo, el misterio con el que el Ministerio de Hacienda mantuvo oculto, o porque no lo tenía calculado o porque no lo quiso revelar porque no convenía, cuál era el costo total de la reforma. Incluso, ayer el ministro Bonilla (de Hacienda) ni siquiera se presentó a la sesión a asumir la responsabilidad de dichos cálculos.
Como las fallas del Gobierno con la egolatría del presidente Petro, que sería la novena causa de su derrota, y su despreciativa frase de ayer que cierra con broche de oro este triste episodio en el congreso cafetero. “Una vida humana no es un grano de café”, ¿pero a quién se le ocurre que estas dos cosas sean comparables?, ¿y a quién estaba insultando, a las vidas humanas o a los cafeteros?