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¿Qué opina María Isabel? Paradojas del caso Char
Mientras un hermano, Álex, puntea de lejos como favorito a la Alcaldía de Barranquilla, otro, Arturo, debe comparecer ante la Corte para responder por los delitos de corrupción al elector y concierto para delinquir, en complicidad con la oscura Aida Merlano. Esta interesante paradoja deja una pregunta: ¿es solo atribuible a la supuesta compra de votos de los Char el progreso de Barranquilla?
¿Qué estará opinando María Isabel, hoy jueves 7 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la paradoja en la que está metida la familia Char. Por un lado, la contundente ventaja que hoy registra el candidato Álex Char en su aspiración a la Alcaldía de Barranquilla, cada vez una de las ciudades más pujantes y que más se ha separado con su progreso del resto de ciudades del país, y no hay duda de que lo ha sido así.
Gracias a los aciertos de su dirigencia, hay que admitirlo, que enfrenta ahora las delicadas acusaciones contra su hermano Arturo Char, acusado de financiar uno de los más corruptos entramados ilegales de compra de votos en el Atlántico.
Todo esto en el entorno de la muy oscura figura política de la excongresista Aida Merlano, protagonista de una serie de cinematográficos hechos, entre ellos la fuga de una odontología agarrada a una cuerda desde una ventana, en la que por conducto aterrizó literalmente sobre su trasero, sobre el andén.
Lo que sigue a esta fuga sigue siendo muy misterioso, dice que los cómplices de su fuga fueron sus antiguos socios políticos que lo que en realidad querían era rescatarla para matarla. Después ha relatado que pasó a esconderse en una finca donde la violaron y, finalmente, terminó refugiada en Venezuela, que con el cambio de gobierno en Colombia terminó devolviéndola al país precisamente para que armara este tierrero.
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Así, mientras Álex Char acaricia su contundente victoria, a su hermano Arturo lo acusan de corrupción al sufragante y concierto para delinquir en la cueva del delito conocida como la Casa Blanca. Todo por cuenta de lo cual la Corte Suprema terminó dictándole una orden de captura internacional. La única forma de traérselo de la ciudad de Miami, su lugar de residencia familiar, desde hace muchos años, pero él tiene nacionalidades estadounidense, por lo cual se requiere que su decisión de presentarse ante la justicia colombiana sea voluntaria, como finalmente parece que lo será.
La pregunta del momento sobre el éxito de Álex Char, como seguro próximo alcalde repitente de la ciudad de la Alcaldía barranquillera, a cuyo tezón y al de su círculo familiar y político se adjudica en gran parte el progreso y transformación de la arenosa, es: ¿la popularidad de Álex Char es porque los barranquilleros le reconocen el mérito o por la compra de votos que ahora le achacan tanto a su hermano como a él?
Lea la segunda opinión de María Isabel, hoy 7 de septiembre:
¿Qué opina María Isabel? En manos de un pelotón
En el quinto debate de control político contra el minDefensa en el Congreso, se le preguntó por el rotundo aumento de la inseguridad y la violencia en el país. Pero mientras mantienen a la fuerza pública maniatada y se incrementan los “cercos humanitarios” en su contra (léase secuestros), el ministro pretende atraer a miles de jóvenes voluntarios a engrosar sus filas. ¿En manos de quién está nuestra seguridad?
¿Qué estará opinando María Isabel hoy jueves 7 de septiembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al quinto debate de control político al que ha sido citado el ministro de Defensa, Iván Velázquez, en el día de ayer a raíz del incremento indudable de la violencia en Colombia.
Esta vez los citantes fueron los congresistas del Centro Democrático y el punto más alto de la defensa del ministro fue asegurar que este año se han registrado 211 combates de la fuerza pública con grupos ilegales, nos imaginamos que no incluye en esta cifra como combates las varias oportunidades en la que la fuerza pública ha sido objeto de lo que ahora se llama “cercos humanitarios”, frase que inmortalizó el estadista que actualmente representa a Colombia en Francia, Alfonso Prada.
En los que la fuerza pública ha quedado capturada y más bien secuestrada por la población instrumentalizada por grupos armados ilegales de todos los pelambres, desde el ELN, pasando por el Clan del Golfo y las Farc en sus diversas modalidades y hasta todo tipo de bandas criminales.
En esas oportunidades, la fuerza pública ha sido humillada y vejada; en uno de esos episodios hasta fue decapitado uno de sus miembros, y luego los combatientes desarmados e indefensos han tenido que ser evacuados con el rabo entre las piernas sin cumplir con su misión de proteger a la población. El ministro Iván Velázquez no hizo referencia semejantes fracasos.
Tampoco al que por ahora registran las acciones tendientes a promover la quimérica paz total del Gobierno, como las negociaciones que se adelantan en medio de ceses al fuego que solo son cumplidos por un lado, el de la fuerza pública, atada de pies y manos para adelantar acciones ofensivas.
La otra ridiculez es que en medio de este debilitamiento paulatino de la fuerza pública en Colombia, el ministro de Defensa invite a los jóvenes a incorporarse a la fuerza pública y a las Fuerzas Militares y de Policía. Perdón, ¿pero con qué incentivo?, ¿el de que los muertos en medio de la inseguridad en Colombia los pongan ellos?
Irónicamente, el ministro anuncia aumento del pie de fuerza en Córdoba, Antioquia y Chocó, pero eso sí, advirtió que para sostener tal aumento se requiere incentivar la incorporación de más número de jóvenes, para lo cual, imagínense, se adelantarán campañas públicas de invitación para que tomen la decisión estos jóvenes de incorporarse a las fuerzas del orden. En medio de todo, pululan los gestores de paz que pasaron, como quien dice, de la cama al calzón. Es decir, del delito a la libertad.
Todo ello dizque para que la disminución de las acciones armadas beneficien a las comunidades con un cese de hostilidades y asegura el ministro que los uniformados tienen claro el deber constitucional que les impone defender a los ciudadanos y enfrentar a los grupos armados que incumplan el cese al fuego.
Pero es todo lo contrario, mientras aumentan los grupos armados ilegales y se incrementa su empoderamiento territorial, que es una de las exigencias para sentarse a manteles con el Gobierno, nunca había sido para los uniformados más confusa la forma y la oportunidad en que deben actuar a la hora de defender a la ciudadanía.
Celebra la disminución, el ministro, en el número de homicidios, pero le quedaría imposible negar el incremento en los secuestros, en las extrusiones, el hurto a personas, de hogares y de reclutamiento de menores. Mientras tanto, de la incorporación de varios militares a los grupos de verificación de esos frágiles ceses al fuego, lo único que se vislumbra es que este gobierno termine de lagartizar a nuestra fuerza pública.
En una de sus respuestas en uno de estos días, el despistado ministro Velázquez respondió que ante determinada explosión de violencia de un nuevo conflicto territorial, tocaría enviar a la zona a un nuevo pelotón, ¿no será que como conclusión de los debates de control político, y lo digo con todo respeto contra el ministro de Defensa, hay que concluir que hablando de pelotones el orden público en Colombia está manejado por uno?