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¿Qué opina María Isabel? Lo que dicen las marchas de ayer
Pues dicen mucho acerca del descontento de la gente con el orden público, con la demolición planeada de su sistema de salud y, en general, con las reformas sociales que está presentando el Gobierno. Lo que mejor dicen las marchas de ayer es que el presidente Petro tiene oposición y que no está dispuesta a seguir callada.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy jueves 7 de marzo en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a las marchas organizadas por la oposición al presidente Petro en el día de ayer, que sin duda alguna fueron multitudinarias, ordenadas y llenas de razones distintas, entre ellas, para salir a protestar contra el gobierno petrista.
A las calles de las principales ciudades se sumó un clamor común, el de “fuera Petro”; ya dirán desde ese lado que es la prueba de que lo quieren tumbar, o como ya dijo el presidente Petro, con su lápiz a bordo, que se ha convertido en una especie de muletilla, que se trata de ciudadanos que no admiten el cambio, porque siempre habrá gente que no quiere perder sus privilegios y que tampoco quiere que viejos y viejas reciban una ayuda que será incrementada a partir de los 80 años.
Ponemos por un momento el ejemplo contrario, ¿qué tal que –digamos– en contra de las marchas a favor de Petro, que hay con frecuencia, por cierto, se saliera a criticarlas, por ejemplo, con el argumento de que se trata de gente partidaria de demoler lo que funciona en el país o que son caóticas, desordenadas y con tendencia a terminar en la violencia?
¿Quién diría miedo? De inmediato se escucharían voces alegando que se quiere vulnerarles el derecho a la protesta popular. Pero no, así como unos marchan por una causa con todo su derecho mientras no fomenten la violencia, otros –con el mismo derecho– marchan en contra, y no es un pecado estar discutiendo las reformas que plantea el Gobierno, que no generan confianza, sino un miedo terrible de que terminen destruyendo lo que sí funciona en el país, principalmente la salud.
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El presidente Petro, pésimamente trajeado, casi que con desprecio por la dignidad de su cargo, usando unos jeans, aprovechó la posesión de sus nuevos polémicos funcionarios, esos sí de paño y punta en blanco, para añadir que las fuerzas volcánicas de la sociedad indudablemente quieren una transformación de Colombia porque no se vive bien aquí.
Pero la verdad es que podríamos estar viviendo peor, en 30 ciudades hubo presencia ciudadana para protestar contra las reformas de Petro, con el liderazgo de dos protagonistas en particular: el senador Miguel Uribe, con el acompañamiento de las principales figuras de su partido, el Centro Democrático, como Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y Paola Holguín; y el del líder de Cambio Radical, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien dijo que ningún ciudadano puede seguir siendo indiferente ante lo que ocurre en Colombia.
Ante el menú de los marchantes hubo de todo, desde protestas por el precio de los combustibles, cuya alza por desgracia es inevitable, hasta el estado de seguridad en el país y la reforma de la salud, y no se excluyen los escándalos que rodean al jefe de Estado, que cuando no son protagonizados por su círculo familiar íntimo, lo son por funcionarios claves, como acabamos de ver en el escandaloso caso de los carrotanques en La Guajira.
Que hay oposición al Gobierno, la hay, como indudablemente quedó demostrado en el día de ayer con las múltiples y multitudinarias protestas ciudadanas que se distribuyeron con orden, eso sí, por todo el país, con un par de pequeñas excepciones, ¡qué lástima!