Nación

¿Qué pasó con el hijo de Luis Alfredo Garavito?

Este es uno de los secretos de la ‘Bestia’, como se le conocía al abusador que murió este jueves.

Redacción Semana
12 de octubre de 2023
Luis Alfredo Garavito, también conocido como La Bestia, abusó de al menos 200 niños en Colombia. Foto: tomada de redes sociales / El País
Luis Alfredo Garavito, también conocido como La Bestia, abusó de al menos 200 niños en Colombia. Foto: tomada de redes sociales / El País | Foto: El País

Una vez se conoció la muerte de Luis Alfredo Garavito, que pasó sus últimos años de vida en la cárcel La Tramacúa, en Valledupar, por el asesinato y violación de más de 200 niños, los colombianos acudieron a Google para conocer la escabrosa historia de este pedófilo.

Uno de los secretos de Garavito —si cabe la expresión— es que tuvo un hijo adoptivo, como lo descubrieron las autoridades después de su captura, el 22 de abril de 1999, en el departamento del Meta, cuando intentaba abusar sexualmente de un menor de 10 años de edad.

En ese entonces, Garavito no solo tenía pareja, sino un hijo adoptivo, a quien, según los vecinos del criminal, “nunca le hizo daño ni lo tocó”.

Luís Alfredo Garavito en 1999 | Foto: Archivo SEMANA.

El joven fue asesinado en Cúcuta, Norte de Santander, y su muerte habría conllevado que Garavito cayera en depresión, razón por la que debió recibir un tratamiento psiquiátrico, como se reveló en algunos libros en torno a su vida criminal.

Garavito fue amigo de alias ‘Popeye’

Otro dato que algunos desconocen de la Bestia, como apodaban a Luis Alfredo Garavito, es que fue amigo de alias Popeye, el jefe de sicarios del capo de la mafia Pablo Escobar, con quien coincidió en la cárcel La Tramacúa, como el antropólogo Esteban Cruz documentó en su libro Los monstruos en Colombia sí existen.

Popeye fue amigo de Garavito en la cárcel. | Foto: León Dario Pelaez / SEMANA

Valga recordar que, en ese centro penitenciario de máxima seguridad en el país, también cumplen condena abusadores como Rafael Uribe Noguera, culpable de secuestrar, abusar y asesinar a la niña Yuliana Samboní en la localidad de Chapinero, Bogotá, en 2016.

Es de resaltar que, en abril de 2021, SEMANA reveló la manera en la que vive Rafael Uribe Noguera. La celda es muy pequeña. Tiene una cama de cemento empotrada de pared a pared, de aproximadamente un metro de ancho y menos de dos metros de largo. El colchón es sencillo y está cubierto por una sábana blanca, y encima tiene una almohada.

Garavito se hizo pasar por monje

La literatura acerca del actuar criminal de Garavito expone la manera en que atraía a sus víctimas para después abusarlas y asesinarlas. El día de su captura, por ejemplo, engañó a un niño en la Plaza Los Centauros, en Villavicencio, diciéndole que le iba a comprar un billete de lotería. El menor terminó llevándolo a una finca, de donde pudo huir.

En Bogotá, la estrategia era hacerse pasar por monje para llevar a sus víctimas a los cerros orientales y asesinarlas. Tras la alarma que despertaron estos hechos, en la década del 90, decidió regresar a la capital del Meta.

Así fue la muerte de Garavito

De acuerdo con los reportes del Inpec, Luis Alfredo Garavito falleció sobre la una de la tarde de este jueves, luego de estar por varias horas en el centro asistencial de la ciudad de Valledupar. El personal de custodia fue informado por los médicos del hospital Santo Tomás del Caribe del fallecimiento del paciente, producto justamente de las dolencias médicas que padecía.

Asesino en serie
Según los informes de la Fiscalía General de la Nación, Garavito asesinó a 172 menores de edad. | Foto: Archivo

A pesar de la condena que tenía de 40 años de prisión, por los delitos que fueron señalados durante el juicio en su contra, en la Fiscalía se tenían otros procesos pendientes tras el hallazgo de víctimas que seguían apareciendo y que advertían la responsabilidad de Luis Alfredo Garavito en más asesinatos.

En abril pasado, se difundieron algunas imágenes del violador desde su lugar de reclusión, donde lucía cada vez más delgado y demacrado, debido a los quebrantos de salud que padecía, entre ellos, un cáncer de ojo, razón por la que había sido hospitalizado en más de una ocasión.