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“Queremos ponerle fin a este ciclo de dolor”: familiares de policías desaparecidos
A través de conmovedores relatos, hijas, esposas y hermanas de miembros desaparecidos de la Policía Nacional le contaron a la Comisión de la Verdad cómo han vivido esta tragedia y la lucha que han librado por la no repetición de este horror vivido por miles de colombianos durante el conflicto armado.
Lo que más anhelan Mónica Villanueva, hermana del capitán Bernardo Villanueva; Merly y Diana Suárez, esposa e hija del cabo primero Héctor Suárez; y Blanca Contreras, hermana del agente Tomás Contreras es ponerle fin a un ciclo de dolor. Así lo expresaron mientras recordaron la batalla que enfrentan a diario para conocer el paradero de sus seres queridos.
Con la voz entrecortada, Mónica relató el secuestro de su hermano en la toma guerrillera en Morales, Bolívar, en mayo de 1991, por el frente 37 de las Farc. Meses después de los sucesos, su madre se reunió personalmente con integrantes de esa guerrilla. Aseguró que el mensaje frío y despiadado de los milicianos acabaron con una parte de su vida: “a él lo mataron a orillas del río y ya los animales se lo comieron, con las crecientes ya ni huesos hay”.
En la misma toma de Morales se perdió el rastro del cabo primero, Héctor Suárez. Merly Suárez, su esposa, le contó a la Comisión de la Verdad que en el momento de los hechos ella tenía 17 años y su hija estaba recién nacida. Aseguró que con el pasar de los años y después de investigar e indagar en varios lugares del país, conoció el testimonio de un guerrillero del Eln quien, en medio de una audiencia, le describió a las autoridades que Suárez intentó fugarse y fue ejecutado. “Con mi hija luchamos para encontrar sus restos”, sostuvo Merly.
Según cifras de la Policía Nacional, entre 1990 y 2020, 118 uniformados han desaparecido. A muchos de ellos se les perdió el rastro al caer en manos de grupos al margen de la ley en medio de combates.
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Blanca Contreras, hermana del agente de la Policía Nacional Tomás Contreras, describió la incertidumbre en la que viven ella y su familia desde hace más de 20 años. El primero de enero de 1993, su hermano desapareció mientras se desplazaba en moto desde Bucaramanga a Cúcuta. “Mi hermano lleva 27 años, 10 meses y 27 días desaparecido y no sabemos nada. Todavía no perdemos la esperanza de encontrarlo”, aseguró Blanca.
Este Espacio de Escucha -organizado por la Comisión de la Verdad con el apoyo de la Unión Europea y en alianza con Foros Semana- dejó ver que a pesar del tiempo el dolor de las familias de las víctimas permanece intacto. El comisionado de la Verdad, Carlos Martín Beristain, manifestó que este sentimiento debe ser reconocido. “Es un dolor permanente en el corazón de los familiares y amigos de los desaparecidos y necesitan una respuesta. Los familiares hacen un gran esfuerzo”.
La Policía Nacional señaló que si bien no hubo un respaldo inicial a las familias de los policías desaparecidos, desde la creación de la Unidad Para la Edificación de la Paz UNIPEP se brinda un apoyo constante a estas familias. Agregaron que la institución continúa trabajando para que los familiares de los miembros de la Policía afectados reciban un adecuado acompañamiento institucional.
El evento concluyó con el llamado que le hicieron los familiares de los desaparecidos al Gobierno y a la Policía Nacional para que continúe el acompañamiento y se dé pronta respuesta a esta tragedia que les ha dejado la guerra.