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¿Qué opina María Isabel? Tercer gran desmentido del ELN al gobierno
El grupo guerrillero primero dijo que no habían acordado cese al fuego; luego, que sí, pero con secuestros y extorsiones; y ahora, que la paz no se firmará en el 2025.
A las 6:00 a. m., ¿qué está opinando María Isabel, hoy miércoles 14 de junio en SEMANA?, pues la opinión gira en torno al nuevo y preocupante desacuerdo que surge entre el histórico comandante del ELN, Antonio García, y el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego.
Ya se había dado un previo desacuerdo cuando el mandatario, el 31 de diciembre, al filo de la medianoche, anunció un cese al fuego bilateral con el ELN y el grupo guerrillero se apresuró a decir que ellos no habían acordado tal cosa. Como quien dice, mandó al gobierno a freír espárragos. Pero ahora el asunto de los desmentidos se pone peor, porque mientras Petro anuncia con bombos y platillos que el conflicto con el ELN se acaba en el año 2025, Antonio García dice, desde Cuba, que “nanay cucas”. Que por ahora lo único que está cuadrado es una tregua o cese al fuego bilateral de seis meses, a partir del 3 de agosto.
Medida que por cierto, ha sido anunciada a nuestra fuerza pública por parte de sus comandantes en términos bastante confusos. Que más o menos podríamos resumir así: entre que vamos a dejar de disparar, pero seguiremos disparando, para proteger el territorio nacional, ¿al fin qué?
Y qué es entonces lo que Antonio García le corrige a Petro, pues que el fin del conflicto, quinto punto de la agenda, que al parecer está virgen porque aún no se toca en la mesa de México, no será el 25 de mayo del 2025, como lo anunció el presidente Petro.
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Que se confundió Petro con el cuarto punto del acuerdo, que habla de la participación de la sociedad en la construcción del acuerdo. Esa consulta con la sociedad civil es lo que se planea que esté terminado para mayo del 2025, pero que eso no significa, como lo señala el veterano exministro y exnegociador con el ELN, Juan Camilo Restrepo, que en mayo del 2025 concluirán los acuerdos de paz, como lo dijo Petro.
“Confusión total”, concluye Juan Camilo Restrepo en entrevista con El Tiempo. Con esta, entonces, suman ya las tres, y digámoslo así, “falsedades” del gobierno acerca del proceso con el ELN. La primera, que el 31 de diciembre pasado estaba pactado un cese al fuego bilateral, cuando al momento del anuncio no era sino un fuego unilateral del Ejército Nacional. O sea, del Estado y no de la subversión.
La segunda mentira, que ahora sí habrá cese al fuego bilateral, a partir del próximo 3 de agosto, pero Pablo Beltrán advierte que el cese al fuego no va acompañado de un cese de hostilidades, porque ellos seguirán secuestrando y extorsionando cuando lo consideren necesario. ¿Qué tipo de cese al fuego es ese?
La tercera mentira, que la paz con el ELN se firmará el 25 de mayo del 2025. Entonces nos preguntamos, qué se le puede creer a estas alturas al Gobierno nacional con respecto al grupo guerrillero. En adelante, el orden de las cosas parece imponer, que en materia de cómo avanzan de verdad las conversaciones con el grupo guerrillero, qué se ha acordado y qué sigue, la mejor fuente, la más fidedigna, la más confiable, está resultando ser el propio ELN y no el Gobierno, ¿no es insólito?
Escuche aquí la otra opinión de María Isabel Rueda del día de hoy:
¿Qué opina María Isabel? El abogado del régimen
El profesional acusa desde a la Fiscalía, hasta a los periodistas, de ser “detonantes” de la muerte trágica del coronel Dávila, de inteligencia de Palacio. Todo para proteger al único que podía temerle a la verdad que contara el Coronel Dávila: el régimen.
¿Qué estará opinando María Isabel hoy miércoles 14 de junio en SEMANA? Pues la opinión gira en torno al llamado abogado del régimen, que en pleno uso de su potestad profesional, hay que decirlo y reconocerlo, pues está siempre metido en los procesos para tirarse al expresidente Álvaro Uribe, por ejemplo, o para defender cualquier motivo que considere puede afectar el régimen actual.
Mejor dicho, está siempre presto a la llamada de Petro o del petrismo o de los petristas, pero el último capítulo protagonizado por el abogado del régimen preocupa, porque simultáneamente aquel trágicamente fallecido coronel Dávila, de seguridad de la Presidencia le expresaba la Fiscalía por escrito, como era su deber, su interés de colaborar y esclarecer cualquier participación en el polígrafo aplicado a la niñera de Laura Sarabia, y las chuzadas de su teléfono y el de otra empleada doméstica asociados con el clan Siopas. El abogado del régimen ya lo venía asesorando con la conclusión dada a conocer públicamente por el propio profesional, de que según Dávila, quien lo había buscado para decírselo “de la Fiscalía lo estaban amenazando con que no se detendrían hasta que corriera sangre”.
No hay ninguna prueba de esa afirmación del fallecido coronel Dávila, porque no hubo grabación que sepamos, es la versión del abogado del régimen contra nada, porque no existe contraparte que diga que eso no se dijo en la conversación.
Ni corto ni perezoso, el abogado del régimen no se detuvo a pensar que la Fiscalía no solo debe, sino que la ciudadanía se lo exige investigar los hechos que acabaron con la vida del coronel Dávila y para ello tiene que llamarlo a interrogarlo, como a las otras personas que se preparan a llamar a interrogar.
Pero ahí no acaban las inculpaciones del abogado del régimen, tratando de evitar desviar las sospechas para que no recaigan sobre el único al cual podrían causarle temor las verdades que el coronel Dávila iba a contar, ¿y quién es ese? Pues el régimen.
Ni corto ni perezoso, también resolvió entonces el abogado del régimen acusar a la periodista Sylvia Charry, de la revista Cambio, de haber sido el detonante con las presiones de sus preguntas que, como están grabadas, esas sí podemos constatar que fueron respetuosas y ordenadas hechas al coronel Dávila telefónicamente antes de su muerte.
Cuando descubrió el abogado que esa periodista la que acusaba era Sylvia Charry de Cambio, el abogado del régimen medio excusó, pero no porque ella estaba estuviera cumpliendo profesionalmente su oficio que él deformó en presiones y en detonantes, sino porque resultó siendo ella a quien dijo conocía y respetaba, pero para el abogado del régimen el periodismo sí se convirtió en una especie detonante de la muerte del coronel Dávila con sus preguntas.
¿Cómo hacemos para que el abogado del régimen deje de disparar culpas hacia quienes no las tienen e intentemos llegar al corazón de la verdad de este penoso asunto que aún deja muchos interrogantes en el camino?, ¿como cuál fue la actuación verdadera de la niñera de Laura Sarabia?, ¿cuál es la verdadera cantidad de dólares que contenía la maleta que le robaron a Laura Sarabia de su casa?, ¿y qué fue verdaderamente lo que llevó a que el coronel Dávila o se matara o lo mataran?