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¿Qué opina María Isabel? ¿Pablo Escobar o Camilo Torres?
Esa es la disyuntiva que propone el presidente Petro a los grupos ilegales. Y luego dice que en su “opinión”, las conversaciones con las Farc de alias Mordisco fueron “prematuras”. ¿Acaso esa decisión no la tomó él?
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy miércoles 8 de noviembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la reacción que por fin tuvo el presidente Petro sobre los secuestros del ELN y la suspensión de los diálogos del llamado Estado Mayor Central de Iván Mordisco, es decir, sobre la debacle de la, por él bautizada, ‘paz total’, aunque recientemente haya asegurado que ese nombre no le acababa de gustar y que era un invento de los medios.
Pues ayer, además, el jovenzuelo Danilo Rueda, comisionado de Paz, fue citado al Congreso, donde le enrostraron duramente que estamos en el peor retroceso de seguridad en los últimos diez años. Se quedó corta la representante Catherine Juvinao, que hizo esta afirmación, porque yo diría que peor crisis en materia de seguridad por lo menos de los últimos 15 años.
Y le pidieron la renuncia al jovenzuelo, al que por lo visto todo le corre por el cuerpo, todo le rueda, no conoce responsabilidad por nada, y encima de todo, la activa procuradora Margarita Cabello acusa diciendo que los grupos ilegales están aprovechando las negociaciones para fortalecerse logísticamente en armamento y para ampliar su presencia en territorio colombiano.
Y remata diciendo la procuradora lo que muchos tememos que: el terreno ganado por la fuerza pública se está perdiendo. Concretamente, la representante Juvinao dice que mientras las Farc se extendieron de 119 municipios a 166, el ELN, de 183 municipios a 215.
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Pero la tapa fue que por fin el presidente reaccionó. Dijo que, en su opinión, porque este presidente aparentemente opina sobre unas decisiones que normalmente toma un primer mandatario, que quizá fue prematura la negociación política con Mordisco, ¿y quién acaso la ordenó? Pregunto.
Pero también dijo otra frase que nos ha dejado pensando: dijo que estos grupos tienen que decidir si quieren quedar como Camilo Torres o como Pablo Escobar. Pues es un mal ejemplo, porque ambos murieron violentamente en medio de la contienda, y porque es probable que en cuanto conocimiento nacional e internacional, el de Pablo Escobar quintuplique, por decir lo menos, el de Camilo Torres.
En muchos rincones del mundo la gente, reprochable desde luego, compra camisetas y otros souvenirs de Pablo Escobar, mientras yo creo que máximo en una generación más, Camilo Torres probablemente pasará al olvido, será un dato de la historia. Prácticamente, su único mérito, más que haber sido cofundador de la facultad de Sociología de la Universidad Nacional, fue haber ingresado como cura al ELN, que lo puso de carne de cañón hasta que murió víctima de un arma de fuego.
Es decir, en la comparación de Petro, ambos candidatos a ser modelos de los grupos ilegales encontraron fines violentos por andar en actividades ilegales. ¿Qué será lo que el presidente Pedro les sugiere a los grupos violentos que escojan como su fin ideal?
Lea la primera opinión de María Isabel Rueda de hoy miércoles 8 de noviembre:
¿Qué opina María Isabel? Iván Mordisco, una caricatura
Desde el título de Estado Mayor Central de las Farc hasta el alias de Mordisco, todo lo de este grupo ilegal es caricaturezco. No es sino leer con cuidado el comunicado en el que suspenden conversaciones con el Gobierno, que lleva a concluir que nada serio puede salir de ahí.
A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy miércoles 8 de noviembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la ridiculez del tono del comunicado del Comando Central de las Farc, encabezado por Iván Mordisco.
Es que es difícil imaginar a qué horas nos metimos en semejante lío con un grupo que es como de caricatura, empezando por el alias del propio Iván Mordisco, ¿es que qué tal los humos de autobautizarse como Estado Mayor Central de las Farc a estas alturas de la vida? Cuando los gorditos originales que acuñaron el nombre están todos jubilados gratis en el Congreso, y a quienes, por cierto, les fue como a los perros en misa en estas elecciones.
Por ahora, está claro que vencido el plazo que les otorgó el acuerdo de paz para que ocuparan curules en el Congreso sin necesidad de obtener un solo voto que los respalde, es muy probable que no vuelvan al Congreso. Mientras tanto, ya nos cansamos de preguntarle a la JEP cuándo será ese cuándo en que finalmente sancionarán a las Farc en esta farsa que montaron por las atrocidades que cometieron contra el país.
Mientras tanto, las otras Farc se echan cipote comunicado para supuestamente justificar por qué optaron por suspender conversaciones con el Gobierno, pero mantener convenientemente el cese al fuego para seguir actuando a sus anchas. Lo irónico es que al tiempo que sacan al Ejército Nacional de las zonas que ocupan instrumentalizando a la propia comunidad, denuncian que el incumplimiento del Gobierno consiste en que sigue privilegiando la visión militarista del conflicto.
Eso aparentemente justifica que el Estado Mayor Central haya violado por lo menos en 20 ocasiones el cese de hostilidades, ¿será el más cierto que el Ejército ha logrado rescatar a por lo menos cuatro secuestrados que estaban en las manos de ese grupo? Mientras tanto, los supuestos verificadores nacionales e internacionales, mutis por el foro.
El hecho es que en el comunicado firmado con fecha del 5 de noviembre, el pomposo Estado Mayor Central de las Farc se echa un carretazo inverosímil; nos envían, eso sí, un cordial saludo, nos felicitan por la participación electoral, pero lamentan que queda claro que las mafias mantienen el poder en este país, y luego pasan a denunciar que la situación de diálogo que atraviesa la mesa del acuerdo de paz con justicia social y ambiental está en peligro de rompimiento definitivo.
A pesar de que existe, dicen, por parte de este gobierno, una total disposición para alcanzar la anhelada paz con justicia social y ambiental. Es que todo eso es con nombre y apellidos, pero después acusan al Gobierno de falta de seriedad en el cumplimiento de los acuerdos firmados y que cada vez es más evidente que el Estado no quiere un acuerdo de paz, sino una acción de sometimiento.
Eso es lo que se ha dicho desde el primer día, que se tienen que someter a la Constitución y a la ley y que, por lo tanto, declaran suspendida la mesa de diálogo mientras realizan una consulta interna con su comisión de diálogo.
Y finalmente se despiden no sin antes calificar de cobardes los ataques del “Estado sionista, asesino y genocida de Israel para desaparecer de la paz de la tierra al pueblo palestino”, y firman con el ya legendario sello de “desde las montañas de Colombia”.
La noticia es que finalmente el presidente le respondió. Lo más importante en su respuesta fue que dijo que estas negociaciones, en su opinión, habían resultado prematuras. ¿Acaso el jefe de Estado opina sobre una decisión u ordena la decisión? Es como si él hubiera sido un outsider, un tercero; es decir, como si se hubiera tropezado con una decisión tomada por otro, lo cual le permite opinar que fue prematura. ¿Qué más estará opinando el presidente sobre su gobierno que no conocemos aún?