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¿Qué opina María Isabel? ¿Qué pasó en Bocas de Manzo?
Esa es otra explicación que nos debe el ministro de Defensa. Si realmente fueron disidencias, miembros del Clan del Golfo o si fueron militares los que hostigaron a la población civil en esa vereda cordobesa. Incluso le apuntaron a la cabeza a una madre con un niño en brazos, que los increpaba enfurecida. ¿Será por eso que se dice que bajo el ministro Velásquez, el Ministerio de Defensa está en interinidad?
A las 6:00 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel, hoy miércoles, 13 de septiembre, en SEMANA? Pues la opinión gira en torno a la increíble y poco seria reacción del ministro de Defensa, Iván Velásquez, ante las escandalosas denuncias de quien fuera su viceministro sobre la compra de unos helicópteros, supuestamente rodeados de intereses de altas personalidades en Colombia y de sobornos.
Es una “expresión de dolor por no seguir en el cargo”, aseguró Velásquez y que todo se trata de varias páginas de chismes de una revista, sin referirse expresamente a SEMANA, pero lo que ignora el ministro, y no lo quiere reconocer, es que es una entrevista otorgada por un exfuncionario suyo a esa publicación; niega, además, que quien la da, le hubiera denunciado alguna vez al ministro, como lo asegura el exviceministro en SEMANA, que le habían ofrecido un soborno de 700 millones para que influyeran esa compra.
Velásquez insiste, no solo en que si tenía esa denuncia debió haberla hecho ante la Fiscalía, y que finalmente la decisión de la compra de los helicópteros de Catar no recaía en ninguna de sus instancias en ese viceministerio, por lo cual no le cuadra lo del intento de soborno, que dicho sea de paso, el exviceministro denuncia con nombre y apellido.
Pero las explicaciones sobre la explosiva entrevista de su exfuncionario en SEMANA, no son las únicas que nos debe el ministro Velásquez, también nos tiene que explicar qué fue lo que pasó en Córdoba, donde unos hombres armados encapuchados y con uniforme de uso privativo de las Fuerzas Militares aparecieron en la vereda Bocas de Manzo, en el municipio de Tierralta, en donde incluso apuntaron a la cabeza de una madre con un niño en brazos que los increpaba fuertemente por su presencia y hostigamiento a la población.
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La misma población fue la que grabó los acontecimientos. En las últimas horas, se estableció la teoría de que los encapuchados eran disidencias de las Farc o el Clan del Golfo, como se afirmó en un comienzo. Aterrizamos ahora en una teoría que no merece, sino que exige, esa explicación del ministro Velásquez, porque la teoría apunta a que se trataba de militares; si de verdad lo son, el encargado de dirigirlos, que es finalmente el ministro de Defensa, está cumpliendo muy mal su papel, pues no impunemente nuestro ejército llega una vereda a apuntarles con armas largas a la cabeza a unos campesinos.
Algo está funcionando muy, pero muy mal, si realmente son militares los que aparecen en ese video que circula intensamente por las redes sociales, en la forma como entienden que deben operar ante la población civil, o volvemos a las declaraciones para la revista SEMANA del exviceministro de Defensa, quien asegura que bajo el ministro Iván Velásquez, el Ministerio está en interinidad.
Lea la segunda opinión de María Isabel, hoy 13 de septiembre:
¿Qué opina María Isabel? El terrorífico Tapón del Darién
Nada ha podido impedir que miles de migrantes se lancen a la peligrosísima aventura de atravesar esa zona selvática, donde se pierden muchas vidas para llegar a Panamá y de ahí a EE. UU. Ya las autoridades norteamericanas manifiestan su profunda preocupación. Y el peligro es que un día de estos se queden varados en Colombia, donde no hay infraestructura para atender a esos miles de migrantes que mensualmente se acumulan en ciudades antioqueñas.
A las 6:10 a. m., ¿qué estará opinando María Isabel hoy, miércoles 13 de septiembre en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al problema mayúsculo que tiene Colombia con la migración que atraviesa el Tapón del Darién en la frontera entre Colombia y Panamá con rumbo final Estados Unidos.
Porque la semana pasada una delegación de muy alto nivel de Estados Unidos estuvo en Colombia y Panamá para hablar de cómo controlar el problema, que ya está preocupando mucho a las autoridades norteamericanas por los problemas de salud pública y seguridad que ocasiona.
De 250.000 personas que cruzaron en 2022, en lo que va corrido de este año, ya van 330.000, con un saldo de muertos de 141 personas, aunque se cree que son muchísimas más, cuyos cuerpos muy probablemente jamás serán encontrados ni rescatados.
Pero el problema pasa especialmente sobre Colombia, ¿porque si Panamá les pone freno a los migrantes que atraviesan el Tapón del Darién, dónde se quedarán estos varados? Pues en Colombia, donde los migrantes que se acumulan y que no son capaces de contener las autoridades fronterizas ya tienen en problemas a varias ciudades como Capurganá y Acandí, a donde llegan en lancha desde Necoclí o Turbo.
El asunto es que la selva del Darién es una ruta migratoria considerada una de las más peligrosas del mundo por su humedad y los riesgos que les esperan a los migrantes, como resbalones por empinadas trochas, caídas, abismos, ríos donde se ahogan, serpientes, enfermedades en la piel, respiratorias y estomacales; es decir, el horror, eso sin contar con que a los migrantes los atacan bandas criminales con violencia sexual y robos.
Si incluso así logran llegar a Panamá, todavía les falta atravesar por lo menos cinco países más como Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, la última estación que es la entrada a los Estados Unidos, pues sabemos que es casi imposible. Los migrantes vienen principalmente de Haití, Cuba y Venezuela.
Entonces preguntamos: ¿se quedarán eventualmente varadas estas caravanas de migrantes en Colombia? Ese podría terminar siendo el resultado de todas estas gestiones diplomáticas, comisiones y medidas para frenar el fenómeno y no estamos preparados para que el Tapón del Darién se traslade a alguna ciudad antioqueña, creando un tremendo tapón urbano.