¿Qué opina María Isabel? Petro crea club de expresidentes

¿Qué estará opinando María Isabel hoy martes 28 de mayo en SEMANA? Pues la opinión se refiere a cómo la constituyente de Petro ha terminado por aislar al presidente y a su movimiento de la mayoría de las fuerzas políticas vivas del país.

Pues al menos cinco expresidentes han salido a rechazar la posibilidad de una reforma constitucional a la medida de la ideología petrista, que tendría como pretexto que eso es lo que impone los vacíos que quedaron después del acuerdo de La Habana con las Farc, y cómo uno de los propósitos iniciales es convertir en texto constitucional todas las locuritas que se les vayan ocurriendo a los miembros de las delegaciones del Gobierno y el ELN en la mesa de negociación con este grupo guerrillero.

Pero a última hora le apareció otra pata al gato, una de las más radicales militantes del Pacto Histórico y seguidora de Gustavo Petro, la senadora Isabel Zuleta, ayer confesó, o por lo menos se le chispoteó, que la constituyente petrista tiene como propósito que el presidente esté más años en el poder, posibilidad que él ha negado repetidamente. Él de lo que habla es de que se prolonguen los gobiernos progresistas.

Pero si se quiere de verdad promover el cambio, la senadora Zuleta dice que hay que hacer la constituyente. Lo curioso es que la unión de cinco expresidentes, que en teoría se detestan entre sí, en contra de esta constituyente también tiene sus bemoles.

Porque, por un lado, el expresidente Gaviria propone una alianza multipartidista, una coalición en defensa de la democracia, que escogería su candidato presidencial mediante una consulta popular interpartidista. Hasta Samper, cercano a Petro, intervino y ya habla de una constituyente de facto, de un salto al vacío que pasaría por desconocer al Congreso y a la Corte Constitucional, en lo cual tiene toda la razón Samper.

Pero quizá la opinión más indignada, con una curiosidad de por medio, que ya les voy a decir cuál es, la expresó el expresidente Santos en defensa de su proceso de paz, que ahora pretende utilizar Petro como caballito de Troya de su eventual aventura constituyente.

Pero añadió, lo que llamo, una curiosidad que nos ha dejado pensando a muchos, que si se va a citar a una constituyente por fuera de los procedimientos que exigen la Constitución, eso tendrá que enfrentarlo el poder Legislativo, el poder Judicial, y ojo, las Fuerzas Armadas, dice Santos, con apoyo de la gran mayoría de colombianos.

Pero no se entiende por qué el expresidente Santos mete ahí a las Fuerzas Armadas, que no pueden tomar partido político. ¿Qué pretende Santos que hagan si Petro insiste en que si el Congreso no convoca a la constituyente que él quiere, tarde o temprano lo hará el poder constituyente que recae en el pueblo?

Petro, anticipándose, ya le había pedido al Ejército que no la vaya a emprender contra el pueblo si este sale en las calles a protestar, o a proponer, o a ejercer su poder constituyente. En lo cual, supongo, viene incluida una campaña en pro de esa constituyente.

¿Entonces qué es lo que quiere el expresidente Santos de las Fuerzas Armadas?, ¿qué formen parte del muro de contención anticonstituyente? No, ellas no pueden hacer eso. Dejemos a nuestros soldados, coroneles y generales por fuera de esta disputa política. Obligarlos a romper su neutralidad para tomar partido político solo empeoraría el panorama nacional.

Lea la primera opinión de María Isabel de hoy, martes 28 de mayo:

¿Qué opina María Isabel? ¿Cañazo, sofisma de distracción o realidad?

Cualquiera de estas alternativas esconde el verdadero propósito de la constituyente petrista. Hagan sus apuestas. Pero lo que sí es un requetecañazo es que se necesite una constituyente para “remendar” el acuerdo con las Farc en La Habana. Al Estado le sobran instrumentos constitucionales y legales para gobernar.

¿Qué estará opinando María Isabel hoy, martes 28 de mayo, en SEMANA? Pues la opinión envuelve una pregunta: ¿es un cañazo, un sofisma de distracción o una voluntad real? Me refiero a la propuesta de Petro de poner a andar una constituyente “como sea”, o de acuerdo con los requisitos institucionales o por fuera de ellos.

Pero que el acuerdo del gobierno Santos con las Farc esté siendo manoseado por Petro para buscar la justificación de la constituyente, particularmente porque –según el presidente– dicho acuerdo se saltó tres reformas claves, es un absurdo. ¿Y qué se saltó?, dizque la reforma agraria, que desde luego no necesita una constituyente, sino más políticas públicas, porque la ley y la Constitución, desde luego lo permiten desde hace años.

Dos, que no hubo reformas para la transformación del territorio, que no sabemos qué significa realmente, cualquier cosa, modificar la división departamental o municipal o legalizar la cocaína o bueno, no sabemos realmente a qué se refiere.

Y tercero, que aún no ha habido verdad judicial y entonces, ¿para qué se creó la JEP y para qué se creó la comisión de la verdad? Pues para la verdad judicial, y que la están construyendo, pues la están construyendo poco a poco, con unas cojeras muy notorias, como la de la falta de sanciones contra las Farc, por lo menos contra sus cabecillas.

Ninguno de estos puntos significa embarcar al país en una reforma constitucional, ni lo justifica. El Estado colombiano tiene las herramientas suficientes, tanto constitucionales como legales, para corregir la mayoría de sus males y de sus falencias. No sé si finalmente la constituyente de Petro termine en un cañazo, pero lo que sí es un cañazo, son las disculpas que hasta ahora echa el presidente para convocarla. Cañazo, pero supercañazo.