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¿Qué opina María Isabel? Los jíbaros harán su diciembre
Con la tumbada del Gobierno Petro del decreto que prohibía el consumo de estupefacientes en lugares públicos, les llegó su diciembre a los jíbaros. Y van a enloquecer a la policía. Cada vez será más dificil distinguirlos de la gentecita “cool” que consume su dosis personal. Pero eso sí, a la policia se la obliga a perseguir su producción y distribución. Lo que pueda pasar de ahí en adelante, queda permitido.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy lunes 11 de diciembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al decreto que derogó el porte de drogas en espacios públicos porque crea un gran caos en la distinción que, de todas maneras, se obliga a hacer a la policía entre el porte de la dosis personal e incluso de la dosis que incluya el convite a otros comensales, conocida como la dosis para el consumo compartido, la cual permite que esa dosis personal se amplíe, adquirir drogas para compartir su consumo con un grupo de amigos, allegados o conocidos, pero solamente de manera ocasional y en un círculo íntimo, según concepto planteado hace tres meses por la Sala Penal de la Corte Suprema.
El problema es de la policía para distinguir si son amigos, allegados o conocidos los que están en el grupo consumidor, o si la situación es ocasional o permanente, o si el círculo es íntimo o no es íntimo.
Es decir, el reto de la policía se vuelve muy difícil de cumplir porque aunque se mantiene por orden del Gobierno la obligación de perseguir capos de la droga y contrarrestar y atacar la oferta de estupefacientes entre el consumo en lugares públicos y hasta con fines de hacer parche con amigos, se hace muy difícil la labor de judicializar a los jíbaros a los que definitivamente les llega su diciembre con esta decisión del presidente, del 7 de este mes, de derogar el decreto que reglamentaba el procedimiento de la policía con respecto a poseer, entregar, distribuir o comercializar drogas o sustancias prohibidas.
De ahora en adelante, será muy fácil que los jíbaros se hagan pasar por gentecita cool que solo desea recreación personal y hasta grupal con sustancias psicoactivas. En el fondo es un paso por la puerta de atrás para legalizar las drogas, pero sin que eso se diga con franqueza y sin haber emprendido el debate nacional que semejante situación requiere.
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Es decir que sigue prohibida su producción y su distribución, pero lo que pase de ahí en adelante queda permitido, lo cual es un paso absurdo porque se prohíbe la mitad de la cadena y se legaliza la otra mitad.
Según el presidente Petro, que no deja pasar ni un solo día sin producir polémica con sus decisiones, será la inteligencia de la Policía la encargada de distinguir entre el consumidor y el jíbaro.
Pero no sobra recordar que esta diferenciación no solo es muy fácil de burlar, sino que además en este gobierno la inteligencia policial a veces está muy ocupada, muy distraída, cableando niñeras para hacerles el polígrafo por robos domésticos. En otras palabras, en esta guerra contra las drogas nos entregamos.