¿Qué salió mal? Realizan inspección técnica para determinar las causas del choque de los aviones Tucano

El accidente que ocurrió el sábado 1 de julio en Villavicencio, Meta, en el que dos aeronaves tipo A-27 Tucano de la Fuerza Aérea se chocaron en pleno vuelo, ha generado conmoción. Los experimentados pilotos estaban realizando un entrenamiento acrobático con piruetas exigentes que presentarían próximamente al público.

Se encontraban en la base militar ubicada en la capital del Meta, cuando ocurrió la tragedia que dejó sin vida a uno de los oficiales instructores, el coronel Mario Andrés Espinosa. El momento quedó registrado por algunos espectadores.

“¡Ay marica! Y se cayó”, dice el que está grabado, las imágenes son impactantes, una bola de fuego se ve precipitarse antes de escuchar un fuerte golpe.

La entidad emitió un comunicado en el que “se solidariza con su familia y extiende su saludo de condolencia por esta irreparable pérdida que enluta a toda la familia aérea”.

El oficial, oriundo de Neiva, era hijo único, licenciado en lenguas modernas, administrador aeronáutico y contaba con una maestría en ciencias militares aeronáuticas. Se desempeñaba como instructor de vuelo de una de las aeronaves más sofisticadas: el Tucano. Esos aviones se caracterizan por participar en revistas aéreas en las que se realizan maniobras de alto riesgo.

El accidente se registró sobre las 5:30 p. m. Por su parte, el comandante de las Fuerzas Militares, el general Helder Giraldo, manifestó en su cuenta de Twitter: “Profundo dolor por el lamentable accidente que hoy enluta a nuestras @FuerzasMilCol. Se adelantarán las investigaciones necesarias que permitan establecer las condiciones de tiempo, modo y lugar en que se presentó este lamentable hecho”.

Para determinar qué salió mal, expertos de la Fuerza Aérea Colombiana, en conjunto con la casa fabricante del avión (Embraer) y agentes de otras entidades que cumplen labores en la zona, llevarán a cabo la investigación.

Uno de los procedimientos a verificar es si hubo fallas en las comunicaciones de los pilotos y que no les permitió calcular las distancias entre los aviones. Asimismo, se debe determinar si las condiciones meteorológicas eran las adecuadas y si se cumplieron las horas de descanso de los pilotos.

De acuerdo con informaciones recientes, la comisión de inspectores ya se desplazó a la base aérea de Apiay para esclarecer lo sucedido. Hasta el momento se conoce que los aviones estaban en formación, pero se debe establecer si las aeronaves se iban a reunir o iban a romperla.

Otra investigación que se debe realizar es si el sistema de eyección del teniente coronel presentó fallas, debido a que no se ha establecido si lo eyectó, pero la posición del avión no lo favoreció. Sin embargo, el informe inicial señala que los pilotos de las aeronaves (dos), activaron la salida de emergencia.

Lo que se conoce hasta el momento es que una de las aeronaves se precipitó en el sector de la pista de Apiay y una segunda a 1 km de la pista, en el sector de la Finca Loreto (Meta).

Cabe recordar que, en septiembre de 2013, Colombia recibió la certificación de la Corporación de la Industria Aeronáutica de Colombia (CIAC), que obtuvo el compromiso de renovar los 14 Tucanos que el país compró por 40 millones de dólares en 1992 a Embraer para el entrenamiento de pilotos de la Fuerza Aérea y que ya han sido adaptados para portar armas. “El proceso, que dura cuatro meses en cada aeronave, consiste en el cambio en la aviónica, la implementación de pantallas en las cabinas y la transformación de las alas”, explicó en su momento a Colombia.Inn el coronel Campo Elías Rúales Morillo, asesor de mantenimiento de la CIAC.

“Cuando se arreglen los dos primeros aviones, la CIAC recibirá una certificación que la acredita como la única compañía que puede hacer la modernización de los Tucanos, con excepción de los de la Fuerza Aérea de Brasil”, aseguró el coronel de la reserva activa en 2013.